En rueda de prensa telemática, ya por la tarde en vez de por la mañana, como ha venido siendo habitual en los dos últimos meses; Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), informó de que, en las últimas 24 horas, se han registrado, según las cuentas de Sanidad, 295 casos nuevos de coronavirus, llegando hasta las 232.037 (confirmados por PCR). El número de fallecidos se ha elevado a 27.778, 83 más. Han precisado hospitalización 124.159 personas, 166 más, y han ingresado en UCI 11.414, 11 más.

Desde este lunes hay un nuevo sistema de recolección de datos. "La evolución de la epidemia es posible que sea incluso mejor. Uno de los objetivos de esta fase es reducir el tiempo entre el inicio de síntomas, la consulta médica y el diagnóstico a 24-48 horas. Ya estaríamos en ese objetivo de reducir por debajo de las 48 horas la consulta y el diagnóstico. En el caso de que haya nuevos brotes quizá tendríamos la capacidad de detectarlos y aislarlos", señaló. "La población es responsable para entender los riesgos que exponen a los demás", respondió ante la pregunta de si sería posible garantizar un aislamiento domiciliario de los afectados.

Simón interpretó que la obligación de usar la mascarilla es cuando no pueda mantenerse los dos metros de distancia, y se tiene que usar en momentos concretos. Si hay duda, lo mejor es ponérsela. A título individual, "debemos ser responsables como para saber cuándo hay que ponérsela o no". En una ciudad muy poblada, es cuando puede haber más susceptibilidad a la hora de cumplir con la norma. Lo mejor es salir de casa con ella. Matizó que la idea principal es usarla cuando estamos cerca de una persona que se pueda contagiar o una persona vulnerable para evitar el contagio. Insistió en que esta norma no es muy complicada. Interesa la aplicación de la norma sanitaria que busca prevenir los riesgos.

Le cuestionaron por unas declaraciones de María Neira, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), respecto a la reunión del Centro de Prevención de Enfermedades Infecciosas de la UE, en la que se habría subestimado a finales de febrero la capacidad que tenía el virus para hacer daño, ya que él estuvo en esa reunión. "En ningún momento se subestimó el riesgo. Se valoró la situación. En aquel momento, en España, éramos los únicos que habíamos identificado casos importados que no procedían de China, un caso importado de Francia, el de un británico que reside en Baleares, y un alemán, que había viajado a Canarias", indicó. Aproximadamente una semana después, Italia tuvo su incremento importante y fue cuando procedió a cerrar la zona norte el país y cuando la situación cambió.

De acuerdo con sus palabras, "las medidas de prevención y control deben ser factibles, en una situación en la que la exportación de materiales, como las mascarillas, que en aquel momento sólo se producía en China, planteaba problemas el recomendar el uso de un equipamiento que no estaba disponible", argumentó en referencia al corte de las exportaciones que hizo China de estos materiales debido a la expansión de la epidemia en su territorio.