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Investigadoras del CNIO descubren los nueve genes que aumentan el riesgo de cáncer de mama

Una ambiciosa investigación internacional analiza 34 genes candidatos de conferir susceptibilidad a desarrollar este tipo de cáncer en un total de 113.000 mujeres

01/02/2021

La lucha contra el cáncer de mama sigue avanzando y los genes se pueden convertir en el gran aliado para su prevención. Una amplia colaboración internacional, de la que forma parte el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha estudiado 34 genes candidatos de conferir susceptibilidad a desarrollar este tipo de ...

La lucha contra el cáncer de mama sigue avanzando y los genes se pueden convertir en el gran aliado para su prevención.

Una amplia colaboración internacional, de la que forma parte el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha estudiado 34 genes candidatos de conferir susceptibilidad a desarrollar este tipo de cáncer en un total de 113.000 mujeres, con cáncer de mama y sanas, y sus resultados confirman la importancia de nueve de ellos "todos ellos implicados en la reparación del ADN".

"En este estudio se confirman cuáles son los genes de moderado-alto riesgo que tienen una asociación real con el riesgo a padecer cáncer de mama y por tanto deberían ser incluidos en el diagnóstico genético de la enfermedad", explican Anna González-Neira y Ana Osorio del CNIO a IM Médico.

Las investigadoras detallan que, por otro lado, "se realiza una estimación más precisa de los riesgos para genes de moderado riesgo y se establecen asociaciones con determinados tipos tumorales".

"Igualmente importante es el hecho de que en este estudio se descartan muchos genes que actualmente están incluidos en paneles diagnósticos, pero no presentan una asociación con la enfermedad que tenga relevancia clínica para los pacientes. Por lo tanto, el impacto de estos resultados en el diagnóstico y consejo genético es inmediato", agregan.

Se sabe hace tiempo que el riesgo de desarrollar cáncer de mama depende en parte de la herencia genética, pero desvelar exactamente qué genes aumentan la probabilidad, y cuánto, sigue siendo un gran reto en el que se ha dado un importante paso con esta ambiciosa investigación.

Las investigadoras detallan que "la mayoría de los genes en los que se confirma la asociación ya se incluyen de rutina en el diagnóstico genético en cáncer de mama familiar, con la excepción quizá de BARD1 cuya asociación con la enfermedad no estaba tan bien establecida hasta ahora. Por lo tanto, en ese sentido el porcentaje de nuevos casos detectados no será tan alto".

Sin embargo, destacan que "sí es importante saber qué genes no deben incluirse en el diagnóstico por haberse descartado su asociación con la enfermedad. Este es un trabajo de referencia para saber qué genes hay analizar y qué genes no y esto debería hacer los tests más fiables y útiles para el manejo clínico del paciente".

Anna González-Neira y Ana Osorio también insisten en que los "genes útiles" influyen en "grupos de pacientes con determinados subtipos tumorales".

"En nuestro estudio se confirma que variantes patogénicas en determinados genes confieren mayor o menor riesgo a desarrollar diferentes subtipos tumorales. El estudio confirma, por ejemplo, que el riesgo en mujeres portadoras de mutaciones en ATM o CHEK2 tiene mayor riesgo a desarrollar cánceres de mama que expresan receptores de estrógeno, mientras que aquellas portadoras de mutación en BARD1, BRCA1/2, PALB2 Y RAD51C Y RAD51D presentan una mayor predisposición a desarrollar un subtipo con receptor de estrógenos negativo", explican.

De cara al futuro

La información recaudada supone un importante paso para el diagnóstico y consejo genético del cáncer de mama. Sin embargo, las investigadoras del CNIO admiten que "es cierto que ya existen algunos tratamientos personalizados, como los iPARP, para pacientes portadores de mutaciones en algunos de estos genes como BRCA1 y BRCA2, y es probable que estos u otros tratamientos personalizados se puedan ir extendiendo a pacientes portadores de mutaciones en otros genes".

Conscientes del importante avance logrado con este estudio firmado por 250 investigadores de decenas de instituciones, de más de 25 países, Anna González-Neira y Ana Osorio ya ponen la vista en su próximo reto: "En la actualidad ya tenemos en marcha nuevos estudios cuyo objetivo es la identificación de nuevos genes de susceptibilidad a cáncer de mama".

"Además, se está trabajando en herramientas matemáticas que integren estos factores genéticos con otros factores de riesgo como la edad, la historia hormonal y factores ambientales, que también juegan un papel muy relevante. La inclusión de todos ellos en un modelo de predicción de riesgo nos permitirá proporcionar una correcta estimación ajustada a cada mujer y por tanto individualizar su manejo clínico", sentencian.

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