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Los farmacéuticos de Atención Primaria, los más capacitados para atender en los Centros Sociosanitarios

Los pacientes institucionalizados en CCSS se encontrarían entre aquellos “que más pueden beneficiarse de una Atención Farmacéutica integral por tener un mayor riesgo de sufrir problemas relacionados con el uso de medicamentos”.

28/09/2020

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, un 19,2% de la población española tiene más de 65 años. Las proyecciones demográficas estiman que este porcentaje se incrementará de forma progresiva hasta alcanzar el 21,5% en el año 2030 y el 31,9% en el año 2049. Este envejecimiento de la población ...

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, un 19,2% de la población española tiene más de 65 años. Las proyecciones demográficas estiman que este porcentaje se incrementará de forma progresiva hasta alcanzar el 21,5% en el año 2030 y el 31,9% en el año 2049. Este envejecimiento de la población suele ir acompañado de la aparición de enfermedades crónicas y, en consecuencia, de multimorbilidad definida por la coexistencia en una misma persona de dos o más enfermedades crónicas.

Los datos de un estudio realizado en Cataluña sobre la población mayor de 64 años señalan que las personas que viven en los Centros Sociosanitarios (CCSS) presentan una mayor tasa de envejecimiento, más patología asociada y polimedicación, lo que conlleva frecuentemente una mayor tasa de complejidad, fragilidad y dependencia, y una mayor demanda de utilización de recursos sanitarios, con un gasto per cápita anual 2,5 veces superior a la de la población general de esta misma edad. La polimedicación, concretamente, adquiere especial relevancia en el paciente anciano institucionalizado con fragilidad y multimorbilidad. Según un documento de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, el 97% de los ancianos que viven en CCSS consumen con frecuencia fármacos inapropiados o inadecuados.

En este contexto de envejecimiento poblacional y de un cada vez mayor uso de CCSS para el cuidado de mayores se enmarca el documento Posicionamiento SEFAP en la Atención Farmacéutica en Centros Sociosanitarios, en el que la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) reivindica aprovechando la efeméride del Día Nacional del Farmacéutico la necesidad de la implementación de la atención farmacéutica (AF) en estos centros que incluya tanto actividades de gestión y control del medicamento, como actividades dirigidas a la atención de las personas y soporte a los profesionales.

Según Raquel Prieto Sánchez y Amelia Troncoso Mariño, coordinadoras del documento, teniendo en cuenta que la atención sanitaria de las personas que viven en CCSS tiene como eje la Atención Primaria (AP), los farmacéuticos de atención primaria (FAP) son los que están "en mejor posición y más capacitados" para llevar a cabo todas las actividades estipuladas en el Documento Marco para el Desarrollo de la Atención Primaria y Comunitaria elaborado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y que ya están recogidas en el modelo de Atención Farmacéutica (AF) en CCSS que propone SEFAP.

Integración de la figura del FAP en los CCSS

"A medida que crece la complejidad en los tratamientos farmacológicos de las personas que viven en CCSS se justifica que el FAP se integre dentro del equipo multidisciplinar que atiende a estas personas en los CCSS para desarrollar el modelo de atención farmacéutica personalizado propuesto por SEFAP. La integración del farmacéutico en el equipo asistencial de los CCSS contribuirá a identificar y gestionar los problemas relacionados con el uso de medicamentos, a mejorar la efectividad de los tratamientos y, en consecuencia, mejorará los resultados en salud y la calidad de vida de estas personas", sostienen las coordinadoras.

En ese sentido, las portavoces de SEFAP recuerdan que los resultados de diversos estudios demuestran que las intervenciones dirigidas a optimizar la prescripción en estas instituciones reducen las estancias hospitalarias enlentecen la progresión del deterioro de la calidad de vida, mejoran la adecuación de los tratamientos y disminuyen los errores de medicación.

"La cartera de servicios de los FAP, así como las competencias y habilidades que han ido adquiriendo a lo largo de su desarrollo profesional, los sitúa como los profesionales más capacitados para proporcionar una AF a los pacientes de los CCSS", aseguran Prieto Sánchez y Amelia Troncoso Mariño.

Para las coordinadoras, los pacientes institucionalizados en CCSS se encontrarían entre aquellos "que más pueden beneficiarse de una Atención Farmacéutica integral por tener un mayor riesgo de sufrir problemas relacionados con el uso de medicamentos". Para ello, según se reivindica en el documento Posicionamiento SEFAP en la Atención Farmacéutica en Centros Sociosanitarios, se requiere de la aplicación del principio básico de equidad para que todos los pacientes institucionalizados en CCSS, ya sean públicos, concertados o privados, tengan la misma atención farmacéutica independientemente del servicio de farmacia u oficina de farmacia que lo desarrolle.

Hoy, sin embargo, lamentan desde SEFAP, "existe una alta variabilidad" entre Comunidades Autónomas en las actividades realizadas por el farmacéutico en los CCSS, en la cartera de servicios ofrecida y en la definición del propio modelo de atención farmacéutica. "Esta variabilidad en las prestaciones farmacéuticas entre las CCAA repercute finalmente en los resultados en salud, seguridad en la utilización de medicamentos y la calidad de vida de las personas que viven en los CCSS. Por todo ello, desde SEFAP consideramos que es necesario definir un Modelo de Atención Farmacéutica para estas personas", explican las portavoces.

Hacia un modelo centrado en el paciente

El principal objetivo del documento Posicionamiento SEFAP en la Atención Farmacéutica en Centros Sociosanitarios es definir un modelo de atención farmacéutica en los Centros Sociosanitarios centrado en la persona. La meta sería avanzar hacia una prescripción de medicamentos efectiva, segura y eficiente, a través de una atención farmacéutica personalizada, que favorezca la obtención de mejores resultados en salud de las personas que viven en CCSS y que se ajuste a sus necesidades y expectativas, así como a las de los profesionales.

En ese sentido, SEFAP apuesta por un modelo inclusivo donde se contemplen las diferentes realidades existentes en las Comunidades Autónomas. Por esta razón, solicitan que la provisión de medicamentos en los CCSS también puedan realizarla los Servicios de Farmacia de Atención Primaria, aunque sin excluir a los Servicios de Farmacia de hospital o los sociosanitarios, ni tampoco a la farmacia comunitaria, ya que las características de cada región son muy diversas.

"La implementación de este Modelo de Atención Farmacéutica centrado en la persona implica cambios organizativos en el ámbito sanitario y social, que van desde la provisión directa de medicamentos, productos dietoterápicos y productos sanitarios a los CCSS, hasta el desarrollo de actividades clínicas y asistenciales centradas en la persona y de actividades vinculadas a la gestión del conocimiento de soporte a los profesionales sanitarios de los CCSS", argumentan las coordinadoras, que añade que para llevar a cabo la implementación de este modelo de AF centrado en la persona en los CCSS "es necesario un nuevo marco normativo que también incluya a los servicios de farmacia de Atención Primaria".

El segundo objetivo del documento pasa por definir las competencias que debe tener el farmacéutico de atención primaria para poder llevar a cabo este modelo y que, lamentablemente según explican desde SEFAP, aún no son desarrolladas en su totalidad en ninguna Comunidad Autónoma. Entre esas competencias los farmacéuticos de AP destacan tres tipos de actividades:

1. Actividades de gestión y control de los medicamentos, PD y PS: relacionadas con la adquisición, custodia, conservación, dispensación y distribución de medicamentos, productos dietoterápicos y productos sanitarios a los CCSS.

2. Actividades clínicas y asistenciales vinculadas a la cadena terapéutica: orientadas a optimizar los resultados de utilización de medicamentos, productos dietoterápicos y productos sanitarios, apoyando a los profesionales y mejorando la utilización individualizada de la terapia en cada una de las etapas de la cadena terapéutica.

3. Actividades de gestión del conocimiento: dirigidas a proporcionar el conocimiento general y útil para las actividades clínicas y asistenciales, así como para la gestión del medicamento, los productos dietoterápicos y los productos sanitarios.

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