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Madrid, con un 14% de la población de España, acumuló en 2020 entre el 23 y el 37% de todas las defunciones por Covid

El manejo epidemiológico se ha caracterizado por un rastreo muy escaso y por poco diagnóstico precoz.

25/01/2021

El informe técnico Mortalidad por la COVID-19 en la Comunidad de Madrid. Marzo – diciembre 2020, del 25 de enero de 2021, elaborado por ACTUAR COVID, una plataforma de más de 1.200 profesionales sanitarios y 17 organizaciones de la Comunidad de Madrid, preocupados por la dotación de medios adecuados y ...

El informe técnico Mortalidad por la COVID-19 en la Comunidad de Madrid. Marzo – diciembre 2020, del 25 de enero de 2021, elaborado por ACTUAR COVID, una plataforma de más de 1.200 profesionales sanitarios y 17 organizaciones de la Comunidad de Madrid, preocupados por la dotación de medios adecuados y suficientes al sistema sanitario público para hacer frente a la Covid, recoge en sus conclusiones que la alta mortalidad se ha debido a la mala gestión de la pandemia.

El informe recoge que "la alta mortalidad de Madrid parecer ser una consecuencia de la mala gestión de la pandemia, aunque no sea su única causa. No obstante, muchos hechos constatados apuntan a una peor gestión sanitaria frente a la Covid, situación que ocurre después de más de una década de continuos recortes en el presupuesto de salud de la Comunidad de Madrid. La Comunidad de Madrid es la que tiene menos gasto público en servicios de salud: 1.274 euros/habitante en comparación con 1.753 euros/habitante en Euskadi en 2018. El mayor deterioro relativo de la sanidad pública, el insignificante y siempre menguante gasto en Salud Pública (inferior al 1% del ya escaso gasto público en salud), la externalización/ privatización continua de los servicios públicos, y la descapitalización de los centros sanitarios públicos, llevan a un deficiente mantenimiento de las infraestructuras y a peores condiciones de trabajo para los profesionales sanitarios".

"Desde marzo hasta diciembre de 2020 y teniendo en cuenta las diferencias de edad entre CC.AA., se estima que los hombres de la Comunidad de Madrid tuvieron la mayor mortalidad: 2,4 de cada 1.000 hombres fallecieron por Covid en esta región; entre las mujeres, la mortalidad por Covid de la Comunidad de Madrid (1,7 por mil mujeres) sólo fue superada en Castilla La Mancha".

El informe, cuya lectura completa recomendamos, explicita que en la Comunidad de Madrid la gestión de la pandemia del Covid ha sido muy deficiente. El manejo epidemiológico se ha caracterizado por un rastreo muy escaso y por poco diagnóstico precoz. En muchas ocasiones, el rastreo ha sido iniciado y realizado por los propios pacientes que han tomado la iniciativa de alertar sus contactos. Además, los protocolos vigentes reducen el rastreo al núcleo de convivencia o a un núcleo muy limitado de contactos definidos de forma muy restrictiva. La media de contactos rastreados por caso osciló entre dos y tres personas cuando debería ser más de treinta. En estas condiciones, la transmisión comunitaria se ha mantenido desde marzo, con el paréntesis de reducción de incidencia durante el estado de alarma. Madrid tiene la más altas cifras de seroprevalencia de todas las Comunidades Autónomas de España; la incidencia de nuevos casos en Madrid solo fue muy baja en las escasas semanas que siguieron al levantamiento del estado de alarma el 21 de junio.

En Madrid, el manejo clínico se ha caracterizado por el desbordamiento de las consultas en Atención Primaria y el colapso de los hospitales. En ambas olas de la pandemia, la primera desde marzo a junio y la segunda desde julio a diciembre, la avalancha de pacientes que se agravaron por falta de detección y cuidados en Atención Primaria colapsaron los hospitales de Madrid con los resultados ya conocidos. Muchos pacientes han muerto porque no han podido acceder a los cuidados que hubieran podido salvarles la vida. Incluso durante varias semanas de marzo, la Consejería de Sanidad dio orden de excluir del ingreso en hospitales a los mayores con dependencia física que residían en centros sociosanitarios.

Todo ello ha ocurrido a pesar de la dedicación y la profesionalidad de los profesionales sanitarios. No es un problema de falta de esfuerzo o cualificación de los profesionales sanitarios, todo lo contrario. Médicos, enfermeras y otros profesionales, han hecho un esfuerzo muy por encima de lo exigible. Hemos tenido y seguimos teniendo un problema de falta de dotación y de mala organización.

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