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La COVID-19 y la respuesta de los políticos desde el prisma de la epidemiología

Sin duda los últimos meses han servido para poner en valor la atención sanitaria como fundamental en nuestra sociedad. Y una de las disciplinas que más ha centrado la atención ha sido la epidemiología. Como no podía ser de otra forma, en el I Congreso Virtual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y de la Associação Portuguesa de Epidemiología (APE) que se está celebrando estos días se ha querido ver como esta disciplina ha ayudado en la toma de decisiones políticas durante la pandemia.

24/10/2020

Y es que para intentar controlar la propagación del virus se ha buscado asesoramiento entre los epidemiólogos, que han tenido la oportunidad de ver de primera mano como la aplicación de las distintas medidas que se han ido barajando a lo largo de estos meses obtenían respuestas diferentes. "Existen matices ...

Y es que para intentar controlar la propagación del virus se ha buscado asesoramiento entre los epidemiólogos, que han tenido la oportunidad de ver de primera mano como la aplicación de las distintas medidas que se han ido barajando a lo largo de estos meses obtenían respuestas diferentes. "Existen matices y diferencias entre los países y regiones y esto ahora nos debe servir para generar un conocimiento que nos ayude a dar respuestas desde la epidemiología", explicaba Pere Godoy, presidente de la SEE, durante la presentación de la mesa redonda dedicada precisamente a profundizar en las respuestas políticas frente a la COVID-19.

La importancia de una buena vigilancia

Una de las cuestiones que se puso sobre la mesa fue la importancia que tiene la vigilancia como uno de los grandes pilares para contener la transmisión de las epidemias y cómo resulta relevante implicar en esta vigilancia a todos la población. María José Sierra, del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad empezó haciendo un breve repaso de los meses que llevamos de pandemia, en el que recalcó sobre todo la dificultad a la hora de contar con datos individualizados que permitieran hacer un análisis adecuado de la situación.

"Ahora sabemos que existía un desfase entre las curvas epidemiológicas, que cuando nosotros estábamos viendo el incremento en el número de casos detectados, mucho antes ya empezaban los primeros síntomas de la enfermedad", comentaba María José Sierra quien señalaba al mismo tiempo lo incierto de comparar los datos de contagios de esta segunda ola con los de la primera. "Puede parecer que estamos en los mismos niveles, pero en cambio en el espejo de la mortalidad no hay esta similitud. En la primera ola estábamos manejando un 11% de mortalidad con respecto a los casos notificados cuando ahora estamos entre un 1 y un 1,5%, aunque es un porcentaje que se está incrementando".

Esta cuestión pone el acento en la cuestión de hasta que punto se ha sido capaz de identificar los casos de COVID-19 y así lo explicaba María José Sierra. "En la primera ola, analizando la mortalidad, sabemos que habíamos identificado solo a un 9,7% de los casos reales. En esta segunda ola estamos entre un 40 y un 60%. Sigue habiendo un importante porcentaje que no estamos siendo capaces de detectar".

Durante su intervención, María José Sierra recalcó como la pandemia de la COVID-19 puso de manifiesto la dificultad para afrontar este tipo de situaciones con los sistemas de vigilancia y los recursos de salud pública de los que se disponía, produciéndose una saturación de los sistemas de vigilancia. "Por ejemplo, no se está haciendo un trazado adecuado hacia atrás para averiguar la posible exposición de los casos, y esto no es lo adecuado con un virus que no se comporta de manera homogénea sino con tatnos eventos superdiseminadores". Para la experta todo esto acaba generando frustración entre las personas que trabajan en vigilancia, recalcando al mismo tiempo la necesidad de más personal para estas tareas, consolidando las unidades de vigilancia con todos los perfiles necesarios.

"Debemos reflexionar sobre la vigilancia e insistir sobre la necesidad de construir una cultura de gestión que esté basada en el dato, en la información de calidad para la toma de decisiones", incidía en su presentación María José Sierra, quien acababan señalando la necesidad de desarrollar de una vez por todas la Red de Vigilancia en Salud Pública dentro de la futura Agencia de Salud Pública de España.

Las desigualdades sociales y la COVID-19

Es de sobra conocido que las desigualdades sociales generan desigualdades en materia de salud. Y la pandemia de la COVID-19 ha tenido importantes implicaciones económicas que harán que estas desigualdades sean todavía mayores. "Es erróneo pensar que de esta situación saldremos mejor. Una pandemia nunca es una buena noticia. Pero al menos ha servido para demostrar que la preparación que teníamos no era la suficiente", empezó explicando Daniel La Parra, del Departamento de Sociología de la Universidad de Alicante.

En su turno de palabra señaló que antes de la pandemia ya existían importantes formas de desigualdad en salud, estableciéndose una sinergia entre estas peores condiciones de vida y una mayor problemática a la hora de hacer frente a pandemia. La dificultad de realizar teletrabajo, un acceso deficiente a medios digitales o las pobres condiciones de vivienda son algunos de los factores que inciden de forma directa en una mayor propagación del virus.

Daniel La Parra también señaló como los mecanismos redistributivos que se pusieron en marcha para hacer frente a la situación no llegaron a todas las personas de una forma equitativa, dificultando los esfuerzos por cortar las cadenas de transmisión. Una situación que tras tantos meses ahora es más complicada por la falta de recursos. "Algunas medidas son más fáciles de adoptar como los toques de queda, los cierres perimetrales o que la población use mascarillas. Sin embargo, otras destinadas a un cese completo de la actividad que podrían mejorar este control ahora no se valoran por escasez de recursos".

También quiso incidir Daniel La Parra por la infrarrepresentación de determinados colectivos entre aquellos que tomaban las decisiones políticas. "Las mujeres estuvieron casi completamente excluidas, siendo sobrerrepresentados los hombres de una cierta edad. Escuchar a la gente más cercana a la calle quizás nos ayudaría a luchar mejor contra la pandemia". Así mismo apuntó también que a pesar de contar con muchos datos, algunos colectivos se han invisibilizado como por ejemplo los menores o el impacto en el mundo rural de la pandemia.

La Parra quiso acabar su intervención señalando el gasto en futuros medicamentos o vacunas de los que todavía no se conoce su eficacia. "Cuando este dinero se podría aplicar para solventar y dar soluciones en el presente. No se puede confiar ciegamente en un futuro mágico que nos traerá la resolución de los problemas sin esfuerzo", acababa su intervención el sociólogo.

Relación entre ciencia y política

Lo que ha quedado de manifiesto también durante estos meses ha sido cómo los políticos se han visto en la tesitura de buscar soluciones urgentes para un problema desconocido y cómo en esta labor han echado mano de la ciencia. "Nunca se había focalizado en un único tema todo el talento de la humanidad con anterioridad. El resultado es que los avances que se han dado desde enero han sido impresionantes. En una semana se está progresando como si fuera un mes", empezaba explicando Beatriz González, catedrática e investigadora en Economía de la Salud española en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La colaboración a nivel mundial y el uso de datos masivos ha hecho posible en buena parte estos grandes avances, aunque la premura en dar a conocer los resultados de la investigación también ha tenido sus puntos negros. "La falta de revisión por pares ha hecho que algunas veces se publicaran resultados que luego se desmentían, generando por tanto una pérdida de la confianza de la población", señalaba Beatriz González.

La experta apuntó también como muy necesario hacer una evaluación independiente de todo lo sucedido. "No con el ánimo de culpabilizar, sino para aprender. Y debemos evaluar a todos los actores, no solo al Gobierno, sino también a las sociedades científicas y a la sociedad civil". En esta evaluación, Beatriz González insistió en la necesidad de ver cuáles han sido las repercusiones en la economía, subrayando como los datos señalan que aquellos países que mejor han controlado la pandemia su PIB no cae sino que incluso aumenta.

Así mismo apuntó como el gasto en prevención y detección es tremendamente costo-efectivo y es algo que se deberá tener en cuenta para el futuro. "Se ha visto que por ejemplo en Estados Unidos, por cada dólar invertido en test y seguimiento de casos, se produjo una recuperación de 30. No hay muchas otras intervenciones en salud con este tremendo retorno".

Por último, la experta economista se refirió a la estrategia europea para la vacuna de la COVID-19, a la que consideró como un gran acierto. "Ahora se ha pagado por adelantado varias posibles vacunas y lo considero muy inteligente, porque el escenario podría ser terrible cuando salga una única vacuna y sea escasa, por la competencia entre países por hacerse con ella" acababa señalando Beatriz González.

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