"El hecho de que estemos las dos sociedades aquí sentadas implica el tipo de trabajo que tenemos que realizar con la innovación terapéutica que llega a la especialidad de neumología". Así de claro se mostró el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Miguel Ángel Calleja, a la hora de hablar de las sinergias y del trabajo conjunto de ambas sociedades. "Habéis vivido hitos distintos y ahora estamos viviendo otro, la incorporación de los medicamentos biológicos", señaló, para, acto seguido, recalcar que "los grandes hitos tienen que incorporarse de manera razonable, consensuada y dialogada"

A continuación, por parte de la SEFH, la farmacéutica hospitalaria del Hospital Son Espases, Iciar Martínez, explicó los pasos que sigue su departamento para incorporar un nuevo medicamento al arsenal terapéutico, no obstante "en muchos foros, somos los farmacéuticos los guardias civiles que suelen poner barreras".

Destacó Iciar Martínez que el asma tiene una prevalencia de 300 millones de personas y supone entre el 1 y el 2% del gasto sanitario total, con una estancia media de 5,84 días y en 2005 supuso 26.983 altas hospitalarias. "Esto gastos son mayores según el grado de severidad y según el nivel del control del paciente".

El fármaco, clave

Según un estudio, los medicamentos son los responsables de que la esperanza de vida haya crecido en los últimos 20 años. "Además, los medicamentos innovadores suponen un 73% del aumento de esta esperanza de vida", por lo que la clave reside en saber si estos son eficaces y segures. "Y en este caso, los medicamentos biológicos han demostrado que reducen los corticoides orales, las visitas a los hospitales e, incluso, en ocasiones permiten la retirada de corticoides", señaló Martínez.

La experta también comentó que en España "tenemos una extraña situación, los informes de posicionamiento terapéutico (IPT), ya que ahora no nos tenemos que centrar en las fichas técnicas, sino en los IPT, que se tienen que hacer en tres meses previos a la financiación", destacó Iciar Martínez, quien a su vez añadió que "la mayoría terminan resolviendo criterios de eficiencia, que quiere decir conseguir el mismo resultado con el menor coste posible". Sin embargo, el problema que existe es que no hay comparaciones directas, sino indirectas.

Por todo esto, "nuestra perspectiva es hacer equipos de SEPAR y SEFH donde miremos y decidamos de manera consensuada y eficiente, para colaborar, también, en el seguimiento de los pacientes", señaló Iciar Martinez, quien puso como ejemplo el reciente creado Comité de Asma Grave en las Islas Baleares. "Nuestro objetivo es establecer en qué condiciones usar anticuerpos monoclonales para conseguir la máxima eficiencia e intentar personalizar el tratamiento para cada paciente en función de su fenotipo. También es clave el seguimiento".

También habló la experta sobre la importancia del automanejo de los pacientes. "La educación y el control medioambiental es clave, pero la clave está en el automanejo de los pacientes. Se ha demostrado que solo interviniendo en el automanejo, mejoraban los resultados".

En la misma mesa, y por parte de SEPAR, el doctor Luis Pérez de Llano explicó por qué es importante individualizar el tratamiento biológico en asma grave. "En los últimos años, el movimiento es hacia una personalización de medicina, que va más allá de la biología, teniendo también característica sociales de las personas. Todavía estamos a un paso de la medicina personalizada. Algunos autores hablan de un tratamiento más pragmático basado en objetivos terapéuticos para cada paciente".

De esta manera, para De Llano "no es verdad que todos los pacientes tengan los mismos objetivos terapéuticos". De hecho, en una encuesta resultó que más de la mitad de los pacientes no había tenido exacerbaciones en el último años. "El problema de los pacientes asmáticos graves no son las exacerbaciones, sino los síntomas", resaltó el experto, quien a continuación no pasó por alto la importancia de las comorbilidades en esta enfermedad respiratoria: "Las comorbilidades influyen porque pueden modificar la biología de la enfermedad e incorporar síntomas que nos engañen. La obesidad puede provocar disnea, se puede pensar que es por el asma, y así sobremedicar al paciente. A más número de comorbilidades, peor control de la enfermedad", concluyó.