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Una de las funciones del médico es reducir el gap de la infelicidad de un paciente con cáncer

El rato de contacto con el paciente es para el paciente. Hay que mejorar la comunicación, y pocos médicos han recibido formación en este aspecto. El Dr. Luis M. Chiva aborda la comunicación médico-paciente en una sesión online ´¿Me invitas?´.

26/02/2021

¿Qué esperan de ti tus pacientes? Una visión antropológica. El Dr. Luis M. Chiva, director del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Clínica Universidad de Navarra, fue el protagonista este viernes de ¿Me invitas?, iniciativa formativa hecha a medida, un espacio de contacto que Lacer pone al alcance de ...

¿Qué esperan de ti tus pacientes? Una visión antropológica. El Dr. Luis M. Chiva, director del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Clínica Universidad de Navarra, fue el protagonista este viernes de ¿Me invitas?, iniciativa formativa hecha a medida, un espacio de contacto que Lacer pone al alcance de los Servicios de Urología y Ginecología para abordar las últimas tendencias de la especialidad, experiencia y conocimiento.

Fue un webinar organizado por el Servicio de Ginecología del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil de Gran Canaria. La Dra. Alicia Martín Martínez, jefa de dicho Servicio, abordó con Chiva un tema tan relevante como la comunicación médico-paciente. Ella habló de "pasar el examen de los pacientes". Él, que se está entrenando en microcirugía y que se ha dedicado fundamentalmente a oncología ginecológica, compartió sus reflexiones acerca de lo que esperan los pacientes de los médicos. "En muchas ocasiones, nos encontramos con una prueba, el PET-TAC, que puede modificar la vida de personas incluso asintomáticas. Y se lo tenemos que comunicar. La palabra cáncer hace que surjan escenarios de dolor y de incertidumbre", señaló. Hay diversas connotaciones y una nube de preguntas. En gente joven, se duda acerca de los que sucederá con la fertilidad y con la sexualidad, entre otras cosas. "Cuando decimos por primera vez que una persona tiene cáncer se ha intentado simplificar el proceso de adaptación", aseveró. La felicidad o infelicidad es un espacio que está localizado entre nuestras ambiciones, nuestros sueños y nuestras esperanzas y dónde estamos en realidad. "Una de las funciones del médico es reducir el gap de la infelicidad", sostuvo.

Chiva se vio como paciente. "Me vino a la cabeza que, si salgo de ésta, qué podía hacer", comentó. Las horas que importan son las horas que brillan en nuestra vida. A su juicio, el rato de contacto con el paciente es para el paciente. Le surgieron preguntas como qué esperan los pacientes de él y cómo se podía comunicar con ellos. Se espera de los médicos que dén confianza, que sean empáticos, que sean amables, que se interesen más allá de la enfermedad, que sean respetuoso, pero sobre todo que sean meticulosos y persistentes. "Más allá de nuestra calidad como médicos, les interesa que el paciente realmente nos preocupa", puntualizó. Los médicos podrán ser muy buenos en una cosa, pero han de tener las virtudes que les han hecho ser médicos.

Los pacientes muchas veces "asumen que tú vas a ser bueno", pero la idea es que "este médico se preocupa por mí". El objetivo debe ser comunicar bien, ya que ésta puede afectar de algún modo a la calidad de vida del paciente. Hay que mejorar la comunicación, y pocos médicos han recibido formación en este aspecto. También se refirió a la "liturgia" de tocar. "El sonreír, el mirar a los ojos, el tocar (ahora no se puede), son fundamentales para comunicar", precisó. Subrayó que hay que ayudarles a revelar lo que les preocupa. Al final, "uno de los grandes temas de la Medicina es ser capaz de acompañar al paciente para que revele lo que le preocupa". Cuando acaba la entrevista con el paciente, él utiliza el truco de preguntar si hay algo más que les preocupa. En ese sentido, "la mano, que ahora no podemos usar, tiene un arma terapéutica con poder, en algún modo, ilimitado". Defendió que hay que tocar al paciente. A veces "se puede prolongar o no la vida, pero se puede ensanchar la vida". Cuando él tiene una paciente con cáncer, le intenta dar la vuelta a la tortilla para hacerle ver que es una oportunidad para ver lo que realmente importa, que se puede modificar el instante. No el pasado ni el futuro, pero sí el instante. Recordó que un 30% de las pacientes de oncología muere en la UCI. Remarcó que, el acompañamiento es tan importante, que el adelantar los paliativos muchas veces hace que el paciente viva más. Alegó que en ginecología hay que implementar este tema de comunicar noticias y que debería estudiarse en la carrera. Éste es el espíritu de la Medicina centrada en el paciente, el cuidarlo, el deseo de éste de sentirse acompañado de cerca.

Él, antes de operar a una paciente, acude pronto al hospital y va un rato a estar con ella. Le presenta al equipo y le resuelve las dudas que tenga, entre otras cosas.

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