La mesa de debate, que se ha celebrado en el marco del Congreso Nacional de SEMERGEN, ha sido moderada por el Dr. Díaz Ruiz, jefe de Sección de Ordenación de Recursos Sanitarios y miembro de la Consejería de Sanidad de Cantabria, y el Dr. Saavedra Miján, director de Atención Sanitaria y Salud Pública del Área Sanitaria VIII del Principado de Asturias, que han expresado la necesidad de que el médico de Atención Primaria se implique en la bioética, puesto que es necesario conocer los protocoles adecuados para abordar cuestiones que suceden de forma cuotidiana, como podría ser, por ejemplo, en relación a la prescripción de un tratamiento.

En primer lugar, el Dr. Palacios Alonso, presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, ha resumido qué es la bioética y su desarrollo a lo largo de la historia. "La bioética no es una disciplina, sino un ámbito multidisciplinar que pretende buscar una harmonía entre las nuevas tecnologías, los pacientes y el respeto por el medio ambiente", explicaba, "debe ser un ámbito de propuestas y práctico y, en definitiva, se trata de un instrumento civil". Asimismo, ha expuesto que este escenario multidisciplinar requiere "un análisis informado, la deliberación y la valoración ética de las repercusiones de la ciencia y la tecnología sobre la vida humana y general, con el propósito de orientar a que sirvan de forma efectiva y suficiente a toda la humanidad, así como a ayudar a impedir su uso abusivo y contribuir en la resolución adecuada de los posibles conflictos científicos con las personas, la sociedad y la naturaleza".

En cuanto a los derechos fundamentales, ha aseverado que las personas tienen un derecho primordial a la vida y a la dignidad. Es en este sentido la bioética tiene un papel primordial, ya que debe convertir a la medicina en algo "seguro y éticamente aceptable", que los médicos deben comprometerse a respetar.

Por otro lado, el Dr. Gallego Riestra, miembro de la Comisión Asesora de Bioética del Principado de Asturias, ha incidido mayormente en las nuevas legislaciones del futuro, resaltando la importancia de un respaldo legal para el médico y el paciente. La ley asturiana indica que el paciente tiene el derecho a negarse al tratamiento, "aunque pueda suponer un desenlace fatal. Una persona puede rechazar un tratamiento o renunciar a él en cualquier momento, aunque suponga su muerte", ha indicado. En definitiva, "las personas tienen el derecho a la dignidad o el trato digno, por lo que deben respetarse sus valores y creencias". En esta línea, ha informado que actualmente las leyes penalizan el suicidio asistido y la eutanasia, pero, en cambio, "la negativa del paciente a un tratamiento no está indicado en el código penal, del mismo modo que tampoco lo está la limitación del esfuerzo terapéutico".

Finalmente, se ha mostrado el punto de vista del médico de familia, con la intervención del Dr. Martínez Cañedo, presidente del Comité de Ética del Área Sanitaria del Valle del Nalón en el ámbito de Atención Primaria y Atención Hospitalaria. "La bioética es aquella disciplina que nos coloca en los dilemas provocados por la práctica diaria y nos sirve para hacer las cosas mejor", ha expuesto. Acto seguido, ha defendido el papel vital del médico de salud en los temas éticos y su papel en el seguimiento del paciente puesto que "no hay nadie que tenga un conocimiento como el nuestro de los enfermos: desde el primer diagnóstico, a los conflictos familiares, patologías crónicas, cuidados paliativos... por estos motivos tenemos que ser muy cuidadosos y escuchar al paciente, ya que lo que él decida va a misa", ha concluido.