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Un proyecto de telefarmacia que acerca el hospital al domicilio del paciente

El Hospital Virgen Macarena pone en marcha un programa en el que los pacientes no ingresados pueden bene­ficiarse de la dispensación domiciliaria si son adherentes al tratamiento y si no tienen que visitar al especialista del hospital con frecuencia. Se prioriza a aquellas personas que su domicilio esté más lejos.

27/05/2020

El Hospital Virgen Macarena, en Sevilla, ha puesto en marcha un proyecto de telefarmacia. "Intentamos acercar el hospital al domicilio del paciente y hacerlo lo más accesible posible", explica Miguel Ángel Calleja, su jefe de Farmacia, patrono de la Fundación Española de Farmacia Hospitalaria y miembro del Statement Implementation Steering ...

El Hospital Virgen Macarena, en Sevilla, ha puesto en marcha un proyecto de telefarmacia. "Intentamos acercar el hospital al domicilio del paciente y hacerlo lo más accesible posible", explica Miguel Ángel Calleja, su jefe de Farmacia, patrono de la Fundación Española de Farmacia Hospitalaria y miembro del Statement Implementation Steering Committee de la Sociedad Europea de Farmacia Hospitalaria (EAHP). La idea es que los pacientes que atienden "sepan que hay un farmacéutico que está cerca de ellos y que puede asesorarles".

Este programa de telefarmacia se ofrece a los pacientes en tratamiento con medicamentos que dispensan desde el hospital para aclarar cualquier tipo de consulta que tengan de manera fácil y rápida. Por el momento, se bene­fician de esta iniciativa 214 de los 5.000 que el Hospital Virgen Macarena atiende anualmente.

Calleja comenta los criterios de selección: "Se trata de pacientes que sean adherentes a su tratamiento, que la visita al médico especialista del hospital la estén realizando cada seis meses o más. Si viene al hospital a ver a su médico, lo normal es que la dispensación se haga de forma presencial. Es un programa en el que priorizamos a aquellos pacientes que su domicilio esté más lejos del hospital. Es un servicio que es complementario a la atención presencial". Asimismo, a los que más di­ficultad tienen para la movilidad, como pacientes con esclerosis múltiple en niveles avanzados, o que tengan delegada la capacidad de recoger su tratamiento por no poder hacerlo ellos mismos.

Aquellos pacientes que entran en el programa pueden elegir la dispensación domiciliaria o "colaborativa" a través de los centros de Salud o de O­ cinas de Farmacia. "El programa pretende ser muy colaborativo con todos los compañeros", asegura Calleja. Un 60% ha elegido que el medicamento le llegue al domicilio, mientras que un 32% ha preferido "la dispensación colaborativa en su centro de Salud" y un 8% en colaboración con su farmacia habitual. "Las preferencias de los pacientes tienen que ver con la relación que poseen.

Los que eligen farmacia comunitaria es porque su relación con la farmacia es muy ­ fluida. Los que optan por centro de Salud lo hacen porque, por diversos motivos, tienen que acudir a él frecuentemente".

Resultados

Calleja revela que "la adherencia a estos tratamientos aumenta, en torno a un 7%, por facilitarles la dispensación y por ahorrarles tiempo". Les queda por demostrar; "como otros artículos han demostrado en diabetes o VIH, que, además de ese aumento de adherencia, lleva consigo una mejora en los resultados en salud".

"Lo más importante para nosotros es el nivel de atención farmacéutica que se les presta a estos pacientes. Se hace mensualmente mediante conversación con el farmacéutico que lleva el programa. El tiempo que el hospital les dedica es prácticamente el mismo que antes. El mayor ahorro de tiempo es para el paciente que evita el traslado desde el domicilio hasta el hospital, la espera que tiene para ser atendido y luego la vuelta", sostiene. Calcula que, en el plazo que llevan de trabajo, unos siete meses, han sido más de 45.000 horas las que han posibilitado que los pacientes dediquen a otras cuestiones.

Los pacientes trasladan una satisfacción de más del 95%. "Sienten como que la accesibilidad ha mejorado", mani­fiesta. Insiste en que, en esa atención farmacéutica, hay una parte clínica, en la que hablan con el paciente, y una parte física de entrega del medicamento. Certi­fica que "la dispensación siempre está realizada por el servicio de farmacia del hospital". Distingue entre la parte clínica y la parte física, "en la que hay la entrega de un medicamento, en la que el farmacéutico de hospital se apoya en diferentes herramientas y en diferentes recursos". Huye del término home delivery: "Yo no hago home delivery, hago una dispensación en la que le facilito al paciente que su medicamento pueda llegar a un entorno más cercano".

Hay una empresa de transporte autorizada para llevar medicamentos que hace este envío físico. Repite que la dispensación la hace siempre un farmacéutico de hospital. Cuando la hace a través de centros de Salud, están implicados los farmacéuticos de Primaria. "Son los que nos ayudan a que toda esta entrega se haga de forma adecuada", matiza. "Cuando la hacemos en colaboración con la farmacia comunitaria, la respuesta está siendo estupenda cuando hablamos con cada uno de los farmacéuticos que han elegido los pacientes", cuenta. Efectúan una capacitación, con una formación especí­fica para el medicamento, en la que van a colaborar las personas que están implicadas en el proceso.

Los costes del envío los asume el hospital. Para el paciente es un servicio totalmente gratuito. "El envío no es el mayor coste del programa, sino el tiempo que se dedica a un cambio de forma de trabajar y el tiempo de los profesionales", apunta. Calleja considera que este programa se dirige a un grupo de pacientes bastante seleccionado. No se imagina que fuera a superar el 20% de los pacientes del hospital.

Preguntado si este servicio de telefarmacia podría dar la razón, de alguna manera, a los que de­fienden que ciertos medicamentos de dispensación hospitalaria se dispensen en la farmacia comunitaria, Calleja admite que hagan esa reflexión otros compañeros.

Eso sí, destaca que, "de pasarla a dispensación comunitaria, estamos minimizando la parte más importante de la dispensación que es la parte clínica". "Es decir, yo envío la caja a un paciente con una patología concreta. La envío porque he revisado la analítica y está correcta, he revisado la adherencia y está correcta y he revisado todos los procedimientos y están correctos. Todo eso es una aportación que se hace desde el hospital. Hay una cercanía con el equipo clínico que nos permite también aportar ese valor. Si entendemos como dispensación solo la entrega, entiendo que alguien piense que eso puede ser así", argumenta. Como siempre, se muestra abierto a colaborar con sus "compañeros" de farmacia comunitaria para que ese seguimiento lo puedan hacer de forma colaborativa.

¿Puede colaborar la distribución farmacéutica? Responde que la distribución farmacéutica puede tener un papel importantísimo y que están en conversaciones con varias distribuidoras farmacéuticas, como por ejemplo Bidafarma, para ofrecerles el proyecto y que puedan colaborar. Asevera que lo ideal es que este tipo de proyectos se hagan entre todos: entre la farmacia comunitaria, la farmacia de Atención Primaria, la farmacia hospitalaria y la distribución farmacéutica. En el Hospital Virgen Macarena están trabajando para que este modelo sea utilizado en otros hospitales y sea útil para pacientes de otras áreas.

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