"En febrero, cuando empezamos a tratar los primeros casos diagnosticados de covid-19 en nuestro país, las noticias que llegaban de China eran que la tasa de incidencia de enfermedad renal en esa enfermedad era muy baja, casi insignificante. Sin embargo, entre lo que vimos nosotros y lo que se ha ido después publicando en la literatura, nos hemos dado cuenta de que esto no es así", explica Mercedes Salgueira, nefróloga del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, durante su intervención en una sesión plenaria del Congreso SEN dedicada al coronavirus.

En concreto, la especialista expone algunos datos sobre fracaso renal agudo. "Aunque hay una gran heterogeneidad de resultados en las distintas series porque son cohortes muy diferentes entre sí, si podemos resumir de forma global que la incidencia de lesión renal, y en concreto, de fracaso renal agudo, es muy prevalente en esta enfermedad. Es especialmente preocupante en pacientes críticos ingresados en UCI, donde llega a alcanzar hasta el 80%".

En este sentido, subraya, el desarrollo de fracaso renal agudo se relaciona con un mal pronóstico, sobre todo a mayor severidad, y, aunque existen pocas series que han estudiado la necesidad de tratamiento renal sustitutivo, "parece que entre el 15 y el 20% de los pacientes que desarrollan fracaso renal agudo necesitan terapia renal sustitutiva, y en un importante porcentaje de los casos, en el momento de publicación, no habían recuperado función renal y permanecían dependientes de diálisis".

Reporta que en su medio se han publicado dos series en septiembre, una centrada en el Hospital Puerta del Hierro que manifiesta una incidencia de fracaso renal agudo del 11,5%. "También en esta serie se comprueba que el desarrollo de esta patología es predictorio de mortalidad, y no solo el fracaso renal agudo, sino también otros indicadores de lesión renal".

La otra serie la componen más de 4.000 pacientes de hospitales de toda España, y en ella se determina de nuevo que el fracaso renal agudo es la segunda complicación más frecuente después del síndrome respiratorio del adulto. "Reportan una incidencia del 15%, y de nuevo encuentra la disminución del filtrado glomerular como un factor predictor de mortalidad".

A modo de resumen, comenta que los pacientes que han desarrollado fracaso renal agudo en nuestro país son en su mayoría hombres, con una elevada prevalencia de patología cardiovascular, que asociaron neumonía e hiperinflamación casi en la totalidad de los casos, y que mas de la mitad de los casos requirieron ingreso en UCI y soporte ventilatario. "Lamentablemente nos faltan datos para poder valorar otros parámetros de lesión renal", apunta.

Casi la mitad de los casos requirió tratamiento renal sustitutivo, utilizándose en la mayoría las terapias continuas y la hemodiálisis intermitente. En este aspecto, añade, "no hemos encontrado diferencias en cuanto a los resultados entre las distintas modalidades".

Al analizar los datos han diferenciado dos patrones de fracaso renal agudo en estos pacientes. "Uno que aparece en pacientes mayores, con alta comorbilidad cardiovascular, con mayor prevalencia enfermedad renal crónica, que aparece más precozmente en el tiempo, y tiene mejor pronóstico. Probablemente se relaciones con factores hemodinámicos/hipoxia en un paciente más vulnerable".

Y otro que se manifiesta en pacientes más jóvenes, con menor carga de morbilidad cardiovascular, con función renal normal al ingreso en más de un 80% de los casos, y que se asocia con una mayor gravedad de la covid-19. "Este fracaso renal agudo tiene peor pronóstico y probablemente se relacione fisiopatológicamente con la tormenta de citoquinas, con un estado de hipercoagulabilidad, disregulación del SRAA o invasión del tejido renal por mayor carga viral".

Además, finaliza, "la edad, la presencia de enfermedad renal crónica previa, la patología oncológica y los requerimientos de ingreso en UCI se han identificado como factores predicadores de muerte en esta cohorte de pacientes, mientras que el tratamiento crónico con ARA 2 se comporta como un protector de mortalidad".

Registro Covid-19 de la SEN

El 8 de marzo de este año, la Junta Directiva de la SEN abrió un registro para pacientes en tratamiento renal sustitutivo. Solo seis días después, el gobierno decreta el Estado de Alarma en todo el país. El 18 del mismo mes entró en funcionamiento. y el 28 se publicó la primera newsletter. A partir de ahí todos la difusión de los datos se ha hecho a través de la secretaría técnica de la sociedad. El último boletín publicado hasta ahora, el 16, data del 3 de octubre.

Emilio Sánchez, coordinador del registro, explica por qué se creó. "Se trata de una población de alto riesgo cardiovascular y envejecida. Muchos de los pacientes tienen imposibilidad de realizar el confinamiento, y además queríamos ver qué eficacia estaban teniendo las medidas preventivas implantadas".

Añade que la base de datos es online, y recoge datos identificativos del paciente, datos de la infección, datos clínicos, tratamientos y la finalización del proceso, ya sea la curación o el fallecimiento.

Entre las conclusiones, relata el experto, destaca por un lado que la pandemia no se ha repartido de igual forma por todas las comunidades de España. "Las más pobladas han tenido el mayor número de casos, pero también es interesante ver el número de casos por cada 100 mil habitantes. Analizando los datos de esta manera, Madrid, Navarra, La Rioja, Aragón y las dos Castillas han sido las comunidades autónomas con más diagnósticos".

Por otro lado, el pico de incidencia de covid-19 entre los pacientes en tratamiento renal sustitutivo ocurrió entre finales de marzo y principios de abril. "Desde entonces se produjo una disminución semanal del número de casos. Actualmente estamos sufriendo una segunda ola de la pandemia, con una menor repercusión en los servicios de nefrología (hasta ahora)".

Entre los pacientes en TRS, los más afectados por el SARS-CoV2 son los que están en hemodiálisis. La incidencia es mucho menor entre los pacientes transplantados y en diálisis peritoneal. Asimismo, agrega, "la mortalidad es especialmente alta en hemodiálisis (25%). En el extremo opuesto está la diálisis peritoneal (18%)".

Por último, "la edad y el desarrollo de neumonía se asocian a una mayor mortalidad. Los pacientes con clínica digestiva parece que tienen una mejor evolución. La cuestión es si podría haber un efecto protector de los ARA2 y la diálisis peritoenal como opción de diálisis".