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Sanidad pone en marcha un plan de respuesta temprana ante posibles nuevos brotes de covid-19

El documento, consensuado con las comunidades autónomas, articula el conjunto medidas para la preparación y respuesta frente al coronavirus que ya están en marcha, junto con aquellas que deben completarse para hacer frente a los distintos escenarios que puedan producirse

17/07/2020

El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) han dado luz verde al Plan de respuesta temprana de un escenario de control de la pandemia por covid-19, cuyo doble objetivo es, como recoge el documento, "reducir el impacto de ...

El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) han dado luz verde al Plan de respuesta temprana de un escenario de control de la pandemia por covid-19, cuyo doble objetivo es, como recoge el documento, "reducir el impacto de la pandemia, limitando la circulación del SARS-CoV-2 mediante el fortalecimiento de los pilares que sustentan unas intervenciones oportunas y eficaces; y preparar las capacidades de España frente a un incremento de la transmisión que, llegado el caso, pueda derivar en una segunda oleada de transmisión del virus".

Entre otros puntos, Sanidad dedica un apartado entero desarrollar las bases de una respuesta temprana para posibles rebrotes, conscientes de que es necesario dotar al SNS de una mayor capacidad para hacer frente a posibles incrementos de la transmisión del covid-19, sin las tensiones vividas durante la crisis. "Esta preparación requiere una acción amplia y coordinada, que incluye la preparación en los ámbitos de salud pública, asistencia sanitaria y laboratorio, la compra extraordinaria de vacuna de la gripe y la preparación de las medidas farmacológicas y no farmacológicas frente al coronavirus", especifican.

Como recoge el documento, para la detección precoz y el control de los rebrotes se necesita garantizar una capacidad suficiente de recursos humanos, disponer de planes de contingencia que garanticen una continuidad de la actividad de salud pública ante un posible incremento de la transmisión, reforzar la detección precoz en todos los niveles asistenciales (especialmente en Atención Primaria), disponer de lugares para el aislamiento de casos o avalar la coordinación entre los distintos niveles.

Por otro lado, en el ámbito de la atención sanitaria, los servicios de las comunidades deben activar planes de contingencia en AP y hospitales adaptados a cada escenario, garantizar capacidad de recursos humanos y materiales, asegurar la aplicación de las políticas de prevención de riesgos laborales en todos los centros, o disponer de una capacidad suficiente de camas de agudos y de cuidados críticos con capacidad de respiración mecánica invasiva.

En cuanto a las medidas no farmacológicas o de prevención en el ámbito comunitario, Sanidad recuerda que son imprescindibles porque "reducen el contacto entre personas enfermas y sanas y el riesgo individual de infección. Se trata de medidas en las que se ha demostrado la eficacia, sobre todo cuando se aplican de manera combinada".

En el apartado de las vacunas, uno de los que más preocupa a la población, el Ejecutivo recuerda que las primeras estarán autorizadas a lo largo de 2021, pero que aún es pronto porque se desconoce la seguridad y la eficacia de los distintos ensayos. En cualquier caso, teniendo en cuenta que la disponibilidad de vacunas será paulatina, "será necesario priorizar los grupos de población que se vacunarán de manera progresiva, en función de las características de vulnerabilidad y de exposición a la enfermedad de los diferentes colectivos, así como teniendo en cuenta el perfil de eficacia y seguridad de cada vacuna", añade.

Reserva estratégica nacional

Por otro lado, Sanidad analiza la enorme presión generada por el coronavirus sobre los sistemas asistenciales en todo el mundo. "Es algo que también se ha comprobado en España, donde ha sido necesario reforzar todas las capacidades, tanto a nivel de vigilancia epidemiológica y servicios de salud pública como de Atención Primaria y Hospitalaria para poder hacer frente a la pandemia", expone el documento. Este incontestable repunte en la demanda, asociado adicionalmente a un número de productores muy localizado, ha provocado un aumento significativo de los precios de todos los productos y equipos sanitarios. Y también ha introducido cambios significativos en estos mercados, tanto por el lado de la oferta (empresas que han reorientado su actividad) con una exigencia del pago por adelantado (incluso para compras de gobiernos) y venta de líneas de producción para un suministro periódico, como por el lado de la demanda (todos los países comprando los mismos productos en las mismas fábricas), empujando los precios al alza.

Por todo ello, "se decidió reforzar al Ministerio de Sanidad para abordar estas compras de enorme complejidad en este contexto internacional, formándose un equipo interministerial y multidisciplinar, formado por profesionales del Ministerio de Hacienda, Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico". En este contexto tan complejo, "gracias a las compras realizadas y a las donaciones recibidas, desde el 10 de marzo se ha venido repartiendo material a las comunidades autónomas para reforzar sus procesos de compra. De manera que, hasta el pasado 2 de julio, se han repartido casi 221,7 millones de unidades de productos sanitarios en todo el territorio",

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