Este jueves y viernes se está celebrando el Segundo Oncology Quality Care Symposium. Excellence in Patient Care, de la Fundación ECO con el aval de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO). Vicente Guillem, presidente de la Fundación ECO, dio la bienvenida y destacó que se persigue la implementación de medidas de seguridad y calidad en oncología que repercutan en los pacientes. A su juicio, el desarrollo de programas de calidad en los centros asistenciales es fundamental. "Calidad es hacer las cosas adecuadas, a las personas adecuadas y en el momento adecuado", dijo. Medir la práctica actual es algo esencial para mejorar la calidad asistencial. Se requiere "de un cambio cultural en la organización que involucre a todos los actores en el abordaje del cáncer".

"No nos cansamos de repetir que la oncología española es una de las más punteras en el ámbito internacional", sostuvo. Sthephen Grubbs, vicepresidente del departamento de Clinical Affairs de ASCO, resumió la relación de ambas organizaciones en su meta para mejorar la calidad asistencial. Incidió en la importancia de la seguridad. Por su parte, Enriqueta Felip, vicepresidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), puntualizó que es una reunión multidisciplinar. "Hablaremos de equidad, de cómo definimos los estándares de calidad, de la oncología centrada en el paciente, de lo que se ha presentado en ASCO. Y hablaremos de coste y valor", declaró.

Rafael López, del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, presentó a Francine Westergaard, consultora principal de la Joint Comission Internacional (USA) para Europa. Expuso que la Joint Comission ha creado estándares y herramientas para los centros de asistenciales. "La estandarización, basada en la evidencia y en procesos contrastados, lleva a una minimización de la variabilidad", aseguró. Las expectativas de estabilización se pueden aprender. Para ello, hay que establecer "un liderazgo fuerte". Cambiar la gestión lleva su tiempo. Hay que desarrollar herramientas para comunicar unos mensajes que sean coherentes en la organización. Se ha visto con la pandemia del Covid-19. Hay que trasladar mensajes coherentes y hay que desarrollar evaluaciones de riesgo, para poder determinar dónde se tienen lagunas o brechas a cubrir. La estandarización es un compromiso con la calidad y la seguridad para la asistencia del paciente.

Mohammad Jahanzeb, de la 21st Century Oncology (USA), puntualizó que el Quality Oncology Practice Initiative (QOPI) ASCO está desarrollado "por oncólogos para oncólogos". Es un sistema centrado en pacientes y en sus necesidades, para adaptarlas a un entorno cambiante. Una casa médica oncológica es un diseño que pretende mejorar la calidad reduciendo costes. En la medicina basada en la evidencia, siguen los itinerarios terapéuticos. Por otro lado, Philip Poortmans, de European CenCer Organisation (ECCO), explicó que su organización fomenta la multidisciplinariedad en la asistencia oncológica. Este año, se ha añadido el tema del impacto del Covid-19 en cáncer en sus redes temáticas. Este año se ha lanzado recientemente el Código de Calidad Asistencial Europeo, teniendo en cuenta la multidisciplinariedad. Arif Kamal, de la Duke University School of Medicine (USA), sopesó que se ha aumentado la concienciación de medir la asistencia oncológica. Ahora, el interés se centra en EEUU en cómo afecta esta asistencia en los resultados y el pago. Es decir, el uso más eficaz de los recursos. Hay un alineamiento cultural entre las mediciones, los resultados y el pago. Por eso, habrá este modelo de casa o centro oncológico. Estará relacionado con el valor de la prestación asistencial. Simposios de calidad como éste recuerdan que hay que implementar ciertas iniciativas, como utilizar los parámetros de calidad.

De la conferencia magistral se encargó Ethan Basch, médico clínico de la University of North Carolina (USA), presentado por Alfredo Carrato, del Hospital Ramón y Cajal. El ponente aclaró que, como clínicos, pasaban por alto muchas cosas de las que les sucedían a los pacientes por problemas, entre otras cosas, de comunicación. En ese sentido, hay soluciones tecnológicas para el seguimiento de los síntomas que pueden ayudar y que envían señales de alarma a los profesionales sanitarios. "Innumerables pacientes nos han dicho que es gratificante obtener la información y que les llame alguien para hacer el seguimiento. Esto es un ejemplo de coordinación asistencial asistida por la tecnología", mencionó. Hay que prestar atención a cómo se recoge la información para que la brecha tecnológica no sea un obstáculo. Uno de los logros es que se pueden reducir las visitas a Urgencias. Se controlan mejor los síntomas y hay mejor tolerabilidad. Los clínicos pueden intervenir antes. Los pacientes pueden estar funcionales mejor y por más tiempo, por lo que hay más supervivencia. Los sistemas de ePRO resultan ser bastante útiles, de acuerdo con sus palabras. Hay que ajustar las expectativas con las responsabilidades y los flujos de trabajo. En cada centro de trabajo, hay que ajustar los flujos de trabajo. Remarcó los beneficios que conlleva el utilizar los ePRO en oncología.