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"Un entorno estable y visión estratégica a largo plazo son básicos para avanzar"

Uno de los ámbitos donde España ha dado pasos de gigante en los últimos años es en investigación clínica. Según Javier Urzay, de cada diez ensayos clínicos llevados a cabo en Europa, nuestro país participa en tres. Por eso considera fundamental aprovechar las oportunidades que abren elementos como la digitalización y el big data en la investigación y el desarrollo de nuevas opciones para los pacientes.

10/01/2019

En los últimos años ha habido una importante evolución en distintos ámbitos del sector sanitario, como la mejora de la situación económica tras la crisis, la suscripción y posterior renovación del Convenio por la Sostenibilidad con el Gobierno, la iniciativa de transparencia con la publicación de las colaboraciones con organizaciones ...

En los últimos años ha habido una importante evolución en distintos ámbitos del sector sanitario, como la mejora de la situación económica tras la crisis, la suscripción y posterior renovación del Convenio por la Sostenibilidad con el Gobierno, la iniciativa de transparencia con la publicación de las colaboraciones con organizaciones y profesionales sanitarios, la aparición de relevantes tratamientos disruptivos (terapias T-CAR, nuevos medicamentos contra la hepatitis C), la digitalización del sistema sanitario o las primeras experiencias de medición de resultados en salud. Así, al menos, lo cree Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, para quien lo más notable es el avance de España como potencia en materia de investigación clínica.

En este ámbito, considera que "actualmente el país disfruta de una posición muy buena en el entorno europeo, dando en los últimos años un gran paso hasta el punto de convertirnos en referencia internacional". Recuerda al respecto que España participa en tres de cada diez ensayos clínicos llevados a cabo en Europa, y apunta que "hemos de seguir trabajando para consolidarnos y albergar cada vez más investigación clínica de primera línea y captar más inversiones de compañías farmacéuticas multinacionales". En su opinión, en estos últimos años estamos sentando las bases de un nuevo modelo de medicina, "llamada de precisión, en el que España tiene la oportunidad de jugar un papel muy relevante de la mano de la investigación".

Interés para la inversión

Como tendencias que más interés están despertando en los inversores, Javier Urzay subraya que "todo lo que tiene que ver con las nuevas inmunoterapias, terapias celulares y terapias génicas marcará la pauta del futuro en este sector". En este sentido, piensa que estamos experimentando un cambio de paradigma hacia tratamientos cada vez más ajustados al perfil de cada paciente o de grupos muy específicos de pacientes, un ámbito en el que "será fundamental aprovechar las oportunidades que abren la digitalización y el uso del big data". Estas nuevas tecnologías permitirán acelerar la I+D, lo que se traducirá en "mayores opciones para los pacientes, en una mejor medición de resultados en salud de las prestaciones (incluidos los medicamentos) y en una mayor eficiencia para el sistema sanitario".

Precisamente la implantación de modelos de medición de resultados en salud es algo a lo que el portavoz de Farmaindustria reconoce haber dedicado mucho esfuerzo en los últimos tiempos. Asegura que medir los resultados en salud, que "ya es posible gracias a la creciente digitalización del sistema sanitario", implica "determinar qué novedades terapéuticas, tecnológicas o de gestión constituyen verdaderas mejoras en términos de efectividad y eficiencia". Para él esto no sólo es esencial de cara a asegurar los máximos estándares de calidad asistencial para los pacientes, sino también para garantizar el acceso a la innovación y la sostenibilidad del sistema sanitario a medio y largo plazo, "en un momento caracterizado por la evolución de los sistemas sanitarios hacia un modelo de atención a la cronicidad y, en lo que corresponde al medicamento, por la aparición de innovaciones terapéuticas disruptivas".

Sector de arrastre

Y es que está convencido de que lo que aporta el sector del medicamento a la economía es "mucho". Desde el punto de vista cuantitativo, lo cifra en 200.000 empleos, "de los que 40.500 son directos y de alta calidad"; 1.150 millones de inversión en I+D, "lo que hace a las compañías farmacéuticas líderes de la industria en este ámbito"; más de 15.000 millones en producción, y casi 11.000 millones en exportaciones. Desde el punto de vista cualitativo, "representamos un sector basado en la innovación y el empleo cualificado, líder en producción y exportación de alta tecnología; un sector de arrastre para la economía que representa el modelo pro- ductivo al que debe aspirar España para seguir siendo competitiva en el escenario internacional".

Sin embargo, este mercado aún encuentra trabas que dificultan su avance: "Todo lo que distorsione el marco de estabilidad económica y legislativa que necesita este sector sería, sin duda, un obstáculo". Explica que al ser un sector de ciclo largo (el proceso de investigación de un medicamento supera los 10 años y los 2.000 millones de inversión), debido a los grandes costes y la alta tasa de fracaso, "un entorno estable y visión estratégica a largo plazo son básicos para avanzar". Asimismo valora como fundamentales el diálogo con la Administración, ya que ser parte del sector sanitario "nos hace también responsables de encontrar soluciones de futuro para seguir avanzando y aprovechar las oportunidades que se presentan en nuestro ámbito", y un marco adecuado de protección de la pro- piedad industrial. Sobre esto último sostiene que "lo contrario iría en menoscabo de la capacidad de esta industria de seguir invirtiendo en I+D, un aspecto que es nuestra razón de ser".

Uno de los principales retos para los próximos años, y en el que están "plenamente comprometidos", es en seguir garantizando el acceso de los pacientes a las nuevas terapias, "incluso a aquellas más disruptivas". Para ello es esencial esa "visión estratégica a largo plazo compartida por todos los agentes que participamos en el ámbito de la salud: administraciones, gestores, profesionales sanitarios, pacientes e industria".

A pesar de ello, estima este experto que la industria farmacéutica es estratégica para cualquier país, y que su presencia hay que verla en términos de oportunidad. Añade, además, que aporta salud y calidad de vida a los pacientes y sus familias a través de la I+D de medicamentos; contribuye, con la creciente investigación en colaboración con hospitales y otros centros de investigación y con el apoyo a la formación continuada, a que los profesionales sanitarios estén a la vanguardia científica y clínica; está plena- mente comprometida con la calidad y sostenibilidad del sistema sanitario; produce riqueza en forma de inversiones; lidera la I+D industrial y las exportaciones de alta tecnología; genera empleo de alta calidad, estable, cualificado e igualitario... "Con todos estos elementos sobre la mesa, creo que la industria farmacéutica aporta un enorme valor añadido a la sociedad española", subraya.

Motor de investigación

Si bien para un sector como el de la industria farmacéutica, que necesita grandes inversiones en I+D, cuyo retorno se produce a largo plazo, los años de la crisis fueron "muy duros" en opinión de Javier Urzay en los últimos años "hemos logrado recuperar la senda de crecimiento, aunque sin alcanzar las cifras anteriores a la recesión". De hecho, en el último año el sector "ha batido su propio récord de inversiones en I+D biomédica tras cuatro años seguidos de aumento, con 1.147 millones de euros", cifra de la que casi la mitad (47%) corresponde a contratos con universidades y otros centros de investigación públicos y privados.

Todo ello facilita "una gran dinamización del tejido investigador en España", un ámbito en el que "resulta de gran importancia el trabajo realizado desde la Plataforma de Medicamentos Innovadores", la cual está liderada por la industria farmacéutica, que es responsable del desarrollo del Proyecto BEST de excelencia en la investigación clínica. En el plano económico se ha alcanzado "una producción superior a los 15.000 millones de euros anuales, y unas exportaciones de más de 10.000 millones, lo que supone más de una cuarta parte del conjunto de exportaciones de la alta tecnología".

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