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Linagliptina, también para pacientes ancianos

En pacientes con DM2 y alto riesgo cardiovascular y/o renal, incluidos los pacientes de más de 75 años, linagliptina no aumentó el riesgo de eventos cardiovasculares ni de hipoglucemias y la función renal se mantuvo estable.

24/03/2021

El envejecimiento de la población es un problema a escala mundial. Patologías como la diabetes están estrechamente ligadas al envejecimiento. Actualmente en España, más de la mitad de los pacientes diabéticos son mayores de 65 años y más de un tercio de los mayores de 75 años tienen diabetes. Pese ...

El envejecimiento de la población es un problema a escala mundial. Patologías como la diabetes están estrechamente ligadas al envejecimiento. Actualmente en España, más de la mitad de los pacientes diabéticos son mayores de 65 años y más de un tercio de los mayores de 75 años tienen diabetes. Pese a ello, la presencia de pacientes ancianos en los ensayos de resultados cardiovasculares de fármacos antidiabéticos es baja.

Esta escasez de datos plantea un desafío para el abordaje de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) basado en la evidencia en esta población, en la que existe una alta prevalencia de comorbilidades, fragilidad y polifarmacia. Las recomendaciones de tratamiento especializadas en esta población coinciden en priorizar la seguridad, haciendo énfasis en evitar hipoglucemias, flexibilizando los objetivos glucémicos si es necesario.

En este contexto, el inhibidor de la dipeptidil peptidasa 4 (iDPP4), linagliptina ha demostrado eficacia en la reducción de la HbA1c y tolerabilidad en personas de 70 años o más. Linagliptina también mostró eficacia y seguridad en un análisis agrupado de siete estudios en participantes de 65 años o más. Pese a la publicación de los ensayos de resultados cardiovasculares CARMELINA® y CAROLINA® que demostraron la seguridad cardiovascular y renal de linagliptina, existía la necesidad de confirmar la seguridad de linagliptina en pacientes ancianos.

Por ello, se publicó recientemente un subestudio del ensayo CARMELINA® estratificado por franjas de edad. Así, los 6.979 pacientes con DM2 y enfermedad cardiovascular establecida y/o enfermedad renal reclutados para el ensayo CARMELINA®, se estratificaron según su edad al inicio del estudio: 2.968 pacientes tenían menos de 65 años, 2.800 entre 65 y 75 años y 1.211 eran mayores de 75 años. En este ensayo se comparó el uso de linagliptina frente a placebo añadido al tratamiento de base.

La variable principal de CARMELINA® fue el tiempo hasta la primera aparición de cualquiera de los componentes del 3P-MACE: muerte por causas cardiovasculares, infarto de miocardio no mortal e ictus no mortal. La variable principal se alcanzó en 12,4% y 12,1% de los pacientes en los grupos de linagliptina y placebo, respectivamente. El análisis estadístico no mostró diferencias significativas en el tratamiento con linagliptina y placebo para esta variable en la totalidad de la población del estudio ni en los distintos subgrupos de edad.

La variable secundaria clave de CARMELINA® fue el tiempo hasta la primera aparición de uno de los siguientes componentes: muerte debido a enfermedad renal, enfermedad renal terminal prolongada o disminución sostenida ≥40 % en la tasa de filtración glomerular estimada respecto al periodo basal. La variable secundaria ocurrió en 9,4 % y 8,8 % pacientes en los grupos de linagliptina y placebo, respectivamente. No se observaron diferencias estadísticamente significativas ni en la población global del ensayo ni en ningún subgrupo de edad.

La hospitalización por insuficiencia cardíaca fue una variable secundaria exploratoria en este estudio. Se registraron ingresos por insuficiencia cardíaca en 6,0% frente a 6,5% de los pacientes en los grupos de linagliptina y placebo, respectivamente. A diferencia de otros ensayos con iDPP4, linagliptina comparada a placebo no aumentó las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca, ni en la población general ni en la población mayor de 75 años.

No hubo cambios significativos con respecto al valor inicial en el peso corporal, la presión arterial en ningún grupo de tratamiento o categoría de edad durante el estudio. Los pacientes mayores de 75 años informaron de más eventos adversos que los menores de 65 años, pero en cada categoría de edad, el porcentaje de pacientes del grupo linagliptina que informó eventos adversos fue generalmente comparable con el grupo placebo. El tratamiento con linagliptina llevó a menos discontinuaciones del fármaco por eventos adversos que el placebo.

El ensayo CARMELINA® incluyó a pacientes con DM2 y alto riesgo cardiovascular y/o renal, incluidos pacientes de más de 75 años. En esta población los eventos cardiovasculares contemplados en el 3P-MACE fueron superiores a otros estudios en el grupo placebo y aún mayores en el grupo de edad de mayores de 75 años. En este contexto, linagliptina no aumentó el riesgo de eventos cardiovasculares frente a placebo.

El tratamiento con linagliptina mostró seguridad renal en todos los grupos de edad, al no aumentar los eventos renales adversos. Este dato es especialmente relevante entre los participantes mayores de 75 años, ya que presentaban tasas de filtración glomerular reducida (media de aproximadamente 45-50 ml/min/1,73m2). Por último, y a diferencia de otros iDPP4, el tratamiento con linagliptina no aumentó las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca. Las hipoglucemias tampoco aumentaron en el tratamiento con linagliptina en el estudio CARMELINA®. Este subanálisis de CARMELINA® traslada los beneficios observados previamente en CARMELINA® a todos los pacientes independientemente de su edad, incluidos los mayores de 75 años.

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