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Es muy oportuno el crear una estrategia de reestructuración psicológica

La demanda de atención de salud mental de los niños y jóvenes se ha incrementado. La Fundación Bamberg analiza ´La Salud Mental tras más de un año de pandemia´. También se destaca cómo ha afectado a las personas que han contraído el Covid-19 y a los profesionales sanitarios en primera línea.

12/04/2021

Es natural sentir estrés, ansiedad, angustia y preocupación durante la pandemia del Covid-19. El evento virtual La Salud Mental tras más de un año de pandemia, organizado este lunes por la Fundación Bamberg, cómo se ve afectada la salud mental por los enfermos que han contraído la enfermedad, por los ...

Es natural sentir estrés, ansiedad, angustia y preocupación durante la pandemia del Covid-19. El evento virtual La Salud Mental tras más de un año de pandemia, organizado este lunes por la Fundación Bamberg, cómo se ve afectada la salud mental por los enfermos que han contraído la enfermedad, por los sanitarios que los atienden, los enfermos de salud mental, en su mayoría crónicos o sujetos a rebrotes, y a la población en general, especialmente a las personas de alto riesgo.

De acuerdo con las palabras de Ignacio Para Rodríguez-Santana, presidente de la Fundación Bamberg; la infección por el virus SARS-Cov-2 puede tener "efectos directos sobre la salud mental pues el virus infecta también el cerebro creando problemas neurológicos". A su vez, hay respuestas inmunes que tienen efectos adversos sobre la función cerebral. Además, "la enfermedad Covid-19 provoca frecuentemente a los que la sufren efectos que afectan a la salud mental como el estrés post traumático, ansiedad y depresión".

"También los sanitarios que la atienden, que viven la tragedia de sus pacientes y que se ven superados por la presión asistencial, el desconocimiento de la enfermedad y la incertidumbre de los medicamentos, sufren angustia emocional que pueden llegar a dar casos de pánico, ansiedad, estrés y depresión", añadió. Por otro lado, en lo que se refiere a la población en general, las medidas de confinamiento, aislamiento y prevención pueden dar lugar al agravamiento de problemas de salud mental preexistentes.

Los efectos del aislamiento, el teletrabajo, la pérdida de empleo y el distanciamiento social y físico han interrumpido abruptamente muchas oportunidades sociales importantes para la salud física y psicológica. Esto, "junto con el miedo a contraer la enfermedad y la muerte, pueden generar sasos de pánico, ansiedad, estrés y depresión, efectos que pueden ser agravados por la depresión económica, la pérdida de empleo, los impagos y las carencias de ingresos". En España, al principio de la crisis se contaba con unos tres millones de pacientes psiquiátricos.

Las consecuencias de todo esto son el aislamiento social y la soledad que "pueden llevar al suicidio y autolesiones, abuso de alcohol y sustancias, juegos de azar, abuso doméstico e infantil y riesgos psicosociales, como desconexión social, falta de significado o anomia, acoso cibernético, sentirse agobiado, duelo, pérdida, estrés económico, desempleo, falta de vivienda y ruptura de relaciones". Éste es un cuadro "quizá un poco alarmista, pero real".

Antonio Alarcó, senador, consideró que es muy oportuno el crear una estrategia de reestructuración psicológica. A su juicio, ésta es una pandemia vírica muy dura y se ha alterado de una forma drástica la vida. Ya se habla de una segunda pandemia. El estar en estado de alarma permanente es un inmunosupresor. Los que están en primera línea sufren "una huella psicológica".

Para responder a estos peligros es necesario un plan de acción cuya prioridad ha de ser monitorizar e informar sobre las tasas de ansiedad, depresión, autolesiones, suicidios. Pero la monitorización debe ir más allá de la vinculación de registros clínicos y comprender cómo se puede apoyar a los profesionales sanitarios y a la asistencia social y sus familias. Defendió que la salud mental en España necesita un cambio. Sostuvo que "hay que luchar contra la infodemia". Sentenció que "no hemos salido de la pandemia, sino que hemos salido con la pandemia" y advirtió de sin la inmunidad de rebaño no se podrán atajar los problemas psicológicos.

El encuentro se dividió en dos sesiones: Nuevos enfermos y Evolución de la Cronicidad en Salud Mental y Nuevos retos en la gestión de la Salud Mental en la que expertos psicólogos, psiquiatras, gestores y responsables de las políticas sanitarias debatieron sobre los temas expuestos.

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En la primera, con la moderación de Para Rodríguez-Santana; José Martín Zurimendi, jefe Servicio de Psiquiatría del Hospital de Galdakao y secretario del Consejo Asesor de Salud Mental del Departamento de Salud del Gobierno Vasco, expuso cómo es su programa orientado a pacientes, familiares y profesionales. "Hemos aprendido que con las familias no hubo la dedicación que se debería tomar. La Enfermería bajó a la Urgencia", expresó. Con respecto a los pacientes, han tenido que adaptar las unidades. Han visto que los pacientes no acuden a la Urgencia, pero que cuando lo hacen llegan en una peor situación. "Hay un incremento de la psiquiatría infanto-juvenil", informó. Con respecto a los profesionales, han notado que ha habido un cambio importante. En la primera fase, tenían miedo a contagiarse y contagiar a la familia, a los cambios en el protocolo. Ahora, es una situación de cansancio.

Blanca Reneses Prieto, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, señaló que "seguimos estando expuestos". Habló de la población general que no tenía ninguna patología y que ha debutado con alguna, otro grupo es el de las personas con trastornos mentales, otro grupo importante es el de la población que ha contraído Covid-19 y que ha tenido consecuencias y, por último, el grupo de profesionales sanitarios y otros profesionales que están en primera fila atendiendo a los pacientes. Hizo hincapié en el aumento de trastornos depresivos de personas que han contraído la enfermedad, incluso personas que la han tenido con carácter leve. Advirtió de que ellos han tenido un incremento de un 30% de demanda de primeras consultas derivadas desde Primaria en la franja de edad de los jóvenes y un desbordamiento de los ingresos de adolescentes. "Hemos tenido muchas dificultades con los pacientes ingresados con comorbilidad y patología Covid-19", sopesó. Otra franja en la que han tenido complicaciones es en la de personas mayores.

Fernando de Uribe Ladrón de Cegama, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Valladolid, se refirió a la "pandemia de salud mental". Se mostró de acuerdo en que hay un fuerte impacto en la población más joven, aunque también en los profesionales sanitarios. El confinamiento, en un primer momento redujo algunas patologías. En niños, por ejemplo, se redujo el acoso escolar. A medida que ha ido pasando el tiempo, salvo en la población más joven, no se ve una recuperación total de la demanda. "Llegan menos cosas, desde el punto de vista de Atención Primaria y de Urgencias", comentó. En lo que a suicidios se refiere, "también han caído en la provincia de Valladolid, un 9%". Los indicadores que tienen de presión asistencial apuntan que no están subiendo. Han notado que la demanda en infantil se ha incrementado. Dijo que nunca habían visto a tanto personal sanitario afectado.

Josep Antoni Ramos-Quiroga, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d´Hebron, resaltó que las predicciones que los expertos en salud mental hacían al inicio de la pandemia se han cumplido. "Dijimos que se iba a incrementar la ansiedad y la depresión y ha sucedido", afirmó. Contó que en su caso tienen un 27% más de tentativa de suicidios en adolescentes. "Hemos visto a lo largo de esta pandemia que muchas veces la salud mental ha sido un factor que no se ha priorizado", lamentó. La salud digital, asimismo, es una necesidad imperativa. "Es uno de los instrumentos clave para permitirnos abordar de forma eficiente todo lo que nos va a venir", opinó. Criticó que se cae en el estigma. No se ha visto un incremento sustancial de recursos en esta especialidad y en la estrategia de vacunación no se ha priorizado a las personas con enfermedades mentales.

Luis Beato Fernández, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Ciudad Real, subrayó que es muy difícil sensibilizar sobre la pandemia de salud mental. "A nuestra población le ha afectado según la edad. Muchos escolares se quedaban descolgados de las clases académicas y de los eventos online. En los universitarios, el pico más afectado era el de los de primero de carrera y los de último año. En la población más adulta, las repercusiones económicas han tenido mucho impacto", aclaró. Expuso que ha habido un aumento de trastornos conducto-alimentarios. Los pacientes tuvieron miedo de ir al hospital.

José Manuel Carrascosa, director gerente del Instituto Psiquiátrico SSM José Germain de Leganés, dedicó sus minutos a un colectivo de pacientes "un poco olvidado", el de los pacientes con trastorno mental grave crónico. "Esta pandemia ha dejado en evidencia que hay ciertos recursos que tenemos que potenciar. Estos pacientes han perdido con el Covid-19 su soporte sociosanitario. Se han quedado muy desprotegidos, muy solos, sin soporte. Es un enfoque que deberíamos darle. Tenemos que desarrollar más programas multidisciplinares de apoyo a estos pacientes", declaró. Pidió una mayor coordinación entre todos.

Vicente Martínez Fernández, Neuroscience Medical Head de Takeda Farmacéutica España, puntualizó que las personas y los pacientes viven esta situación como algo crónico y todo eso repercute en la enfermedad. La tecnología tiene muchas ventajas, pero esa modernidad es a veces peligrosa en el sentido de que hay riesgos de información sesgada y de inestabilidad. "Esta crisis ha puesto a los profesionales sanitarios como los grandes héroes de la pandemia. Pero, todo el esfuerzo que ha hecho la industria farmacéutica por desarrollar nuevas vacunas y nuevos tratamientos no se ha sabido explicar desde la propia industria", manifestó. Hay una cronificación de este entorno.

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En la segunda, con la moderación de Ignacio L. Balboa, patrono de la Fundación Bamberg; María Tajes, jefa de Servicio Salud mental y drogodependencias del SERGAS. S. G. de Planificación y Programación Asistencial. DG de Asistencia Sanitaria, especificó lo que están llevando a cabo en Galicia. "Esta pandemia nos hizo cambiar el rumbo y hacer un reanálisis. Empezamos a trabajar con sociedades científicas y expertos para definir las necesidades en materia de recursos humanos e inversión para dar una respuesta contundente", remarcó. Teresa Rodríguez Cano, coordinadora regional de Salud Mental del SESCAM, detalló que ha venido para quedarse la videoconsulta y que la e-salud es algo más allá que la videoconsulta. Ésta ayudará a la continuidad asistencial. Con respecto a los planes de cuidado, aseveró que deben ser proactivos. "La pandemia nos ha enseñado que los problemas de salud no son sólo asistenciales, sino también de Salud pública", pronunció. Es positivo buscar otras maneras de trabajo.

Ana Cristina Iritia Artigas, presidenta de la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental, ASAPME, recordó que las personas han tenido miedo y angustia, que ha habido gente que no se ha podido despedir de sus seres queridos. "La salud mental engloba todas las facetas del ser humano", avisó. Para ella, dentro de la gestión de salud mental, se han detectado "carencias" y "listas de espera de muchos meses para ser atendido por primera vez". Entre sus sugerencias, aumentar a los profesionales de la Sanidad pública que atienden a las personas de salud mental, que deben ser consideradas prioritarias para la vacunación contra el Covid-19. Instó a eliminar prejuicios y estigmas.

Óscar Fernández Torre, coordinador de Salud Mental en el Servicio Cántabro de Salud, adelantó que la telemedicina será una herramienta transversal dentro de su plan. Ellos empezaron a hacer videoconsultas con los pacientes en residencias de mayores, por ejemplo. Fue algo que se puso en marcha como una iniciativa local y que estará en el plan de Salud Mental de Cantabria. Hizo hincapié en la necesidad de cuidar la salud mental de los mayores, que han sufrido mucho durante la pandemia.

Mercedes Navío Acosta, coordinadora regional Salud Mental y Adicciones de la Comunidad de Madrid, informó de que se tuvo que hacer en Madrid al principio de la pandemia una amortiguación en el número de camas que se cedió a atención Covid-19. Se sacó adelante un plan específico de respuesta Covid-19. Las líneas generales del Plan de Salud Mental "siguen estando vigentes" y se identificaron a tres poblaciones que podrían ser afectadas especialmente: las personas que habían perdido a alguien en esta situación, los profesionales sanitarios y a pacientes Covid-19 con un impacto significativo en la gravedad de la enfermedad. Destacó que la prevención es esencial. Y que en los meses o años que nos quedan de impacto postcrisis será primordial.

Alvaro Abascal Castañón, director general de Salud Mental y Corporativo de Mentalia Salud, especificó que, de los nuevos retos que ellos han tenido, los primero es "la colaboración público-privada" que ha habido. Un reto a futuro es la falta de personal sanitario en la salud mental. Otro reto es la parte tecnológica realizada en la pandemia.

Susana Gómez-Lus, directora médico y de acceso al mercado de Lundbeck, expresó que el compromiso con la salud mental para ellos es seguir "investigando". Otro pilar fundamental pata Lunbeck es apoyar la formación para patologías neurológicas y psicológicas. Alegó que la salud mental requiere recursos y una atención.

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