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Juan Carlos Izpisúa avanza los beneficios en la práctica clínica diaria de la creación de embriones sintéticos

El científico del Instituto Salk de Estudios Biológicos de La Jolla (California) pronunció la Conferencia Inaugural del Congreso de Neonatología y Medicina Perinatal que se celebra en Madrid del 2 al 4 de octubre.

03/10/2019

Juan Carlos Izpisúa es considerado a nivel internacional uno de los científicos más relevantes en el ámbito de la Biología del desarrollo y la Medicina regenerativa. Gran parte de sus investigaciones se centran en la regeneración natural de órganos y tejidos, y en la actualidad estudia la posibilidad de revertir ...

Juan Carlos Izpisúa es considerado a nivel internacional uno de los científicos más relevantes en el ámbito de la Biología del desarrollo y la Medicina regenerativa. Gran parte de sus investigaciones se centran en la regeneración natural de órganos y tejidos, y en la actualidad estudia la posibilidad de revertir el envejecimiento a través de un proceso de reprogramación celular. Además, investiga la creación de embriones artificiales y su utilidad en la práctica clínica diaria.

El Prof. Izpisúa ha sido el encargado de pronunciar la Conferencia Inaugural del XXVII Congreso de Neonatología y Medicina Perinatal y VII Congreso de Enfermería Neonatal, que se celebran del 2 al 4 de octubre en Madrid. El científico del Instituto Salk de Estudios Biológicos de La Jolla (California, EE. UU) ha ofrecido el discurso `Desarrollo embrionario, enfermedad y envejecimiento´, en el que ha comentado las principales líneas de investigación en las que está trabajando.

En el ámbito de las estrategias celulares, se ha mostrado optimista con respecto a la posibilidad de crear órganos humanos en el laboratorio, si bien la complicación se encuentra a la hora de usarlos para trasplante. Y ha dado la respuesta a modo de metáfora: "Es como si hiciéramos una llave exactamente igual a la original, pero la llave duplicada no abre la puerta. El proceso final de maduración de las células no lo hemos podido conseguir en el laboratorio. Estoy convencido de que en los próximos años alcanzaremos este objetivo".

Según ha dicho, en la actualidad prácticamente se puede obtener cualquier órgano de rata y ratón, pero "el huésped determina el tamaño del órgano", por lo que estos experimentos no tendrían éxito con órganos humanos. Se están haciendo las mismas pruebas con la vaca y el cerdo, pero sin resultados positivos hasta el momento: "Las células humanas se pueden educar y diferenciar dentro de un embrión de cerdo, pero el resultado no es el mismo que entre la rata y el ratón. El lenguaje que utilizan la célula humana y la célula porcina es distinto, y por ello no se entienden bien".

En este sentido, ha hablado del experimento en el que está trabajando en la actualidad, "un proyecto muy ambicioso y quizás de locos": "Hace aproximadamente cuatro años consideramos la posibilidad de generar embriones artificiales. En estos 25 años de Medicina regenerativa se ha intentado generar células a partir de embriones, y lo que pretendemos ahora es poder generar embriones a partir de células. Podemos modificar genéticamente las células a nuestra voluntad y cambiar genes para permitir este diálogo entre la célula porcina y la célula humana".

La esperanza en el trasplante

El Prof. Izpisúa se ha referido al xenotrasplante como "la gran esperanza para la escasez del trasplante de órganos". "Disponemos de una serie de tecnologías y avances, entre ellas células madre de cerdo en el laboratorio, que nos permiten generar células y embriones, donde podemos alterar el sistema inmune del organismo donante, en este caso, el cerdo. Ya somos capaces de imitar los primeros estadios de formación de un embrión en el laboratorio y, por lo tanto, modificar su composición genética. Yo soy muy optimista respecto a que en los próximos años la combinación de todas estas tecnologías puede dar lugar a que esa idea de xenotrasplante se pueda convertir poco a poco en realidad".

La generación de embriones sintéticos puede resultar útil en la práctica clínica diaria: "Podemos modelar posibles patologías hereditarias sin el uso de embriones humanos, simplemente con células procedentes de la madre o células adultas. Con técnicas genéticas de manipulación del genoma podríamos prevenir enfermedades cardiovasculares, neurológicas, oculares, etc.".

Alteraciones en el epigenoma

Como reflexión, Izpisúa Belmonte ha hablado de la esperanza en que estas tecnologías puedan ayudar a resolver muchas de las más de 10.000 mutaciones identificadas hasta ahora en el ser humano, que son causa de enfermedades y que suelen manifestarse en los primeros años de vida. En todo caso, ha recordado que son minoritarias: "En realidad, estas enfermedades suponen un 2-3 por ciento del total de patologías que afectan a las personas. Muchas del resto de enfermedades se deben a alteraciones en nuestro genoma que están mezcladas por el epigenoma. Estos cambios no se deben a la carga genética de nuestros padres, sino a nuestra interacción con el medioambiente: la dieta, el sedentarismo, el estrés, etc. Desde el primer momento, tras la fecundación, todas estas modificaciones que se van a producir en nuestro ADN van a alterar el funcionamiento de nuestro genoma".

Puente desde la investigación básica a la ciencia aplicada

En las conclusiones, Juan Carlos Izpisúa ha hablado de los requisitos necesarios para mejorar el puente que separa la investigación básica y la ciencia aplicada.

1. Faltan herramientas: "Todavía no tenemos instrumentos que permitan modificar el genoma y el epigenoma humano de manera eficiente. Tan solo se puede alterar ese proceso en unas cuantas células, pero por ahora es insuficiente para corregir la enfermedad".

2. Falta diálogo y colaboración: "Los médicos están muy ocupados salvando vidas todos los días, y yo estoy jugando con el ratón todo el tiempo, y desafortunadamente no hablamos. Se trata de analizar el problema para buscar las posibles soluciones. También son necesarias infraestructuras que ayuden a que ese proceso se acorte".

3. Faltan regulaciones: "No sabemos qué hacer con esta tecnología, porque no está escrito en ningún sitio. De alguna manera tenemos que explicar a nuestros representantes políticos lo que estamos haciendo en el laboratorio para que puedan establecer algunas regulaciones que nos permitan avanzar; de lo contrario, el camino será todavía muy largo".

4. Mensaje positivo: "Todo lo ocurrido en nuestro planeta desde hace 4,5 billones de años se rige por dos reglas: la mutación al azar y la selección natural de esas mutaciones. En 2019 no dependemos de Darwin, la especie humana puede dirigir nuestra propia evolución, porque somos capaces no solo de leer nuestro genoma, sino de reescribirlo a voluntad. Podemos usarlo de una manera positiva para la curación de enfermedades o para el retraso del envejecimiento, pero también lo podríamos utilizar de una forma negativa para crear desigualdades. Darwin también nos dijo que no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni tan siquiera la más inteligente, sino aquella que responde mejor a los cambios. Estamos en un momento crucial de la evolución de la especie humana gracias a la capacidad que tenemos de cambiar nuestro genoma y nuestro epigenoma, y es fundamental que nuestra sociedad lo sepa para que la evolución humana siga el curso apropiado".

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