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Dos guías clínicas abren nuevas vías a la neurorrehabilitación

La Sociedad Española de Neurorrehabilitación presenta en el congreso SEN dos proyectos que recopilan criterios de buenas prácticas y que sienten los cimientos más básicos de la especialidad

21/11/2019

La Sociedad Española de Neurología se ha propuesto crear cultura sobre la neurorrehabilitación y ya ha empezado a sentar las bases para ello. El primer objetivo lo han cumplido. "Pretendemos elaborar cada año guías clínicas elaboradas por un grupo de expertos dedicados a este tema, y que arranquen con los ...

La Sociedad Española de Neurología se ha propuesto crear cultura sobre la neurorrehabilitación y ya ha empezado a sentar las bases para ello. El primer objetivo lo han cumplido. "Pretendemos elaborar cada año guías clínicas elaboradas por un grupo de expertos dedicados a este tema, y que arranquen con los temas básicos que cimientan la especialidad en España", asegura Ignacio Quemada Ubis, especialista del Hospital Aita Menni. De momento se han iniciado con la publicación de dos, cuyos resultados los han presentado en la LXXI Reunión Anual de la sociedad científica en Sevilla.

La primera recoge los criterios de acreditación de centros sanitarios con unidades para el tratamiento del daño cerebral. Quemada Ubis es uno de los profesionales que están detrás. "Este proyecto viene de largo. No salió a la primera", explica. Iniciativa de la aseguradora UNESPA, la primera comisión técnica se celebró en 2004 con la intención de crear los primeros criterios de acreditación. Pero naufragó, tal y como explica Quemada. "El segundo intento fue en 2011 y 2012. Se utilizaron criterios de mínimos, es decir, con equilibrios territoriales, con calidad técnica, respetuosos con La Ley de Competencia… Finalmente, se publicó en 2016 con mínimas modificaciones y un sistema de acreditación que funciona desde 2017. Además cuenta con el aval de SENR y de FEDACE".

El experto detalla que son 15 los criterios que se recogen en el documento. "Entre otros, se tiene en cuenta el perfil del paciente, que debe haber sufrido un traumatismo cranoencefálico con ciertas características; una unidad física diferenciada de otras unidades el hospital con un mínimo de 10 camas; al menos 30 nuevos pacientes cada año; que el 90% de los pacientes presenten diganóstico etiológico característico de daño cerebral adquirido (ictus, secuelas de tumores cerebrales…); presencia de médico rehabilitador y neurólogo cubriendo entre ambos el 100% de la jornada laborar; u otro que tiene que ver con el modo de trabajo, que tiene que ser multidisciplinar".

En cuanto a los cambios introducidos por la UNESPA en 2016, tienen que ver con un régimen de funcionamiento aconsejable y no obligatorio. "El equipo terapéutico se reunirá semanalmente, la historia clínica del paciente incluirá planes individualizados de rehabilitación, en cada caso se elaborarán informes de evaluación inicial, de seguimiento y alta, existirán métodos de medición de resultados de la rehabilitación y deberá existir un plan de atención a las familias", comenta.

Entre todos los aspectos positivos, Quemada destaca que es el primer sistema de acreditación nacional de unidades de daño cerebral que concreta la etiología, momento de ingreso, duración de los tratamientos; capacidad mínima del servicio y espacios terapéuticos; experiencia mínima anual; entorno sanitario; composición de equipo y ratios; modelo de trabajo; atención a familias y medición de resultados. "Es un buen punto de partida y es un documento que puede ser asumido por la sociedad como un sistema de mínimos".

Por otro lado, los profesionales contarán desde este año con otra guía sobre los principios básicos de la neurorrehabilitación del paciente con daño cerebral. "Tenemos que empezar a crear un sustrato científico con una base sólida que nos permita defender lo que hacemos día a día. Por eso pensamos de forma consensuada en que las preguntas que debíamos responder eran preguntas que nos planteábamos en el día a día. ", justifica Enrique Noé Sebastián, del servicio de Neurología. Vithas Hospital Aguas Vivas.

En la metodología de elaboración se cuestionaron en primer lugar quién debe recibir rehabilitación. En este sentido, tal y como explica el profesional, se establece serán "todos aquellos pacientes que hubieran sufrido un ictus o TCE, que hayan alcanzado una mínima estabilidad clínica y se hayan controlado las posibles complicaciones que afectan al estado vital del paciente. La rehabilitación del paciente está indicada cuando se constate una pérdida de las capacidades físicas, cognitivas, sensoriales, emocionales, conductuales y/o funcionales, con repercusión en el grado de actividad y/o participación de la persona que sufre el DCA. La decisión acerca del potencial de recuperación ha de recaer en personas con experiencia contrastada en la rehabilitación de pacientes con DCA, empleando herramientas validadas, estandarizadas y adaptadas". Ese es el punto de partida, pero en la guía se dan respuesta a prácticamente todas las cuestiones que en algún momento el profesional deba contestar, como cuándo debe realizarse el tratamiento, su duración, o quién debe proporcionarlo.

Ambas guías podrán descargarse desde la web de la SEN.

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