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La hipertensión arterial, ¿una pandemia olvidada?

La prevalencia de la hipertensión sigue creciendo. A día de hoy afecta al 40% de los adultos en países desarrollados, y se calcula que a un 35% de los adultos en España

23/10/2020

"La pandemia que tenemos presente puede que nos haya hecho olvidar la hipertensión, que tiene mucha presencia en nuestras consultas. De alguna forma el control de la presión arterial, primordial en los pacientes hipertensos para evitar la morbimortalidad asociada, es algo que tenemos que controlar". Así introduce Miguel Ángel Prieto, ...

"La pandemia que tenemos presente puede que nos haya hecho olvidar la hipertensión, que tiene mucha presencia en nuestras consultas. De alguna forma el control de la presión arterial, primordial en los pacientes hipertensos para evitar la morbimortalidad asociada, es algo que tenemos que controlar". Así introduce Miguel Ángel Prieto, médico de familia y miembro del Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de Semergen, un seminario dedicado a esta enfermedad tan prevalente desarrollado en el marco del 42º Congreso Semergen.

Para José Luis Llisterri, expresidente de la Junta Directiva de Semergen, especialista en medicina familiar y comunitaria y miembro de los Grupos de Trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular y de Medicina Genómica Personalizada y Enfermedades Raras la sociedad científica, es un tema que se debe reconsiderar después de cierto abandono durante años en cuanto al tratamiento de la hipertensión en la práctica clínica. "La pregunta es, ¿estamos o no estamos adecuando nuestra actuación a lo que dicen las guías?"

En España desafortunadamente la gente sigue falleciendo de enfermedad cardiovascular, 28,3% según datos de 2018. Pero, además, la hipertensión tiene una parte muy importante en la génesis de la enfermedad cardiovascular. "Según la mortalidad proporcional por las principales causas de defunción para todas las edades y sexos en 2018, la cardiopatía isquémica y la ECV constituyen la primera y segunda causa, respectivamente, de muerte. Y a pesar de los pesares, sigue aumentando la prevalencia de la hipertensión, hipercolesterolemia y la diabetes", explica Llisterri.

"Estamos en una maldita pandemia, y hay que hablar también de una epidemia dentro de la pandemia, la de la hipertensión", declara. Y es que afecta al 40% de los adultos en países desarrollados, y se calcula que a un 35% de los adultos en España. Además, se duplica la prevalencia en los adultos mayores de 65 años (68%). "Por lo tanto es una enfermedad de rabiosa actualidad que sigue generando unas tasas de control muy bajas, atendiendo a las recomendaciones de las guías de las prácticas clínicas".

Respecto a objetivos y tratamientos, las guías recomiendan el tratamiento combinado para la mayoría de los pacientes hipertensos como terapia inicial. "Las combinaciones preferidas deben contener un IECA o ARA II con un CC o Diurético. Se pueden usar otras combinaciones de las otras cinco clases principales".

Por otro lado, "también aconsejan iniciar el tratamiento antihipertensivo con una combinación de dos fármacos, a excepción de los pacientes ancianos frágiles y aquellos con bajo riesgo y con HTA grado 1".

En cuanto al control de la hipertensión en España, los estudios indican como ha ido mejorando con los años hasta alcanzar el 46%. "Observamos igualmente que el grado de control mejoraba en todos los grupos de edad, y aprendimos que la monoterapia queda un poco en desuso en beneficio de la terapia de combinación", argumenta el especialista. "Esto nos permitió concluir que probablemente el mejor control observado en la serie histórica de los estudios se debe precisamente al mayor uso de combinaciones en los pacientes hipertensos".

Dos fármacos unidos y un destino: el control optimo

Por su parte, Lisardo García, médico de familia y miembro de los Grupos de Trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular, de Gestión Sanitaria, Calidad y Seguridad del Paciente y de Respiratorio de Semergen, destaca que los médicos de familia que han salido de las promociones de los últimos 10 o 15 años han oido hablar muy poco de hipertensión, siendo un problema de primera magnitud y una carga de enfermedad cardiovascular enorme. Motivo por el cual, cree que "hay que volver a retomar la importancia del control exhaustivo de la presión arterial, de un diagnostico y de una evaluación correcta de los pacientes".

Tras esta introducción, el especialista presenta el caso clínico de Jose Miguel, varón de 52 años al que se le han detectado cifras de presión arterial elevadas en un examen médico para renovación del carnet de conducir. Ante estas características, la actitud clínica y terapéutica que recomienda es realizar MAPA (si se dispone) o AMPA para confirmar diagnóstico, más una exploración general y analítica para valorar lesión en órganos diana.

Una vez hecha la exploración, al paciente se le diagnostica una hipertensión grado 2, con el consecuente riesgo vascular. Por eso, explica, "debemos evaluar el riesgo cardiovascular global del paciente y de la posible lesión de los órganos diana (LOD) que le haya producido el desconocimiento y no control de su HTA".

En este sentido, señala García, en este punto hay una serie de antecedentes que hay que preguntar. José Miguel tiene un trabajo estresante, es fumador, hace poco ejercicio físico y tiene obesidad grado 1. Asimismo, su padre había fallecido de los 55 años. "Estos son de alguna manera los factores de riesgo, que son más de tres. Por lo tanto, aunque hubiésemos pensado que es una persona de riesgo bajo o moderado, tiene un riesgo muy alto. Esto nos obliga a ser muy exhaustivos a la hora de examinarlo".

Ante este diagnóstico, la estrategia que propone la Sociedad Europea de Hipertensión es el cambio de estilo de vida de dieta y ejercicio durante tres meses y luego valorar tratamiento farmacológica. "Todo esto si no se hace pasaría a tener un incremento de la presión arterial", apostilla.

Igualmente, esta sociedad propone en una actualización de 2020, que los fármacos prescritos a estos pacientes deben tener una serie de características, que el doctor enumera para concluir. "Debe estar basado en evidencias científicas que hayan demostrado prevención de morbimortalidad, un comprimido al día debe proporcionar un control eficaz durante 24 horas, que sea asequible en comparación con otros agentes, que sea seguro, haber demostrado beneficios para las poblaciones en las que se va a aplicar, y debe tener un coste asumible por el paciente y el sistema sanitario, y mas en las circunstancias actuales".

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