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La otra pandemia del siglo XXI: la hipertensión arterial y la diabetes mellitus

La presencia de factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión arterial (HTA), la diabetes mellitus (DM), la dislipemia o el tabaquismo son las principales causas de las enfermedades cardiovasculares.

12/05/2021

Actualmente está bien documentado que en las últimas décadas estos factores han aumentado de forma considerable, y se espera que sigan aumentado todavía más en los próximos años como consecuencia fundamentalmente de hábitos dietéticos poco saludables, de la falta de ejercicio y del estrés. Afortunadamente, en este momento contamos con un ...

Actualmente está bien documentado que en las últimas décadas estos factores han aumentado de forma considerable, y se espera que sigan aumentado todavía más en los próximos años como consecuencia fundamentalmente de hábitos dietéticos poco saludables, de la falta de ejercicio y del estrés.

Afortunadamente, en este momento contamos con un gran arsenal terapéutico, así como con varias estrategias de prevención y de intervención en el control de estos factores de riesgo, y podemos afirmar que la prevención es más accesible que nunca para todos los pacientes y en todos los factores de riesgo, aunque en este artículo vamos a centrarnos en la HTA y la DM.

Hipertensión arterial

La HTA es uno de los factores de riesgo cardiovascular más clásicos y prevalentes en nuestro entorno habitual. Además, ha sido uno de los factores de riesgo que más relevancia ha presentado en la pandemia del covid-19 puesto que quedó bien establecido que su asociación podría hasta suponer el doble de mortalidad. A pesar del gran desconocimiento que todavía tenemos sobre esta tremenda enfermedad, se sabe que una de las vías de entrada del coronavirus SARS-CoV-2 a las células es el receptor del enzima de conversión de la angiotensina II, presente en un gran número de células de nuestro organismo y entre ellas, en las células del pulmón.

Inicialmente se sugirió que los fármacos inhibidores del sistema renina angiotensina-aldosterona, es decir, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARAII), podrían potenciar de alguna manera la entrada del virus en las células al interactuar con el receptor. Sin embargo, las sociedades científicas se manifestaron de forma temprana e unánime respecto a este tema al considerar que estos datos eran muy preliminares y que se basaban en estudios insuficientes y con resultados dudosos para justificar la suspensión de estos fármacos en los pacientes en los que por otro lado podrían ser beneficiosos, y que por tanto lo recomendando era mantenerlos. Los IECA y los ARAII son dos de los grupos de fármacos antihipertensivos más utilizados actualmente, puesto que constituyen dos grupos de fármacos muy seguros y de una gran potencia antihipertensiva.

A lo largo de este año, hemos sido testigos del gran número de estudios que se han realizado con estos fármacos en pacientes con covid-19 y cuyos resultados avalan la recomendación de mantener el tratamiento en los pacientes con coronavirus. En junio se publicó un estudio realizado con 2.877 pacientes ingresados entre febrero y marzo de 2020, por covid-19 en un Hospital de Wuhan, el 29,5% de los cuales presentaba HTA. Tras ajustar por factores de confusión, la HTA suponía un riesgo relativo dos veces superior de mortalidad, pero de entre todos ellos, los pacientes hipertensos sin tratamiento antihipertensivo presentaron un riesgo significativamente mayor de mortalidad comparados con los pacientes que sí tomaban tratamiento antihipertensivo, sin que se encontrasen diferencias entre las tasas de mortalidad entre los pacientes que tomaban IECA o ARAII y los que tomaban otro tipo de tratamiento antihipertensivo.

Un segundo estudio, el BRACE CORONA, presentado en el congreso europeo de cardiología del año 2020 confirma que en los 659 pacientes hospitalizados con covid-19 leve-moderada (descartando los casos más graves con shock), que tomaban previamente IECA o ARAII (17% IECA y 83% ARAII), mantener la terapia no aumentaba la mortalidad a los 30 días y que incluso podría mejorar la situación pulmonar.

En este mismo congreso también se presentó el estudio BPLTTC, un metaanálisis de 348.854 pacientes hipertensos donde se puso de manifiesto que por cada bajada de 5 mmHg se obtiene una disminución del riesgo relativo de eventos cardiovasculares mayores de un 10% (13% accidente cerebrovascular, 7% enfermedad coronaria, 14% IC, 5% muerte cardiovascular), incluso en pacientes con cifras tensionales basales normales y tanto en prevención primaria como en prevención secundaria.

Para leer el artículo completo descarga el PDF adjunto.

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