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Congreso covid-19: "Debemos pensar que los aerosoles son como humo y dominan la transmisión comunitaria"

Este lunes se ha celebrado en el II Congreso Covid-19 un simposio dedicado a la transmisión comunitaria de la pandemia y a las estrategias para frenar los contagios

12/04/2021

Como otras enfermedades respiratorias, el SARS-CoV2 se puede transmitir sobre todo de tres maneras: por contacto cercado, a través de superficies contaminadas y por la transmisión por aire. Aunque esta última forma ha sido motivo de debate y aún lo sigue siendo, como explica José Luis Jiménez, profesor de la ...

Como otras enfermedades respiratorias, el SARS-CoV2 se puede transmitir sobre todo de tres maneras: por contacto cercado, a través de superficies contaminadas y por la transmisión por aire. Aunque esta última forma ha sido motivo de debate y aún lo sigue siendo, como explica José Luis Jiménez, profesor de la Universidad de Colorado Boulder, en Estados Unidos, durante un simposio del comité científico del II Congreso Covid-19 dedicado a la transmisión comunitaria de la pandemia.

Así, por ejemplo, "la OMS aseguraba en marzo del año pasado que esto era un bulo y que había que luchar contra él. Esto fue un error tremendo que ha causado mucho daño. La ciencia ya nos va diciendo otras cosas".

Además, "sabemos que el contagio mediante las superficies es menor y que se transmite bien en proximidad cercana, como muchas otras infecciones". El problema, bajo su punto de vista, es que la OMS interpreta esto como una certeza de que con distancia, no se puede transmitir por el aire. "Es una hipótesis plausible, pero es un error de lógica, porque hay otra hipótesis que es que al salir de nosotros el aire, con la distancia se va diluyendo, se para por fricción, empieza a subir porque está caliente, y si uno mantiene una distancia de un metro va a respirar mucho menos aire que si la mantiene de metro. Entonces quizá la distancia funciona simplemente porque inhalamos menos aire", expone el experto.

De modo que la observación sobre si la distancia funciona o no requiere más pruebas. Por ejemplo, analizando si se infecta gente en el aire compartido cuando se guarda la distancia. Si pasa, deduce Jiménez, los aerosoles están contribuyendo a la transmisión.

"También sabemos que la transmisión es mucho más fácil en interiores que en exteriores", agrega. Pone como ejemplo ilustrativo un caso de rastreo de contactos llevado a cabo en Japón. De 22 personas reunidas en interiores, 16 contagian a alguien y 6 no. Y de 88 reunidas en exteriores, 77 no contagian a nadie, y 11 sí. "Hay una gran diferencia".

Respecto a cuánta gente contagian, "en interiores empiezas a ver brotes de super propagación, mientras que en exteriores solo es de uno en uno. Claramente es mucho más fácil contagiar en interiores, y esto se explica muy bien por los aerosoles. De hecho, se ve que el 10-20% de los infectados contagian al 80% de los nuevos casos".

Por otro lado, explica el hecho de que veces la gente comparte el aire y no se contagia, algo que aplica a todas las enfermedades respiratorias. "El error es que cuando la gente dice esto está haciendo una suposición oculta, que de una persona infectada salen siempre muchos aerosoles infecciosos. Si tienes un caso donde comparten el aire y no se infecta, esto demuestra que no están saliendo virus infecciosos, no que no se puedan transmitir por el aire", argumenta.

Según él, es un hecho variable, pues los dos días antes de tener síntomas es cuando la enfermedad es más contagiosa, y luego va bajando. "Es más fácil contagiarse de otro sanitario presintomático o de alguien que se ha roto la pierna en el hospital de un paciente grave de covid". Además, un estudio de la Universidad de Pekín midió la respiración de mucha gente infectada, y vieron que en el 73% de los casos no podían detectar ningún virus en la respiración, pero en el 27% identificaban muchos, de media, un millón por hora. Igualmente, "había gente a quienes les medían varias veces y a veces les salía el virus y a veces no. Esto es lo que explica la variabilidad".

En definitiva, "los aerosoles dominan la transmisión. Debemos pensar que son como humo, y que por eso funcionan las mascarillas y la distancia".

Transmisión en entornos laborales

Por su parte, Guadalupe Fontán Vinagre, enfermera del Instituto Español de Investigación Enfermera, Madrid imparte algunas pautas sobre las estrategias para minimizar el riesgo de transmisión en entornos laborales.

En el último año, indica, "nuestro entorno laboral ha cambiado mucho, pese a todos los medios de prevención que ya teníamos, porque actuábamos de una manera automática en este sentido y teníamos controlados todos los riesgos".

En cambio, con la explosión de la pandemia empieza a surgir la necesidad de usar nuevas medidas barrera y de organización del trabajo para poder garantizar la asistencia y la protección de los trabajadores y de los pacientes.

"Los mecanismos de transmisión que fueron identificados y reconocidos al principio de la pandemia estaban relacionados fundamentalmente con la emisión de secreciones respiratorias de diferentes tamaños y siempre se tomaban de referencia las medidas barreras como el lavado de manos, así como la la etiqueta respiratoria (al toser o estornudar, cubrirnos la boca y la nariz). También se planteó como algo muy importante la identificación de los síntomas para evitar contactos entre contagiados", relata. Pero a lo largo de esto año, hemos ido avanzando en el conocimiento de la enfermedad y así se ha ido profundizando, hasta llegar al reconocimiento de la vía de transmisión por aerosol, que ha sido la de mas reciente incorporación.

Como primer eslabón para frenar la transmisión se reforzaron las medidas de protección estándar: "higiene de manos, uso de correcto de guantes, uso de bata de protección, mascarillas y etiqueta respiratoria y protección ocular".

La distancia interpersonal, agrega Fontán, "también ha sido incluida como una ampliación más de estas medidas barrera, e igualmente ha ido evolucionando con el tiempo".

Dentro de las precauciones existe un segundo nivel de estrategias que han ayudado a evitar las transmisiones. La "primera y fundamenta" es la valoración del riesgo de transmisión y de exposición. A raíz de estos, "se han establecido las medidas organizativas y estructurales que han ayudado a hacerlo. Y después están los programas de cribado de detección precoz de casos, puesto que detectándolos de manera incipiente podemos frenar la cadena de contagios".

Por supuesto, subraya la enfermera, "aquí están añadidas también las precauciones de contacto, las precauciones por gota y las precauciones por aire".

En cuanto a las lecciones aprendidas tras un año de pandemia, Fontán manifiesta que se han desarrollado muchísimas actividades, manuales, guía, etc., "que nos van a dar más garantías y visibilizar todas estas estrategias, siempre buscando la garantía de la seguridad dentro de los distintos ámbitos. Creo que en este sentido se ha hecho una gran labor y un trabajo en equipo en el que todos hemos remado en la misma dirección".

En resumidas cuentas, como premisas para medir y minimizar el riesgo, "los pasos serían identificar y medir el riesgo real, ajustar las medidas y el nivel de protección a cada situación y momento concreto, tener la garantía de disponer de los de equipos de protección de calidad necesarios y de un entorno de trabajo seguro, el potenciar la investigación para seguir generando evidencias ante una enfermedad de este calibre, y la planificación y la organización adaptada a la situación dentro de cada organismo o centro de trabajo".

Por lo tanto, concluye, "estamos recorriendo un largo y arduo camino juntos, con muchas experiencias acumuladas y compartidas, aunque sea en la distancia. Pero todo esto nos ayudará a seguir avanzando y a alcanzar metas comunes".

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