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"La inercia médica y la falta de adherencia de los pacientes son los factores que más contribuyen a un control inadecuado de la presión arterial"

Entre el 33 y el 43% de la población adulta española padece hipertensión arterial (HTA), una patología cuyo pronóstico puede mejorar significativamente con unos hábitos de vida saludables.

26/05/2021

___En España, la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) es alta: en población adulta oscila entre el 33-43%, y además existen un alto porcentaje de pacientes sin diagnosticar. Es por eso que constituye uno de los principales motivos de consulta médica en adultos en Atención Primaria. Pese a todo, su pronóstico ...

___En España, la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) es alta: en población adulta oscila entre el 33-43%, y además existen un alto porcentaje de pacientes sin diagnosticar. Es por eso que constituye uno de los principales motivos de consulta médica en adultos en Atención Primaria. Pese a todo, su pronóstico mejora con un buen grado de control, como explican las doctoras Carmen Sánchez Peinador y María Sanz Almazán, miembros del Grupo de trabajo de Cardiovascular de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). "Con unos hábitos de vida saludables (no fumar, no consumir alcohol, dieta saludable, evitar el sobrepeso y la obesidad, realizar ejercicio físico de forma habitual unos 30 minutos al día) y una buena adherencia terapéutica para conseguir las cifras de presión arterial objetivo, se reduce el riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares".

De hecho, agregan, las secuelas cardiovasculares derivadas de la arteriosclerosis, que incluyen los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad coronaria, la arteriopatía periférica y la insuficiencia cardíaca congestiva, "se presentan con una frecuencia entre 2 y 4 veces mayor en los pacientes hipertensos respecto a los normotensos de la misma edad y sexo". Es más, la enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en España, con 230,5 fallecimientos por cada 100.000 habitantes.

Para prevenir estas patologías, los especialistas suelen prescribir sobre todo una dieta saludable y ejercicio físico. La buena noticia es que, "en los últimos años, hay un mayor movimiento de concienciación de la sociedad de la importancia del ejercicio y la dieta saludable", como manifiestan las especialistas, "pero es verdad que todavía queda mucho por hacer". Ejemplo de ello es el aumento de la obesidad infantil. "Según los últimos datos publicados, el 34 % de la población española de entre 3 y 24 años tiene sobrepeso u obesidad, cifra que asciende hasta casi el 40 % en el caso de los niños de entre 3 y 8 años, con las consecuencias a nivel cardiovascular que esto conlleva en la vida adulta".

Al menos 30 minutos de ejercicio diario

Así que, en su opinión, "es necesario reforzar las estrategias preventivas, los hábitos dietéticos saludables y la práctica de ejercicio de forma regular. Y recordar que, según la evidencia, la actividad física aconsejada a los pacientes hipertensos es que realicen al menos 30 min de ejercicio aeróbico dinámico (caminar, correr, montar en bicicleta o nadar) moderado o intenso 5-7 días a la semana. Asimismo, puede ser aconsejable la práctica de ejercicios de resistencia 2-3 días a la semana".

Además de estas dos recomendaciones, otras intervenciones en el estilo de vida aconsejables que mencionan las doctoras son "la restricción de sodio, la moderación en el consumo de alcohol, el control del peso y dejar de fumar, pues se ha visto que aportan beneficios para la salud más allá de su impacto en la tensión arterial".

Un estilo de vida saludable puede prevenir o retrasar la aparición de la hipertensión arterial y reducir el riesgo cardiovascular. "Los cambios efectivos en el estilo de vida pueden ser suficientes para retrasar o prevenir la necesidad de tratamiento farmacológico de los pacientes con HTA de grado 1", inciden. También pueden "potenciar los efectos del tratamiento hipotensor, pero nunca deben retrasar la instauración del tratamiento farmacológico de los pacientes con daño orgánico causado por HTA o con un nivel de riesgo CV alto". Además, apuntan, "fumar tabaco tiene un efecto vasopresor agudo y duradero que puede aumentar la presión arterial ambulatoria diurna, aunque dejar de fumar y otras medidas en el estilo de vida también son importantes más allá de la PA, como la prevención de la enfermedad cerebrovascular y el cáncer".

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