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El futuro de la reproducción asistida pasa por el rejuvenecimiento ovárico y el rescate de ovocitos

Sobre ello ha versado una nueva edición del encuentro “LIFE by Merck”, que aborda de la mano de expertos en vida cuáles son los retos actuales que comprometen el éxito de los tratamientos de fertilidad y ofrecen una mirada hacia el futuro de la RA.

18/11/2019

El tiempo es un factor crítico a la hora de garantizar el éxito de los procesos de reproducción asistida (RA), tanto por su efecto en la salud reproductiva de la paciente como por su influencia en las decisiones que deben tomar los ginecólogos y embriólogos en diferentes momentos, por ejemplo ...

El tiempo es un factor crítico a la hora de garantizar el éxito de los procesos de reproducción asistida (RA), tanto por su efecto en la salud reproductiva de la paciente como por su influencia en las decisiones que deben tomar los ginecólogos y embriólogos en diferentes momentos, por ejemplo al seleccionar los ovocitos con mayor potencial para dar lugar a embriones viables tras la fecundación. Este es uno de los temas que se han puesto sobre la mesa en el transcurso del encuentro "LIFE by Merck", organizado por la compañía de ciencia y tecnología Merck para abordar el futuro de la RA, al que han asistido más de 70 especialistas de Madrid.

"La experiencia de Merck en fertilidad comenzó hace más de 100 años. Desde entonces hemos asistido y contribuido a una auténtica revolución en esta área, ofreciendo la primera preparación hormonal, el primer tratamiento recombinante y las tecnologías que estandarizan y mejoran la tasa de éxito de los procesos en el laboratorio, entre otros. Con los encuentros `LIFE by Merck´ queremos seguir liderando y transformando el futuro de la reproducción asistida", ha afirmado Montse Jansá, directora de la Unidad de Fertilidad de Merck.

Hace años que se ofrece a las mujeres la posibilidad de retrasar el reloj biológico mediante la vitrificación de sus óvulos para que puedan preservar su fertilidad, pero en España se ha dado un paso más y ya se trabaja en el rejuvenecimiento de los ovarios.

La técnica ASCOT consiste en realizar un trasplante ovárico de células madre derivadas de la médula ósea para regenerar el tejido ovárico. Parte de la premisa de que, incluso cuando los ovarios ya no funcionan correctamente, siguen existiendo algunos folículos residuales o durmientes y el objetivo es conseguir un entorno óptimo para que éstos puedan producir y hacer crecer óvulos competentes. La doctora Sonia Herraiz, investigadora principal de Fundación IVI-IIS La Fe, explica que "las células madre derivadas de la medula ósea son capaces de mejorar la vascularización ovárica, promover la proliferación de las células y reducir su tasa de apoptosis o muerte. Todos estos mecanismos permiten rescatar los folículos y promover su desarrollo".

El rejuvenecimiento ovárico, del que se pueden beneficiar especialmente las mujeres menores de 38 años con una baja respuesta a la estimulación ovárica o fallo ovárico prematuro y que descartan ser madres utilizando óvulos de una donante, ya ha demostrado su utilidad: aumenta el número de folículos puncionados, óvulos maduros y embriones y ya es responsable del nacimiento de tres bebés sanos en España.

A pesar de estos alentadores resultados, la doctora Herraiz aclara que actualmente se está desarrollando un segundo estudio en pacientes con fallo ovárico tanto en el Hospital Universitario La Fe como en IVI Madrid. "Se está valorando una opción menos invasiva. En uno de los brazos experimentales permitimos a las células madre llegar al ovario por sí solas, sin necesidad de infundirlas en arteria ovárica", explica.

Regalando tiempo a los ovocitos

Otra de las técnicas innovadoras presentadas durante el encuentro "LIFE by Merck" ha sido el rescate de ovocitos. En un tratamiento de fecundación in vitro (FiV), la variabilidad biológica puede llevar a que no todos los ovocitos que se obtienen tras la estimulación se encuentren en el mismo nivel de madurez cuando llega el momento de proceder a la punción ovárica. De hecho, en determinados subgrupos de pacientes es frecuente obtener un número de ovocitos maduros llamativamente inferior al esperado según algunos parámetros clínicos (como el diámetro folicular), algo que condiciona de manera importante el éxito del tratamiento.

"En un proceso de FiV tradicional los embriólogos seleccionamos los ovocitos maduros que se encuentran en un estadio conocido como metafase II (representan el 85 por ciento). Los ovocitos inmaduros, que pueden encontrarse en estadio de metafase I (4 por ciento) o de vesícula germinal (11 por ciento), generalmente son descartados", apunta la doctora María José Escribá, investigadora principal de IVIRMA Valencia y Fundación IVI-IIS La Fe.

Tal y como señala esta experta, el 70 por ciento de los ovocitos inmaduros lo son porque se han extraído del folículo antes de tiempo. Frente a esta realidad, la solución es darles tiempo después de la punción para que sigan madurando en el laboratorio. "La técnica GV-Rescue no interviene sobre el proceso de maduración en absoluto. Simplemente ofrece a los ovocitos tiempo para que, de forma espontánea, completen su maduración. El proceso de maduración espontánea es monitorizado en un sistema time-lapse para que podamos determinar el tiempo óptimo en el que realizar la fecundación, maximizando con ello su competencia reproductiva", aclara la doctora Escribá.

El resultado con estos ovocitos que maduran en el laboratorio es comparable al obtenido con sus "ovocitos hermanos", maduros ya desde el momento de la extracción, tanto desde el punto de vista morfocinético como clínico.

Aunque se están desarrollando nuevos estudios para valorar la ampliación del grupo de pacientes en las que aplicar esta técnica, actualmente el beneficio del rescate de ovocitos inmaduros se ha observado en el 26,4 por ciento de las pacientes de FiV sin indicación de test genético preimplantacional de aneuploidias (PGT-A), que demográficamente se caracterizan por ser mujeres jóvenes (edad promedio de 33,3 años) y tener buen pronóstico ovárico, determinado por lo niveles séricos de hormona antimulleriana (AMH) y un recuento de vesícula germinal mayor de 6. Esta técnica les ayuda a tener blastocistos (embriones en día 5 o 6 de cultivo) para trasferir o incrementar el número de éstos. De esta manera, se puede reducir el número de ciclos de estimulación. En dos años de aplicación clínica controlada, ya han nacido cinco bebés sanos y se han conseguido 16 embriones que aún permanecen criopreservados.

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