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Coronavirus: la obesidad aumenta el riesgo de contagio y empeora el pronóstico de la infección

La SEEDO y la SEEN presentan los resultados del estudio ‘Obesidad y Pandemia de COVID-19’. Además, piden que se considere a las personas con exceso de peso grupo de riesgo para que tengan acceso a la vacuna de forma prioritaria.

30/11/2020

Las personas con obesidad son uno de los colectivos más vulnerables frente al coronavirus. Esencialmente esa es la principal conclusión del informe `Obesidad y Pandemia de COVID-19´, elaborado por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Ambas organizaciones han aprovechado la celebración ...

Las personas con obesidad son uno de los colectivos más vulnerables frente al coronavirus. Esencialmente esa es la principal conclusión del informe `Obesidad y Pandemia de COVID-19´, elaborado por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Ambas organizaciones han aprovechado la celebración del Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad el 12 de noviembre para evaluar el impacto del coronavirus en estos pacientes, un análisis cuyos resultados han presentado este lunes 30.

Susana Monereo, secretaria de la SEED, recalca en primer lugar que la obesidad es una enfermedad, y que además "no es baladí": el 22% de la población española adulta es obesa, y alrededor del 19% de la población infanto-juvenil también. Es decir, "tenemos miles afectados por esta patología, y son personas de alto riesgo para padecer las formas graves de covid. Como sabemos, son de los pacientes que más han fallecido y más complicaciones han desarrollado".

En un principio, en los estudios publicados sobre factores de riesgo que empeoran el pronóstico de la infección por SARS-CoV2 la obesidad no aparecía, ni se le prestó demasiada atención al IMC, como explica el presidente de la SEEN, Javier Escalada.

Sin embargo, más adelante empezaron a tomarla en cuenta en todas las partes del mundo. "Hay una base de datos de Reino Unido, varias en Estados Unidos, otra de la Universidad de Lille y algunos estudios españoles que nos muestran que los pacientes con obesidad y covid-19 tiene un mayor riesgo de ingreso hospitalario, una peor evolución, un mayor riesgo de ingreso en la UCI, de necesidad de ventilación mecánica, y lo que es más importante, de mortalidad. Con lo cual, hay una clarísima relación", expone. Aunque varíe según los estudios, el incremento va desde un 30 a un 200% en relación con los pacientes con normopeso.

En este sentido, apunta Escalada, el dato clínicamente más relevante es el que tiene que ver con la obesidad más extrema (IMC por encima de 40 o grado 3) en los pacientes menores de 50 años, donde se ha visto clarísimamente la relación con la mala evolución de la infección. "Estos pacientes tienen tasas de complicaciones de entre 3 y 15 veces más altas. Por tanto, agrega, "esto podría ser un argumento para considerar a esta población subsidiaria de priorización en la vacunación cuando la tengamos disponible. En los últimos estudios incluso se ha demostrado que hay una mayor tasa de tromboembolismo y de fallo renal agudo durante el ingreso hospitalario".

Mecanismos de una peor evolución clínica

El porqué de esta mala evolución lo desarrolla Ana de Hollanda, coordinadora del grupo de trabajo de obesidad de la SEEN, quien subraya que los mecanismos por los cuales la obesidad está asociada a una peor evolución del covid son múltiples. Empezando porque estos pacientes tienen un mayor riesgo de contagio, probablemente "debido a que cuentan con una mayor cantidad de receptores del virus".

A la vez, "en la obesidad existe un estado de inflamación leve constante, que al confluir con la covid-19 puede potenciarse más. Además el tejido adiposo puede ser considerado como un depósito de estos factores inflamatorios". Asimismo, la respuesta inmunitaria en estos pacientes está alterada, por lo que no pueden defenderse correctamente contra la infección.

Por otro lado, las personas con obesidad sufren de problemas mecánicos respiratorios, ya que el diafragma se comprime y deja menos espacio en los pulmones para que estos se puedan expandir correctamente. "Eso, combinado con una infección que afecta principalmente a los pulmones, hace que esta enfermedad sea más grave en ellos", señala De Hollanda.

Otro agravante para este colectivo es que la obesidad es el origen de la mayoría de las consecuencias metabólicas como la diabetes, la hipertensión y la dispemia, factores de riesgo asociados a una peor evolución del coronavirus. Y por último, añade la especialista, a partir de estudios de la vacuna de la gripe, "sabemos que la respuesta de los pacientes con obesidad a la vacuna es deficiente, es un poco más débil. Por eso recomendamos priorizar a este grupo de pacientes para la vacuna del covid cuando esté disponible".

Resultados de la encuesta

Seguidamente Diego Bellido, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, profundiza en los resultados del análisis elaborado por las dos sociedades científicas, cuya razón de ser es la percepción de que durante los meses de pandemia no solo ha aumentado la obesidad, sino también las consecuencias de la misma. "Realmente era lógico pensar que a largo plazo los efectos de la obesidad iban a tener impacto. Más de la mitad de la población española ha ganado entre 1 y 3 kilos de peso en el periodo del confinamiento", incide Bellido, a causa de la no adecuación a la dieta y de la disminución de la actividad física.

A este respecto, el especialista remarca la necesidad de tener en cuenta que el paciente con obesidad es a su vez el que más peso ha ganado, "y esto está trayendo la situación real de hoy día".

Por último Albert Lecube, vicepresidente de la SEEDO, resume los datos de mayor importancia extraídos del estudio y lanza algunas propuestas para el cuidado de los pacientes con obesidad.

Así, insiste en que se trata de enfermedad crónica, que no siempre es diagnosticada, y que casi nunca es correctamente tratada. "Además, cuando el paciente recibe tratamiento, es una enfermedad agraviada, porque los fármacos no están financiados por el SNS. Igualmente no solo influye en la calidad de vida, sino también en la supervivencia a medio y largo plazo".

Por si fuese poco, y como ya han comentado el resto de ponentes, se dispone de evidencias de sobra para asegurar que el exceso de peso es un factor de riesgo para el contagio del covid-19 y el empeoramiento de su pronóstico. "A partir de aquí todo se vuelve más sombrío si consideramos que el 49% de la población española ha ganado peso durante los meses del confinamiento y que no hay datos que indiquen que este peso se haya perdido posteriormente", sentencia Lecube.

A esto hay que sumarle que, según las conclusiones del análisis, el seguimiento de la atención destinada a la enfermedad se ha visto gravemente deteriorado en estos meses. "Y en una enfermedad crónica esto va irremediablemente ligado a un peor control y por ende, una mayor dificultad de la pandemia por covid en nuestro país", argumenta el experto.


Por todo ello, las dos sociedades quieren transmitir un par de mensajes.

"Junto a las tres medidas ya clásicas de defensa ante el covid-19 (distancia social, higiene de manos y el uso de mascarilla), es necesario añadir la conveniencia de mantener un peso saludable o de no ganar peso", comenta Albert Bellido.

De la misma forma, en estos momentos en los que se está hablando sobre qué colectivos deben tener prioridad frente a la vacunación, solicitan a las autoridades que, tras las personas mayores y los profesionales sanitarios en primera línea, "se considere a las personas con obesidad un colectivo de altísimo riesgo que no puede quedar relegado en el tiempo".

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