¿Cuál es la probabilidad para un fumador medio (68 años y dos paquetes diarios) de padecer un cáncer de pulmón? Esta ha sido la pregunta que ha lanzado Raúl de Simón Gutiérrez, médico de familia, al público durante el Taller `Juntos por el control del tabaquismo´. La respuesta: 1 entre ...
¿Cuál es la probabilidad para un fumador medio (68 años y dos paquetes diarios) de padecer un cáncer de pulmón? Esta ha sido la pregunta que ha lanzado Raúl de Simón Gutiérrez, médico de familia, al público durante el Taller `Juntos por el control del tabaquismo´. La respuesta: 1 entre 8.
"A fumar se nos enseña y existe una falta de percepción de riesgo, sobre todo, en edades jóvenes", ha advertido Gutiérrez. Y no solo por el cáncer de pulmón, sino por otro tipo de enfermedades que están demostradas que se incentivan por el hecho de fumar. Recordamos que el tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica con muchas recaídas.
Según el médico de familia hay dos preguntas claves que debemos hacer a un paciente: ¿fuma usted? y ¿quiere dejar de fumar?. A partir de aquí, se puede aplicar lo que se conoce como las `5A´. Primero, averiguar el nº de paquetes al año que consume nuestro paciente (se puede calcular multiplicando el nº años fumando por nº cigarrillos al día/20). Después aconsejar con discursos breves, firmes, sencillos y personalizados. Tercero, apreciar, es decir, es imprescindible que el paciente quiera ser capaz de que llegue el momento de dejar de fumar. La cuarta `A´ es ayudar a través de un tratamiento farmacológico como TSN (parche o chicle), bupropion, vareniclina, etc. Y finalmente, acordar un seguimiento para que no haya ninguna recaída.
Por otra parte, Leyre Gaztelurrutia, farmacéutica familiar y comunitaria y coordinadora del Grupo de Trabajo de Tabaquismo, ha hecho hincapié en que con estas `A´ ayudamos a salvar vidas, sobre todo, con la grave situación actual que estamos viviendo en la que, según la encuesta EDADES 2019, el 34% de personas han consumido tabaco de forma diaria en los últimos 30 días y el consumo de las mujeres de 35 a 64 años continúa mostrando la tendencia creciente (30,5%).
Asimismo, Gaztelurrutia ha denunciado que en las historias clínicas de los pacientes no se registran si fuman o no. "El problema muchas veces es que nos falta tiempo y formación en tabaquismo", ha destacado la farmacéutica, "pero hay que preguntar si fuma a un paciente con patología respiratoria, cardiovascular, dermatológica, ginecológica, con diabetes… es decir, siempre hay que preguntar". Para Gaztelurrutia debemos actuar con el fumador activo, el tabaquismo pasivo y el humo de 3ª mano. ¿Cómo? "Con consejos sanitarios en los que encontramos las primeras `3A´, con una intervención breve que incluye las `5A´ o con una intervención intensiva, por ejemplo, a través del programa CESAR", aconsejó la coordinadora.