Las nuevas guías de reanimación cardiopulmonar elaboradas por el Consejo Europeo de Resucitación (ERC) han sido ya publicadas, tras suspenderse en 2020 a consecuencia de la pandemia de coronavirus. Las revisiones a estas guías que el ERC elabora conjuntamente con la Sociedad Europa de Medicina de Cuidados Intensivos (ESICM) han sido ...
Las nuevas guías de reanimación cardiopulmonar elaboradas por el Consejo Europeo de Resucitación (ERC) han sido ya publicadas, tras suspenderse en 2020 a consecuencia de la pandemia de coronavirus.
Las revisiones a estas guías que el ERC elabora conjuntamente con la Sociedad Europa de Medicina de Cuidados Intensivos (ESICM) han sido revisadas cinco años después de su última edición en 2015. Las primeras directrices del ERC se presentaron en Brighton en 1992 para dar cobertura al soporte vital básico y avanzado, desde 2001 se vienen revisando cada cinco años.
El documento, basado en la evidencia para la prevención y el tratamiento del paro cardíaco y el manejo de situaciones emergentes ofrece abundante información sobre diversos aspectos, desde epidemiólógicos hasta soporte vital tanto básico como avanzado, así como pautas de reanimación en circunstancias específicas para los que se necesitan unas pautas más allá de las universales, además de primeros auxilios, y soporte vital tato neonatal como pediátrico.
Registros de paros cardíacos
En la actualidad, el paro cardíaco súbito (PCS) representa la tercera causa de muerte en Europa, El PCS que se produce fuera del hospital se sitúa entre los 67 y 170 casos por 100.000 habitantes. El número de paros cardíacos extrahospitalarios notificados en Europa ha aumentado en los últimos años en comparación con la situación de hace una o dos décadas. De ello queda constancia en los registros de paro cardíaco extrahospitalario que existen en,aproximadamente, el 70% de los países europeos, además de un registro europeo de paros cardíacos (EuReCa) en el que participan 29 países, y que ofrece la información más completa sobre la epidemiología registrada en torno a este tipo de enventos. A este respecto, en las guás se apunta a que los sistemas de salud deben tener registros basados en la población que controlen la incidencia, la combinación de casos, el tratamiento y los resultados del paro cardíaco.
Una de las principales indicaciones que se incluyen para reducir aún más la mortalidad por paro cardíaco repentino está dirigida a la prevención individual para lo que se requiere educación pública y reconocimiento temprano de pacientes individuales y familias con mayor riesgo de paro cardíaco repentino. Las recomendaciones actuales después de un paro cardíaco repentino incluyen la detección de trastornos genéticos en otros miembros de la familia.
Cómo detectar un paro cardíaco
En las guías se recuerda, además, algunas pautas para reconocer un paro cardíaco: La respiración lenta y dificultosa (respiración agónica) debe considerarse un signo de que se está produciendo un episodio. Así, cuando una persona que no responda con respiración anormal o ausente recomiendan iniciar una RCP.
Asimismo, en el afectado pueden observarse movimientos similares a convulsiones, sobre todo, al comienzo de un paro cardíaco. Al respecto, se recomienda evaluar a la persona después de que la convulsión haya cesado: si no responde y tiene una respiración ausente o anormal, iniciar, también la RCP.