Hipertensión arterial, dislipemia u obesidad son solo algunas de las enfermedades que se asocian, más frecuentemente, a los pacientes con diabetes tipo 2. "A su vez, la diabetes tipo 2 tam­bién está relacionada, por sí sola, con la aparición de en­fermedades micro y macrovasculares", detalla Vicente Arrarte Esteban, quien ejerce como cardiólogo en el Hospital General Universitario de Alicante, además de ser presidente de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Esto quiere decir, explica Vicente Arrarte, que "un paciente diabético tiene aumentado el riesgo de desarrollar infartos de miocardio, insufi­ciencia cardiaca o infartos cerebrales entre otras patologías, como afectación de la circulación sanguínea de las extremidades o bien la microcirculación a nivel de los ojos, piel, etc".

La importancia de estos efectos cardiovasculares hace que, según Vicente Arrarte, tenga que cambiar la manera de abordar el con­trol de los pacientes con diabetes tipo 2: "Actualmente la diabetes tipo 2, si a veces la dirigíamos únicamente al control de glucemia, debe dirigirse hacia la prevención de enfermedades cardiovasculares como infarto de miocardio, infarto cerebral, insuficiencia cardiaca o desarrollo de otras complicaciones". En este contexto, la llegada de los fármacos de la familia iSGLT2 y los arGLP1 con principios activos muy valiosos, como es el caso del semaglutide, es un aspecto muy importante en el tratamiento de la enfermedad.

Semaglutida

Durante los últimos cinco años, "hemos visto grandes resultados en los ensayos clínicos en los tratamientos de los pacientes dia­béticos. En concreto, los máximos beneficios se han objetivado en dos nuevas familias de fármacos: los iSGLT2 y los arGLP1". Así, los arGLP1 ofrecen grandes resultados en el tratamiento del paciente diabético que ayuda a reducir los problemas cardio­vasculares futuros. "Inicialmente toda la evidencia estaba en inyecciones subcutáneas diarias o semanales y, actualmente, ya se dispone de tratamiento oral, lo que probablemente ayudará a la adherencia o cumplimiento de los tratamientos por parte de los pacientes", comenta Vicente Arrarte, quien, además, señala que "la semaglutida, un arGLP1, demostró una reducción del 26% del riesgo por muerte cardiovascular, infarto de miocardio e ictus no mortales frente a placebo, añadido al tratamiento estándar para las personas con diabetes tipo 2 con alto riesgo cardiovascular". Estos datos han llevado a la FDA a aprobar en ficha técnica la utilización de esta molécula para reducir el riesgo cardiovascular grave de los pacientes diabéticos tipo 2.

En este contexto, la farmacéutica danesa Novo Nordisk cuenta en su vademécum con el tratamiento semanal Ozempic® (se­maglutida), indicado como complemento a la dieta y el ejercicio físico para mejorar el control glucémico en adultos con diabetes tipo 2. "Ozempic® supone un avance muy importante en su trata­miento para reducir episodios cardiovasculares futuros. Reduce la glucemia en sangre y la hemoglobina glicada", comenta el doctor, y prosigue: "Ayuda al cuerpo a liberar su propia insulina y está diseñado para responder cuando la glucemia aumenta. Reduce, por tanto, la velocidad en que los alimentos salen del estómago, ayuda a reducir la cantidad de glucosa liberada por el hígado y, cuando el nivel de glucosa en la sangre es alto, aumenta la cantidad de insulina liberada por el páncreas".

Reducción del peso corporal

La reducción del peso corporal en personas con diabetes tipo 2 es un elemento muy importante a tener en cuenta, pues la obesidad es un factor de riesgo asociado y, a su vez, es un factor de riesgo para el desarrollo de diabetes y complicaciones de esta. "La reducción de peso observada en los pacientes que toman Ozempic® es un dato relevante en la prevención cardiovascular y hace la molécula especialmente relevante en los pacientes con obesidad y diabetes tipo 2, aunque no por ello de forma exclusiva en este grupo, pues el beneficio se demuestra en gran parte de los pacientes con diabetes tipo 2".

La pérdida de peso corporal que proporciona Ozempic® "se debe a varios mecanismos diferentes relacionados con su acción sobre los receptores de la proteína GLP-1: controla el sistema de control del apetito (hambre, deseo de comer y la sensación gratificante de los alimentos) y el enlentecimiento en la digestión que genera saciedad".

Sin embargo, a día de hoy, en nuestro país Ozempic®, al igual que el resto de análogos del receptor del GLP1, solamente se puede prescribir a aquellos pacientes con un IMC mayor de 30. "Si bien esta restricción es meramente administrativa, ya que por ficha técnica se podría prescribir a cualquier paciente diabético independientemente de su IMC, ya que desde el punto de vista clínico no debería estar limitado a ningún paciente con diabetes y enfermedad aterosclerótica", comenta el presidente de la Aso­ciación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC. Respecto a la comercialización en los otros países, asegura que "nuestro país es el que más limita el acceso a este tipo de fármacos". Ozempic® ha sido aprobado para su uso en pluma precargada subcutánea semanal con 0,25 mg en 1,5 ml, 0,5 mg en 1,5 ml y 1 mg en 3 ml de solución y, está indicado en el tratamiento de adultos con diabetes mellitus tipo 2, como complemento de la dieta y el ejercicio, en monoterapia, cuando la metformina no se considera apropiada debido a intolerancia o contraindica­ciones y añadido a otros medicamentos para el tratamiento de la diabetes tipo 2.

En cuanto a los efectos secundarios, las reacciones adversas notificadas con más frecuencia durante el programa de ensa­yos clínicos fueron los trastornos digestivos, incluidas náuseas, diarrea y vómitos. No obstante, asegura Vicente Arrarte que "estas fueron de intensidad leve o moderada y de corta duración", y recuerda que la llegada de fármacos como Ozempic® ofrecen grandes ventajas para los pacientes con diabetes tipo 2.

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