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Covid persistente, cuando la lucha contra el virus continua

La pandemia del coronavirus trae diversas consecuencias y una de ellas es que los síntomas de quienes han pasado la enfermedad persistan durante meses. Es lo que se llama Covid persistente o long Covid, y, según una encuesta de la SEMG, un 79% de los afectados por este problema en España son mujeres con una edad media de 43 años.

08/03/2021

La OMS ha reconocido la existencia del Covid-19 persistente, que se suele dar en un 5 y 10% de la población que ha pasado la enfermedad, pero que no se recupera por completo y los síntomas persisten semanas y meses después. Engloba un amplio espectro de síntomas que fluctúan según ...

La OMS ha reconocido la existencia del Covid-19 persistente, que se suele dar en un 5 y 10% de la población que ha pasado la enfermedad, pero que no se recupera por completo y los síntomas persisten semanas y meses después. Engloba un amplio espectro de síntomas que fluctúan según el tiempo y pueden afectar cualquier sistema del cuerpo. Pues hay desde fatiga, tos y dificultad respiratoria, hasta inflamación y daños de órganos mayores, incluyendo los pulmones y el corazón, y efectos neurológicos y psicológicos.

La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y el colectivo Long Covid Acts trabajan de forma conjunta para que se reconozca este problema y se dé la relevancia que se merece, pues se trata de un grupo poblacional en constante crecimiento de forma paralela al aumento de los contagiados por el SARS-CoV-2.

La SEMG define al concepto como un complejo sintomático multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han padecido el Covid-19, "que una vez pasado el Covid-19 en la fase aguda, siguen teniendo síntomas y se mantienen en el tiempo durante meses, con una afectación que es multiorgánica, con múltiples síntomas de distintos aparatos y órganos", responde María Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta y responsable de Investigación, de Formación Sanitaria Especializada y Desarrollo Profesional de la SEMG.

En general, cualquier persona sana puede desarrollar tales complicaciones, pues una mayoría de ellos no requirieron hospitalización cuando tuvieron el Covid-19.

Síntomas a lo largo de 6,2 meses y más

Algunos de los datos más destacados del estudio, enfocado a la primera ola, impulsado desde la SEMG, en colaboración con el colectivo de pacientes Long Covid Acts, presentado en noviembre de 2020, concluyó que el 79% de los afectados por Covid persistente son mujeres con una edad media de 43 años. "Tanto en nuestro estudio como el internacional de 52 países, el long covid engloba a gente joven, de una media de edad de 43 años, predominantemente mujeres, que no tienen otras patologías ni otras afectaciones o, como mucho, un asma leve intermitente, propia de personas de esa edad", explica María Pilar Rodríguez Ledo. "Estos pacientes no han requerido por la fase aguda estar en ingresados en el hospital, y mucho menos en una parte de críticos, con riesgo vital. Es decir, el Covid persiste no va paralelo a la gravedad de la fase aguda, es independiente de eso".

Otra de las conclusiones del estudio es que la persistencia de los síntomas tiene un tiempo medio de 6,2 meses, mientras que se han registrado un total de 200 síntomas persistentes, siendo los más frecuentes el cansancio, el malestar general, los dolores de cabeza, dolores musculares, falta de aire, entre otros.

Los miembros del colectivo Long Covid Acts consultados tienen síntomas distintos y destacan que "en vez de mejorar o terminar con la infección, hemos seguido presentando múltiples síntomas desde el comienzo del contagio y que, a día de hoy -10 meses de media-, seguimos igual o peor que al principio de este proceso", destaca Marga, paciente de Covid persistente.

La experiencia de los pacientes

El colectivo Long Covid Acts en España agrupa más de 2.300 personas, pero cada día se van sumando más que conocen su existencia a través de las redes sociales. María Eugenia, de 43 años, tras 305 días, permanece con una sintomatología leve como mareos, cefaleas, dolor y escozor de ojos, visión borrosa, hematomas espontáneos, alteraciones menstruales, parestesias, falta de concentración, olvido de palabras, entre otros. Para ella, lo mejor ha sido descubrir que no está sola, "que somos muchas personas en la misma situación. Vivimos en una montaña rusa de síntomas que varían en intensidad y frecuencia sin sentido, y eso hace que no podamos tener nuestra vida de antes".

Mientras que Marga, de 52 años, especifica que sus vidas se han visto afectadas tanto a nivel laboral, social, familiar y personal. "Hemos envejecido brutalmente en 10 meses. Somos gente deportista, sana, activa y ahora nos sentimos enfermos sin energía para realizar tareas básicas de la vida". Después de seis meses con serología negativa a la infección activa, a Marga le aparecen diversos síntomas y afecciones, algunos neurológicos: "Esta situación de duda, y miedo, hace que tengamos muchas preguntas sin respuesta de los médicos".

Pedro, de 55 años mediados, estuvo en la UCI y 100 días hospitalizado, y casi un año después sigue necesitando oxígeno 24 horas en casa. Suele tener secuelas mucho más graves: caída de cabello, ha perdido la escucha del oído izquierdo, boca y lengua acolchada, no ha recuperado el olfato ni el gusto, con parestesias en las manos y el pulmón izquierdo muy tocado.

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