IM MÉDICO #22

im MÉDICO | 22 [ ANUARIO 2016-17 ] 107 A lcanzar elmáximonivel decalidadprofesional, ofreceruna formacióncontinuadade calidada los clínicos y fomentar la investigación. Estas son las tres premisas que rigen el trabajo de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP). “Buscamos que el clínico pueda tener acceso rápido a la información, sólida y técnica, yquepuedaaplicarlode lamejormaneraposible ”, comenta el doctor Julio Bobes , presidente de la SEP, quien especi ca que para ello “ realizamos una labor muy importante en cuanto a la elaboración de guías y orientaciones, facilitando algoritmos de aproximacióna losdistintos trastornos: trastornosmentalesgraves, pacientes con enfermedades esquizofrénicas, trastornos bipolares y trastornos mentales comunes” . Estos últimos, explica el doctor Bobes, son losmás prevalentes e incluyen los trastornos depresi- vos, la ansiedad y los trastornos psico siológicos –trastornos del sueño, de la alimentación y de la sexualidad–. Uno de los retos de la sociedad, que cuenta con 1.400 socios, es ampliar su base social hasta llegar a los 2.000 socios. “ Cada vez estamosmejorvalorados” , señala supresidente, quien tambiénes jefedel Serviciodel área de Psiquiatría del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En junio, la Revista de Psiquiatría y Salud Mental de la SEP pasó de tener un factor de impacto del 1,7 al 2,227, cosa que les permite situarse en una muy buena posición. “Desde el punto de vista de revista, de divulgación y de diseminación del conocimiento cientí co, estamos muy bien situados. A nivel de especialidad, nos encontramos entre las 10 sociedades más reconocidas a nivel internacional”. Vísteme despacio que tengo prisa Pero llegar hasta aquí noha sido tarea fácil.“ Durantemuchosaños no éramos muy cientí cos. No teníamos tratamientos e caces, nos dedicábamos más a supervisar y a cuidar a la persona para que no se hiciera daño ”, relata Julio Bobes. Las cosas cambiaron en la segunda mitad del siglo XX, sobre todo en la década de los 90, que fue declarada como la década del cerebro. Eso permitió atraermuchas inversiones en investigacióndeeste campo.“ Hasta ese momento se sabía muy poco del cerebro y las ayudas que se invirtieronen los 90 tuvieronun frutoespectacular ”. Los principales cambios vinieron de la mano de la industria farmacéutica –au- mentado el número de fármacos y las opciones terapéuticas–, pero sobre todo de la genética. “ Sabíamos que gran parte de las enfermedades mentales más graves tienen una carga hereditaria importante, pero desconocíamos estas alteraciones genéticas. Con el descubrimiento del genoma, todo esto cambió” , recuerda Julio Bobes, quien asegura que gracias a ello, y a grupos de jóvenes investigadores de ese momento que supieron incorporar sus prestaciones a la investigación, “ nos hemos convertido en una sociedad de clínicos claramente competitiva” . Y la cosa no se queda aquí, pues desde la SEP saben que para seguir entre los mejores hay que apostar por la formación conti- nuada y la recerti cación de los profesionales. “ Creemos que son las administraciones las que tendrían que facilitar y colaborar en la formación continuada a los profesionales. Pero como no es así, el papel que les tocaría al Ministerio y a las consejerías lo realizan las farmacéuticas” , destaca el presidente de la SEP, y añade: “El problema es que no hay armonía entre el empleador y los deberes de formar a sus trabajadores” . El año de la depresión Este año, el DíaMundial de la Salud, que se celebra cada 7de abril, estuvodedicado a la depresión. Como explica el presidente de la SEP, “fue una manera de intentar concienciar de la importancia de acudir al médico de familia ante algún trastorno depresivo, ya que en las enfermedades del ánimo el primero que los atiende y orienta es el médico de familia” . De hecho, Bobes recuerda que hay una parte, por nodecir lamayoría, de estos trastornos depresivos que no están diagnosticados debidamente. “Y diagnosticar rápido es muy importante, yaquecuántosmás episodiosha tenido lapersona sintratamiento,menos responderácuando ledemosel tratamiento”. Hoy en día, recalca el experto, los médicos de atención primaria estánmuybien formados y entrenados para esteprimermomen- to, “ pero algo tiene que empujar al paciente a dar ese primer paso”. Julio Bobes recuerda que, probablemente, esta sea una de las especialidades donde hay una mayor sensibilidad, “ por lo que es normal que esté relativamente politizada” . Un paciente que padezca una enfermedad mental grave tiene más posibilidades de padecer exclusión en la sociedad que uno que tenga dolor de riñón. La exclusión de estos enfermos graves genera estigma al propioenfermoy tambiéna los psiquiatras:“ Esto, a lavez, haceque tomemosmayorpartidoparaevitar estaestigmatizacióny, también generaunamayorrespuestapolítica,abundandomásenpsiquiatría que en otras especialidades” , concreta el presidente de la SEP. Preguntado sobre la cartera de servicios de tratamientos psi- coterapéuticos del SNS, Julio Bobes asegura “ que nunca hay su cientes” . Lo que recoge la cartera de servicios básicos, explica el presidente de la SEP, es una psicoterapia como procedimiento terapéutico para los enfermos de salud mental, e incluso para algunos pacientes que no tienen problemas de salud mental (alguien que tiene que ser operado, que está esperando cierto resultado, que le han dado unamala noticia, etc).“ Muchos profe- sionalescreenquenohayunsu cientedesarrollodelostratamientos psicoterapéuticos, pero los gestores optan por invertir en vacunas y procedimientos que evitan muertes en vez de apostar por más tratamientos de calidady psicoterapias para las enfermedades con tendencia a la encronización” , concluye el doctor Bobes. + “Con el descubrimiento del genoma, todo cambió” “Las administraciones tendrían que facilitar la formación continuada a los profesionales”

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=