A mitad del verano pasado, Raquel Yotti fue nombrada directora del Instituto de Salud Carlos III. Desde entonces, lleva unos meses intensos. Le pedimos que evalúe cómo fue 2018 para su institución. "De forma global, fue un año difícil para los investigadores, que son los principales actores de la investigación y del Instituto de Salud Carlos III", responde. Comenta que, poco antes del verano, los científicos de la casa manifestaron sus dificultades y lanzaron un SOS con el mensaje La ciencia se muere. "Era una forma de expresar su preocupación. Incluso, su desánimo", señala. Sostiene que, si fue un año difícil para los investigadores, fue un año difícil para el Instituto de Salud Carlos III en su conjunto.

¿Hay un antes y un después del cambio del Gobierno, en junio de 2018? "Nos gustaría pensar que así es. Por lo que he podido palpar en los investigadores, no sólo de la casa, sino del Sistema Nacional de Salud (SNS), de los investigadores que van más allá de los muros del Instituto de Salud Carlos III, ha habido ilusión y esperanza. Son elementos intangibles, pero que pueden servir de elemento modulador para mirar al futuro", dice. Destaca que es "la esperanza de poder conseguir revertir las restricciones presupuestarias y, algo que preocupa aún más a los investigadores, la burocratización, las dificultades administrativas que se han impuesto a todo el proceso de investigación".

En el ámbito de la gestión, el Instituto de Salud Carlos III está dando pequeños pasos. Se ha eliminado la fiscalización previa y se están buscando medios administrativos para agilizar la firma de contratos. Se está trabajando con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para elaborar un volumen mayor de medidas encaminadas en esa dirección.

Objetivos

Como directora, entre los objetivos de Yotti, desde el punto de vista de la gestión, está el de "avanzar en la flexibilización de los procedimientos". Desde el punto de vista científico, el de "continuar apoyando la investigación por áreas de enfermedad". Es decir, "en aquellas enfermedades más prevalentes o que afectan a poblaciones más vulnerables". Éstas son el cáncer, las enfermedades cardiovasculares ("la mayor causa de mortalidad"), las enfermedades raras, las enfermedades neurodegenerativas y la Salud mental. "Vamos a seguir apostando por ellas; pero un ámbito más novedoso es establecer líneas transversales que permitan coser, unir elementos y conocimientos que hay en cada uno de los grupos de las áreas más longitudinales, que además ayuden a eliminar las barreas que existen entre las áreas", anuncia. Hay áreas que están muy ligadas. Lo transversal es aquello que es común a varias disciplinas como, por ejemplo, un abordaje epidemiológico.

Le cuestionamos si la investigación ha sido estanca. "No diría estanca; si bien, faltan elementos que permitan la permeabilidad, la interrelación y la colaboración. Hasta ahora, se ha establecido muy bien dentro de las áreas temáticas, pero nuestro objetivo estratégico para 2019 es proporcionar a los investigadores canales para facilitar la permeabilización entre las áreas, en elementos que son comunes y que, sumando, pueden ser mucho más grandes", reflexiona.

Hay muchos elementos comunes. El Instituto de Salud Carlos III apostará por varios. Uno es la Salud digital. Matiza que estamos hablando de datos. "Estamos en la sociedad de los datos. Se llama Big Data, se llama de Salud digital, cuando tomamos datos y lo aplicamos a la Salud. Es el reto que tenemos ante nosotros en todos los ámbitos de la vida", manifiesta. "Cuando hablamos de ciencias de la vida, de la enfermedad y de la Salud; aquí tenemos un reto mayúsculo. El SNS, los hospitales, los centros de Atención Primaria están generando cada minuto infinidad de datos", subraya. El aumento es exponencial, en el volumen de datos que generan los propios ciudadanos, los propios pacientes. El reto es integrarlos, saberlos explotar cumpliendo con los requerimientos de protección de datos, del anonimato, y que esto revierta a la vez en la propia sociedad para poder predecir mejor las enfermedades, para poder avanzar en su tratamiento.

Se están empezando a coordinar esfuerzos en este sentido y se están articulando con buena acogida en Europa. Precisamente, otro de los ejes es la internacionalización. Yotti celebra que "España tiene buen prestigio en Europa porque los investigadores, a lo largo de los últimos años, en momentos de dificultades presupuestarias, han sabido proyectar su talento a Europa".

Otra petición que le hacemos es que cite algunas de las investigaciones que están llevando a cabo en su institución. Le cuesta mucho porque "son muchísimas". "El Instituto de Salud Carlos III coordina y financia la mayor parte de la investigación que se hace en todo el país, a través de múltiples estructuras de investigación", expresa. Algunas estables, que son los centros propios. Otras también estables, como son el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) y el Centros de Investigación Biomédica en Red (CIBER). "Sería destacar unos sobre otros y no sería justo", opina. Lo que recalca es que "los investigadores, en investigación biomédica, que es nuestro ámbito, lo están haciendo muy bien".

Con todo, "el futuro es brillante porque tenemos lo más importante, que son los investigadores". Yotti asevera que "la Ciencia tiene que girar en torno a los investigadores". Esto incluye todos los procesos administrativos, toda la financiación, todo el entramado más técnico. Alega que, igual que la Sanidad gira en torno al paciente, la Ciencia tiene que girar en torno al investigador. Concluye que "tenemos el centro", aunque "falta terminar de estructurar bien lo de alrededor". Termina: "Se ha perdido mucho, pero se está recuperando. Al menos se está recuperando la esperanza, la ilusión, la perspectiva. Ésta es la ola que tenemos que saber navegar".

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