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La gestión de la depresión en AP durante la pandemia es "inadecuada, insuficiente y casi inexistente"

EL TDM es el trastorno más frecuente en Europa y en España. Por ello, Semergenvivo dedica un seminario a una nueva era en la salud mental

22/10/2020

La depresión es una patología muy prevalente, mucho más en las consultas de Atención Primaria. Representa una de las dos primeras causas de años perdidos por discapacidad. Además, si ya tenía una incidencia alta, con la pandemia del SARS-CoV2 esto ha empeorado aún más. Para tratar este tema, el 42º ...

La depresión es una patología muy prevalente, mucho más en las consultas de Atención Primaria. Representa una de las dos primeras causas de años perdidos por discapacidad. Además, si ya tenía una incidencia alta, con la pandemia del SARS-CoV2 esto ha empeorado aún más. Para tratar este tema, el 42º Congreso Nacional de Semergen, dedica su simposium del jueves 21 a la nueva era de la salud mental.

Fernando García, médico de familia del Centro de Salud Santa Catalina de Palma, (Illes Balears) y presidente de Semergen Illes Balears ha compartido impresiones sobre la gestión de la depresión post covid-19 en el ambulatorio. "Realmente la gestión de la depresión de la era covid en Atención Primaria es mala, tiene un amplio margen de mejora. Es inadecuada, insuficiente y casi inexistente", opina. Tampoco cree que haya sido mucho mejor en los hospitales ni en las unidades de salud mental.

Desde su punto de vista, la pandemia ha hecho que todos los factores estresantes imaginables en nuestras vidas suban un escalón, provocando niveles sin precedentes de ansiedad y aislamiento. Así, el impacto de la depresión durante la pandemia de covid-19 es "extremadamente preocupante", señala. En este sentido, añade que "todos advierten de una ola de trastornos mentales a causa de la epidemia. ¿Pero realmente estamos haciendo algo? Estamos a tiempo de revertir la situación".

Si bien recuerda que ya lo era antes de esta situación. "El trastorno depresivo mayor (TDM) es el trastorno más frecuente en Europa y en España y además el que produce más pérdida de calidad de vida". A la vez, presenta un alto porcentaje de necesidades no cubiertas, ya que entre el 30-50% de pacientes no están diagnosticados. Un infradiagnóstico que se ha acentuado con el covid-19.

Antes de estas circunstancias España ocupaba un lugar por encima de la media en la prevalencia de depresión. "Uno de cada 5 españoles presenta síntomas clínicamente significativos de depresión (22,1%), más en mujeres que en hombres".

No obstante, la depresión es un trastorno favorecido y agravado por el confinamiento, como explica el experto. "El consumo de antidepresivos se ha incrementado un 10% durante el confinamiento, alrededor de un 9% los ansiolíticos y un 50% las llamadas al teléfono de la esperanza". Asimismo, Fernando García cree que también han aumentado los suicidios, aunque esto no se sabrá hasta dentro de un tiempo. Bajo su punto de vista, en la era post-covid se hace muy necesaria la coordinación entre la atención primaria y las unidades de salud mental. "Es una asignatura pendiente", señala.

Depresión y comorbilidad

Por otro lado, es muy frecuente que la depresión se asocie con otras enfermedades. En este sentido, Luis Pintor, especialista en Psiquiatría del Hospital Clínico de Barcelona, profesor asociado de la Universidad de Barcelona continúa con la exposición de Fernando García enfocándose en la depresión que acontece en pacientes con patología médico-quirúrgica. "Nos encontraremos en nuestros hospitales o centros de salud a pacientes crónicos que además pueden iniciar una depresión".

Epidemiológicamente, al tratar la patología depresiva en general en trastornos del humor, se ve que en la población tiene una incidencia del 10%. "Si consideramos cualquier enfermedad relevante crónica, multiplica por dos, por tres o por cuatro, la prevalencia de la patología depresiva. Si cogemos patología depresiva mayor en particular, dejando al margen patología menor, la vemos un 3 o 4% en la población general, pero que se multiplica por mucho más en pacientes con enfermedades médicas quirúrgicas graves y crónicas", explica Pintor.

Con lo cual, manifiesta, "esta alta asociación es relevante". Estudios bien diseñados de enfermos hospitalizados veían que de manera independiente, hay tres factores claves en la muerte rápida y con mayor probabilidad de ocurrir, con respecto a personas que no tienen estos tres factores: la gravedad medico quirúrgica, el diagnóstico de la depresión mayor y la historia previa de patología depresiva. "Es decir, la patología previa cuando aparece es un signo ominoso en el enfermo".

Revisión de la farmacología y nuevas evidencias

Por último, Francisco Javier Olivera, especialista en Psiquiatría del Hospital Universitario San Jorge de Huesca, insiste en que la depresión no es solamente una enfermedad, sino que también es un síntoma, un síndrome.

Por lo tanto, puede aparecer en otras patologías, y no solamente se ciñe a un estado de tristeza o un descenso del humor. Otras veces puedes aparecer síntomas como la autodepreciación, culpabilidad. etc. "Es importante saber esto porque las dianas terapéuticas de la depresión se centraban tradicionalmente en los síntomas afectivos, y los síntomas somáticos y cognitivos pasaban más de lado", explica.

En psiquiatría, en general, se realiza siempre un tratamiento sintomático. Las enfermedades psiquiátricas son multifactoriales. "No conocemos el origen de las enfermedades mentales, nosotros tratamos los síntomas de esas patologías. En este sentido, sería como si tratáramos la gripe con parecetamol", detalla.

No obstante, Olivera pone de relieve la relevancia y la dificultad para el diagnóstico de los tratamientos depresivos utilizando las clasificaciones clásicas. "Efectivamente, tenemos importante en la Atención Primaria, puesto que el trastorno mental que desborda las consultas es el adaptativo".

Y es que muchas veces los estudios realizados con los fármacos no distinguen bien entre los trastornos adaptativos y depresivos. "La depresión mayor es una enfermedad, y puede ser muy grave. De hecho lleva una mortalidad asociada al suicidio. En ella es fundamental el tratamiento farmacológico", argumenta el experto.

Sin embargo, no existe el antidepresivo ideal. Por ello es muy necesario valorar la eficacia, el efecto y las interacciones con los pacientes cuando se les prescribe un medicamento.

Además, los estudios demuestran eficacia, pero no son concluyentes en cuanto a la superioridad de unas moléculas frente a otras. "En general, la primera línea incluye a los antidepresivos de segunda generación (los no tricíclicos) y Een ocasiones los efectos secundarios y las interacciones condicionan más la prescripción que la propia eficacia".

Por tanto, la elección del fármaco tiene una triple vertiente: depende tanto del paciente, como del propio fármaco, como del prescriptor. Eso sí, finaliza Olivera. "Los nuevos antidepresivos con acción en múltiples vías de neurotransmisión suponen una avance en el tratamiento más específico del trastorno depresivo mayor".

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