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Las mujeres, a partir de cierta edad, tienen menos posibilidad de someterse a una angioplastia tras un ataque cardíaco

Las mujeres tienen menos probabilidades de recibir una angioplastia primaria como tratamiento, a pesar de que la revascularización coronaria se asocia con mayores beneficios en ellas, según un reciente estudio.

09/04/2021

El estudio muestra que las técnicas utilizadas para restablecer el suministro de sangre a las arterias, como la angioplastia primaria, son una estrategia segura y eficaz en pacientes de 90 años que han sufrido un infarto agudo de miocardio , siempre que no estén gravemente discapacitados. Sin embargo, se encontró, respecto ...

El estudio muestra que las técnicas utilizadas para restablecer el suministro de sangre a las arterias, como la angioplastia primaria, son una estrategia segura y eficaz en pacientes de 90 años que han sufrido un infarto agudo de miocardio , siempre que no estén gravemente discapacitados.

Sin embargo, se encontró, respecto a las diferencias según el sexo, una disparidad entre los dos grupos. Las mujeres tienen menos probabilidades de recibir una angioplastia primaria como tratamiento, a pesar de que la revascularización coronaria se asocia con mayores beneficios en ellas

En estudios anteriores, como VIRGO, ya se había observado que existe desigualdad en la forma en que hombres y mujeres son tratados por enfermedades como el infarto, aunque en este caso el estudio se centró en poblaciones más jóvenes. Se observó que las mujeres con infarto agudo de miocardio tenían menos probabilidades de recibir tratamiento y tenían más probabilidades de retrasar su tratamiento. El mismo patrón es evidente en el trabajo actual, pero en pacientes nonagenarios.

Principal causa de mortalidad

Además, la incidencia de enfermedades cardiovasculares aumenta con la edad. Es la principal causa de mortalidad en las personas mayores. Diferentes estudios demográficos sugieren que para el 2030, la esperanza de vida de las mujeres puede superar los 90 años. Por tanto, dado que en un futuro próximo habrá un mayor número de pacientes nonagenarios en los hospitales, y la mayoría de ellos sufrirán enfermedades cardiovasculares, es importante estudiar si los tratamientos habitualmente utilizados para las enfermedades cardíacas también son seguros para este grupo, que se considera de muy alto riesgo.

El objetivo es mejorar el pronóstico en este creciente grupo de pacientes, que, afortunadamente, ya ha mejorado mucho en los últimos años gracias a la cardiología intervencionista, con nuevas tecnologías y criterios.

En definitiva, este estudio aporta evidencias sobre la seguridad y eficacia del tratamiento en personas muy ancianas. Además, tiene como objetivo concienciar sobre las desigualdades entre mujeres y hombres, y romper la brecha de género que existe en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.

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