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"El médico de familia puede y debe implicarse en la detección del maltrato"

Los médicos de familia, por su posición al frente de la atención sanitaria de la población, son los que más fácilmente pueden detectar comportamientos y actitudes que sean indicios de violencia de género, y en tal caso, de participar de forma activa en la remisión de esta lacra.

31/05/2018

Establecer una metodología clara y adquirir las habilidades que permitan afrontar desde la práctica clínica la detección de indicios de violencia de género ha sido uno de los objetivos principales de la mesa "Cómo detectar y abordar la violencia de género en los centros de salud: signos de alarma" que ...

Establecer una metodología clara y adquirir las habilidades que permitan afrontar desde la práctica clínica la detección de indicios de violencia de género ha sido uno de los objetivos principales de la mesa "Cómo detectar y abordar la violencia de género en los centros de salud: signos de alarma" que ha tenido lugar hoy durante el XXV Congreso de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) en Valencia.

Y es que, como ha señalado Lorenzo Armenteros, responsable del Salud de la Mujer de la SEMG, el médico de familia, desde su posición relevante en los servicios sanitarios, "puede y debe desempeñar un papel fundamental y muy activo para la detección, apoyo y recuperación de las mujeres que sufren violencia de género". En su opinión, su accesibilidad y confianza son cualidades que facilitan "la detección de determinadas actitudes, comportamientos y estados patológicos que pueden ser signos de alarma ante un caso de violencia machista".

Al respecto ha recordado que existen protocolos de detección y diagnóstico precoz que permiten al profesional del primer nivel reconocer indicadores de sospecha, tales como "sufrir o presenciar malos tratos en la infancia, lesiones físicas frecuentes, abuso de alcohol, drogas o psicofármacos, embarazos no deseados, abortos repetidos, trastornos sexuales e infecciones ginecológicas habituales".

Armenteros ha insistido también en la importancia de los síntomas psicológicos, como el insomnio, depresión, ansiedad, baja autoestima, agotamiento psíquico, irritabilidad, labilidad emocional, intentos de suicidio, ante los que "la implicación activa del médico de familia y el uso herramientas para su abordaje, nos permitirá actuar de forma precoz y prevenir sus graves consecuencias".

Evitar la cronificación
Por su parte, Marina Tourné, médico de Familia y subdirectora de Continuidad Asistencial en el Servicio Murciano de Salud, que también ha intervenido en la mesa, ha señalado que ante el sufrimiento y estrés crónico al que se ven sometidas estas mujeres, que a veces se diagnostican como trastornos depresivos, ansiosos y somatizaciones, "si medicalizamos los síntomas sin haber detectado la presencia de malos tratos, contribuimos a la opacidad de la violencia y a la cronificación del problema".

Para Tourné, los profesionales sanitarios tienen la responsabilidad de intervenir, ya que pueden ser "las únicas personas a las que la mujer pida ayuda, especialmente los que trabajan en Atención Primaria", cuyas consultas pueden ser un lugar idóneo para que la víctima sea escuchada y protegida, ya que ofrecen intimidad, confidencialidad y apoyo.

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