La violencia en pareja es un problema no exclusivamente social, sino cada vez más relacionado con la salud. Se calcula que el 35% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia en pareja, al tiempo que los trastornos mentales afectan al 25% de la población mundial. Los estudios más recientes presentados en este Congreso demuestran que las personas con trastornos mentales tienen más probabilidades de sufrir violencia en la pareja, y a la inversa, de ahí que la necesidad de que sean temas que se aborden en las consultas de psiquiatría.

Éstas son las conclusiones que ha alcanzado el estudio liderado por Juan Jesús López, profesor de la Universidad de Granada y Hospital Universitario Virgen de las Nieves, centrado en la epidemiología de los trastornos mentales y de la violencia en pareja en hombres y mujeres que viven en Andalucía. En total contó con 4507 participantes, y se han considerado aspectos como la historia psiquiátrica familiar, la autopercepción de la salud o el apoyo social. Los resultados demuestran cómo los tres grupos analizados presentan un perfil clínico similar: neuroticismo, historia psiquiátrica familiar e impulsividad. También se demuestra que hay una asociación entre la violencia en pareja y el suicidio, y que existe falta de apoyo social.

Todo ello, y dado que nos encontramos con un problema de salud relevante, indica la necesidad de valorar la violencia en pareja durante las consultas de psiquiatría. "La fuerte asociación entre trastornos mentales y violencia en la pareja y el hecho que compartan características clínicas y sociales tiene relevantes implicaciones para la organización de los servicios", advierte López.

_{FOTO: Rafael Torres, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile}

Del mismo modo, Rafael Torres, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, señala la prevalencia y las características asociadas a la violencia intrafamiliar sufrida entre pacientes de consultas de medicina interna y de psiquiatría en Santiago de Chile. "Debemos insistir en la importancia de preguntar por la violencia en pareja, esto es, que se evalúe rutinariamente en la consulta médica como parte de la rutina", añade, y concluye: "Es relevante también que formemos a los futuros profesionales en la detección de este problema que causa tanta morbilidad, que se incorpore en los currículums de las universidades".

Por último, Marta Torrens, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones de Barcelona presentó un estudio sobre la violencia en pareja sufrida por mujeres atendidas por trastornos por uso de sustancias en Barcelona. Las conclusiones de este trabajo en el que participaron 118 mujeres evidencia "una mayor probabilidad de experimentar violencia en pareja en las personas que tienen cualquier trastorno depresivo y las que han realizado algún intento de suicidio, han sufrido abusos en la infancia o conviven con pareja consumidora".

Todas ellas son temáticas que afectan a la población y que por tanto son necesarias que se consideren en la consulta psiquiátrica, puesto que presentan importantes ventajas en cuanto al diagnóstico y a la fase de prevención.