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SEMERGEN demuestra su apuesta por la humanización vistiéndose de rosa

En un día como el 19 de octubre, que se celebra el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer de Mama, SEMERGEN ha hecho un guiño a todas las mujeres que han padecido esta enfermedad.

19/10/2018

Pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde cuando en el Auditorio Mallorca se ha producido uno de los momentos más emotivos del 40º Congreso Nacional SEMERGEN. En él, los asistentes a la mesa Humanización del paciente crónico han lucido una camiseta rosa en honor a las mujeres que ...

Pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde cuando en el Auditorio Mallorca se ha producido uno de los momentos más emotivos del 40º Congreso Nacional SEMERGEN. En él, los asistentes a la mesa Humanización del paciente crónico han lucido una camiseta rosa en honor a las mujeres que han padecido o padecen cáncer. Todo en un día, el 19, que se celebra el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer de Mama, que cada años padecen entre 26 y 27 mil pacientes en nuestro país.

De esta manera empezaba una mesa en la que el presidente nacional de SEMERGEN, José Luis Llisterri, decía en voz alta lo que lleva años diciéndose: "Nos encontramos ante una deshumanización de la medicina. Se ha perdido esa relación entre médico-paciente de antaño, cuando el médico estaba en todas las etapas".

Además del presidente de SEMERGEN, y con el objetivo de mostrar esa necesidad de colaboración entre todos los actores que asisten a los pacientes, en la mesa han participado Jesús Carlos Gómez, presidente de SEFAC; Angélica Miguélez, subdirectora de Cronicidad y Enfermedades Raras del Servicio de Salud de Illes Balears; Isabel Oliver, presidenta Associación de mujeres afectas de cáncer de mama en Mallorca; Daniel Gallego, presidente Federación Nacional de Asociaciones ALCER; Gregorio Molina, director técnico de la Fundación de la Dependencia de la Consejería de Servicios Sociales de les Illes Balears, e Ignasi Martín, presidente del Colegio Oficial de Trabajo Social de les Illes Balears.

Empezaba el turno de palabra, Ignasi Martín quien tenía claro que "todavía se puede trabajar mucho en el tema de la humanización", pero que "la máxima es siempre la persona, apostando por un tratamiento multidimensional". Por la parte de los pacientes, Isabel Oliver pedía "que se les escuche más" y Daniel Gallego recordaba que "no se pueden abordar las personas desde el punto de vista biomédico, sin tener en cuenta las condiciones sociales, nutricionales, conductuales, genéticas, del entorno y de creencias". Por ello, consideraba que todas las guías, programas y estrategias se hiciesen con empatía, personalización y tiempo suficiente. "De otra manera, fracasaramos". También recordó la importancia del lenguaje, "que tiene que ser cercano y amable, ya que puede cambiar cosas. Así, somos personas, no pacientes".

Desde la Administración, apostillaba Angélica Miguélez que la "humanización se tiene que trabajar desde las universidad". Pero, sobre todo, Miguélez consideraba "increíble tener que estar hablando de humanización" aún a día de hoy. Para ella, "si no somos capaces de transformar desde las personas, no seremos capaces de transformar la sanidad".

En línea similar se expresaba Gregorio Molina, quien aseguraba que "entre todos tenemos que ser capaces de cambiar la manera en la que miramos a las personas". Hay que ponerse en el lugar de las personas y "enfocarnos en lo que necesita. La atención tiene que estar entrada en esa persona, y no tanto en la organización y los procesos, que si bien tiene que ser lo más eficientes posible, no tienen que dejar de vista a la persona".

La visón del farmacéutico comunitario venía de la mano de Jesús Carlos Gómez. "Todos necesitamos humanizarnos", pregonaba, pero recordaba: "Fuera de nuestro país somos la envidia". "En España partimos de un punto con un nivel muy elevado".

Mucho se habló también de la importancia que tiene la presión asistencial sobre la humanización. "En 5 minutos se pueden hacer las cosas de una manera u otra, pero está claro que no es suficiente. Si queremos tratar humanamente, tenemos que relacionar más a las personas que atienden a los pacientes", declaraba Ignasi Martín. "La administración podría influir en la carga, pero hay que educar al paciente. ¿Cuántos pacientes tienen cita y no van?", recalcaba Isabel Oliver. Daniel Gallego se negaba a "creer que la excusa para no lograr la humanización fuese el tiempo. Hay que rediseñar todo. Empezaría dando formación en humanización, técnicas de transmisión de malas noticias a los profesionales y a cualquier persona que esté en contacto con personas con enfermedad crónica".

Y es que, como recordaba Angélica Miguélez, las cosas han cambiado mucho y, sin embargo, el sistema no lo ha hecho tanto: "Un médico no puede atender a 50-60 pacientes al día. Tenemos que empoderar a la ciudadanía, que usar la tecnología, que avanzar en innovar las estructuras de los centros de salud y las organizaciones". "AP necesita más herramientas de resolución y más presupuesto", afirmó Miguélez, quien añadió a posteriori: "Hay que seguir mirando a los ojos, también tiene que haber acceso a todas las pruebas diagnósticas por parte del médico de AP.

Se habló también de la importancia de la formación para este cambio; del cambio en la relación médico-paciente; de la necesidad de un abordaje integral con todos los agentes; del empoderamiento del paciente y de la necesidad de que expertos confíen entre ellos. En definitiva, "los planes de humanización hay que hacerlos de abajo arriba, no desde los despachos".

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