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Un tercio de los suicidas recibe atención médica la semana anterior a su muerte

La prevención del comportamiento suicida es una necesidad clínica no resuelta, como indican varios estudios presentados en e#CNP2020

30/10/2020

El suicido es la principal causa de muerte no natural en España. Provoca más fallecimientos que los accidentes de tráfico, pero poco se habla. Para la OMS, la prevención es una cuestión de salud pública, y de ella se ha hablado en el XXIII Congreso de Psiquiatría durante el encuentro ...

El suicido es la principal causa de muerte no natural en España. Provoca más fallecimientos que los accidentes de tráfico, pero poco se habla. Para la OMS, la prevención es una cuestión de salud pública, y de ella se ha hablado en el XXIII Congreso de Psiquiatría durante el encuentro de expertos `Prevención del comportamiento suicida: una necesidad clínica no resuelta´ en la que se han analizado una selección de artículos relevantes del último año.

Mucho se habla de la posibilidad de que haya un aumento del número de suicidios consumados durante la pandemia del covid-29, aunque de momento no se ha podido detectar. En relación a esta tesis, Pilar Alejandra Sáiz, catedrática del área de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, muestra los resultados de dos estudios de la Universidad de Oviedo respecto a la prevalencia de la ideación pasiva suicida realizados en los primeros meses del inicio de la crisis sanitaria y el confinamiento.

"En ambos casos se lanzó un cuestionario online que incluye variables sociodemográficas, clínicas, relacionadas con la salud física, con el tiempo de ocio, etc. Y se incluye también una escala de presión y ansiedad", explica.

El primero de ellos se concretó una semana después de iniciarse el confinamiento. "En la última semana de marzo encontramos una prevalencia del 8,8%". Cuando replicaron el estudio un mes después, hallaron unas cifras de ideación suicida pasiva completamente similar, pero en este caso, como incluyeron la escala de ideación suicida de Paykel, pudieron definir si había ideación suicida activa en la última semana, y esta estuvo presente en el 1,9% de la población.

En la primera ola participaron más de 21.000 personas de población general, mientras que en la segunda ola unas 6.000. En esta última valoran también qué factores se asocian con la ideación suicida activa. "Eran factores de riesgo el tener enfermedades crónicas, respiratorias, depresión y ansiedad, y sin duda, el más relevante, el tener antecedentes de tentativa suicida previa", explica.

Sin embargo, actuaron como factores protectores tener un mayor nivel educativo, y una situación laboral estable. Concretamente, estar jubilado fue el principal factor en relación al estatus laboral de tipo protector. "Y, aunque no tienen una explicación clara para ello, también actuó como factor protector el consumo de tabaco como estrategia de enfrentamiento de la situación", apunta Sáiz.

Ambos son estudios transversales, aclara la especialista, así que "no nos permiten establecer causalidad, pero sí intuir determinados factores que influyen de forma negativa o positiva en la posibilidad de aparición de ideación suicida, lo cual sería lógico tener en cuenta a la hora del diseño de planes que puedan servir para prevenir el posible incremento de suicidalidad que el tiempo nos dirá si puede asociarse a la situación a la que no estamos enfrentando".

Intervenciones preventivas breves

Philippe Courtet, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Montpellier, especialista del Hospital Universitario de Montpellier y jefe del grupo de investigación "vulnerabilidad a las conductas suicidas", del laboratorio INSERM U1061, presenta un meta-análisis publicado recientemente sobre intervenciones preventivas breves para riesgo de suicido agudo, cuyas conclusiones dejan entrever algunas buenas noticias. "Este artículo nos dice que tenemos estrategias eficaces de prevención de suicido que podrían implementarse en los servicios de urgencias", avanza.

En contrapunto, explica, más de un tercio de las personas que mueren por suicido ha recibido atención médica en la semana anterior a su muerte, y la mitad, en el mes previo. Casi el 50% de los pacientes suicidas que acuden a las salas de urgencias no siguen el tratamiento o lo interrumpen rápidamente. Así, la mayoría de los que mueren por suicido no recibieron tratamiento en los meses anteriores a su muerte.

"Los objetivos inmediatos del clínico cuando encuentra a pacientes de alto riesgo en urgencias es doble: proponer específicamente un tratamiento dirigido a reducir su riesgo de suicido y asegurarse de que siga recibiendo atención médica. Sin embargo, estos servicios no están bien dotados en personal clínico de salud mental, y no tienen la capacidad de ofrecer una continuidad de la atención", subraya Courtet.

Por eso, en su opinión, "la visita a urgencias es una oportunidad importante para realizar intervenciones breves y específicas para prevenir nuevas crisis suicidas".

En este sentido va dirigido el objetivo del estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Montpellier, señala el experto. "Queríamos examinar la asociación de las intervenciones de prevención de suicidios en cuidados agudos disminuyen el intento de suicido y mejoran la vinculación con los cuidados de seguimiento".

Con este fin, realizaron una revisión sistemática y un meta-análisis de los ensayos clínicos de las intervenciones breves de prevención de suicidios realizadas en un único encuentro y en algunos casos con un seguimiento telefónico. "Las intervenciones abordaban directamente el riesgo de suicido y promovían la continuidad de la atención de la salud mental", detalla.

Además, examinaron tres resultados primarios: los intentos de suicido, la vinculación con la atención de seguimiento y los síntomas de depresión en el seguimiento dos o tres meses después del encuentro, como desarrolla Courtet. "Se incluyeron 14 estudios que representaban los resultados de 4.270 pacientes. Los resultados son muy sencillos y tienen un impacto importante. Las intervenciones breves de reducción de suicidio se asociaron con una reducción de los intentos de suicidio posteriores y con un aumento de la vinculación con el seguimiento. De forma interesante, no se asociaron con una reducción de los síntomas de depresión".

Por tanto, concluye, las intervenciones breves de prevención del suicidio realizadas en un solo encuentro pueden ser eficaces para reducir los intentos de suicidio y asegurar que los pacientes participen en la salud mental de seguimiento. "Estas pruebas apoyan las intervenciones de contacto breve en la práctica habitual de los ciudadanos agudos, ya que parecen adecuadas para los entornos que no están equipados para ofrecer una atención de salud mental continua y continua como los servicios de urgencias. Son fáciles de realizar, pero poco costosas, y requieren un recurso de personal limitado en el tiempo".

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