Publicidad
Publicidad

La ketamina reduce el consumo de alcohol en grandes bebedores

Administrada durante la recuperación de recuerdos de recompensa maladaptativos, reduce la potenciación de éstos por el alcohol, así como el consumo a largo plazo.

20/01/2020

Los resultados de un estudio de las universidades College London y de Amsterdam indican que un rápido y sencillo tratamiento con ketamina, administrada en el momento adecuado, reduce el consumo de alcohol en grandes bebedores. Ravi Das, primer autor del estudio, afirma que la adicción al alcohol y a las drogas ...

Los resultados de un estudio de las universidades College London y de Amsterdam indican que un rápido y sencillo tratamiento con ketamina, administrada en el momento adecuado, reduce el consumo de alcohol en grandes bebedores.

Ravi Das, primer autor del estudio, afirma que la adicción al alcohol y a las drogas es un proceso de aprendizaje en el que el cerebro asocia señales ambientales con el estímulo placentero inducido por estos agentes. Como resultado se produce un deseo desproporcionado de consumirlos. Una vez establecida, esta memoria de recompensa es difícilmente sustituible por otra más saludable. Aunque los 90 participantes del estudio no estaban formalmente diagnosticados de alcoholismo, sí exhibían un patrón nocivo en el consumo de cerveza, el cual excedía en 5 veces el límite semanal recomendado.

Confrontados con un vaso de cerveza, se pidió a los probandos que realizaran una tarea antes de beberla y que gradaran el placer anticipado. El segundo día la cerveza fue inesperadamente retirada, lo que se sabe desestabiliza la memoria de recompensa recuperada. Típicamente, prosigue Das, el cerebro activa un proceso para re-estabilizar y mantener esa memoria. La administración de ketamina en este momento bloquea el receptor NMDA, necesario para esta re-estabilización. La reducción en la ingesta de alcohol fue constatable durante los 10 días de seguimiento posteriores. Ante una pequeña muestra de cerveza los participantes tratados sintieron menos urgencia en beberla, la disfrutaron menos y tuvieron menos ganas de continuar bebiendo. Das indica que el efecto fue sostenido durante 9 meses.

Los investigadores afirman que esta sería la primera evidencia de que un tratamiento sencillo y accesible puede tener un impacto favorable y duradero sobre conductas adictivas.

Publicidad
Publicidad
Nuestros Podcasts