De cara a obtener un futuro laboral prometedor muchos médicos hacen frente a oposiciones y bolsas de trabajo. Aquí es donde entra en juego un factor clave para el éxito: los créditos ECTS. Pero ¿conocemos realmente la trascendencia que tiene esta unidad de medida del estudio en la trayectoria profesional del profesional de la salud?

En primer lugar, es conveniente explicar que los créditos ECTS responden a una unidad de medida homologada a nivel europeo. Por medio de estos se calcula el número de horas que se ha dedicado al estudio, no a la asistencia a clase. Un crédito equivale entre 25 y 30 horas de formación. La principal ventaja de estos sobre los tradicionales es su adaptación al plan Bolonia, facilitando el reconocimiento de los mismos por todos los centros de formación actuales.

Los médicos, una vez que han finalizado su formación universitaria reglada se enfrentan a la especialización, o formación de posgrado. Dentro de esta podemos encontrar diferentes categorías como másters de medicina, expertos universitarios o cursos. A la hora de escoger entre ellos, debemos tener en cuenta el número de créditos que ofrece cada uno en base a las necesidades y aspiraciones de cada profesional.

La diferencia entre los másteres, expertos y cursos radica precisamente en la cantidad de créditos ECTS con la que cuenta cada uno de ellos, es decir, el número de horas que tiene que dedicar el alumno al estudio.

Los másteres son los que tienen una mayor cantidad de créditos, entre 60 y 120, seguida de los expertos, entre 20 y 40, y los cursos, con un número inferior a 40.

¿Para qué nos pueden servir los créditos ECTS?

Más allá del aprendizaje que obtiene el alumno con la formación, estos créditos tienen una proyección de cara al futuro laboral, ya que estos intervienen en el sistema de puntuación de OPEs, bolsas de trabajo y ayudas nacionales.

En el sector público de la salud se tienen en cuenta para la baremación final aspectos como: la experiencia profesional, la formación (donde se incluirían los posgrados) y la realización de otras actividades como la investigación. Estos tres se incluyen dentro del campo de "méritos", mediante el cual el alumno puede ver aumentada su puntuación exponencialmente, suponiendo la diferencia entre obtener un puesto de trabajo o quedar en reserva.

La formación de posgrado, ya sea másteres, expertos o cursos, supone, generalmente, un 20% de la puntuación total. Su peso en el resultado final es elevado, por lo que el médico debe concienciarse de su importancia a la hora de obtener un mejor resultado, sabiendo escoger el tipo de posgrado que más le convenga en base al número de créditos que este le ofrezca.

Además, estos créditos son acumulativos. Es decir, para las oposiciones se pueden presentar todos aquellos estudios de posgrado que se posean, adquiriendo un mejor resultado conforme mayor sea el número de créditos que se posea.

Ahora bien, estos títulos pueden ser oficiales o propios; y presenciales u online, pero ¿influye esto en el número de créditos o en su validez?

La respuesta es no. Los títulos propios y online pueden tener la misma validez y número de créditos ECTS que los oficiales y presenciales, bajo la condición indeclinable de que estén reconocidos y avalados por una Universidad o alguna administración educativa, en cumplimiento del Real Decreto 1393/2007 del 29 de octubre.

Por lo tanto, un médico que haya estudiado un máster presencial y oficial tiene las mismas oportunidades que otro que haya recibido su formación por medio de un máster propio, ya sea presencial u online, siempre que esté reconocido por una entidad educativa avalada.

Sin embargo, las condiciones y requisitos que intervienen en el sistema de puntuación varían de una Comunidad Autónoma a otra, al igual que el examen, por lo que resulta fundamental consultar las bases de la última convocatoria, para así conocer la cantidad máxima de puntos que se pueden obtener en base a la formación de posgrado con la que cuente el médico y el número de créditos ECTS acumulado.