El Hospital Universitario Doctor Peset ha incorporado a su cartera de servicios la Quimioterapia Intraperitoneal con Hipertermia (HIPEC), una terapia que se aplica junto a la cirugía de extirpación de tumores en cánceres avanzados que se han diseminado en la cavidad abdominal (lo que se conoce como carcinomatosis peritoneal).

Gracias a la combinación de cirugía y tratamiento en un mismo acto, se ofrece una alternativa a pacientes con cáncer de ovario, colo-recto, gastrointestinal o pseudomixoma peritoneal que antes se consideraban inoperables y que se daban por desahuciados debido a que los tumores se habían extendido, de manera difusa, por el peritoneo parietal y visceral abdominal.

"Ahora sabemos que el peritoneo (membrana que recubre los órganos del abdomen y pared abdominal) es como un órgano en sí mismo que podemos extirpar quirúrgicamente junto a las metástasis y, para asegurarnos de que se elimina toda la diseminación del tumor, podemos perfundir quimioterapia asociada a hipertermia (42º-43º) en la cavidad abdominal durante la cirugía. De esta forma, las células tumorales que hayan podido quedar son atacadas y eliminadas por la quimioterapia", explica el doctor Ernesto Armañanzas, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Doctor Peset.

Esta combinación de técnicas se aplicó por primera vez en este hospital público valenciano la semana pasada a una mujer de 51 años con una recidiva peritoneal de cáncer de ovario que se había extendido por el abdomen. La paciente ha evolucionado favorablemente tras la intervención y ya se encuentra en su domicilio. El Hospital Universitario Doctor Peset tiene previsto aplicar esta terapia a unos 25 pacientes al año con carcinomatosis peritoneal.

En estos casos, el equipo quirúrgico realiza, en primer lugar, una citorreducción abdominal, que consiste en efectuar una exploración quirúrgica de toda la cavidad abdominal en la que se extirpan todos los focos visibles, el peritoneo afectado y los órganos comprometidos, para conseguir una citorreducción completa o dejar la mínima cantidad de tumor. A continuación se aplica la quimioterapia intraperitoneal con citostáticos en una infusión prolongada que puede durar aproximadamente entre 30-90 minutos, procurando el contacto de los fármacos con toda la superficie peritoneal parietal y visceral de las zonas afectadas por el tumor. Para ello, una bomba de perfusión envía la solución quimioterápica al interior del abdomen a través de un catéter y la extrae por drenajes aspirativos colocados en la cavidad abdominal.

"Además, esto se hace en condiciones de hipertermia, aumentando la temperatura local a 42-43ºC para potenciar los efectos de los citostáticos. Combinando la cirugía y la quimioterapia nos aseguramos de que toda la extensión del cáncer se ha eliminado por completo, incluso a nivel celular, lo que a simple vista no podemos ver. Con ello podemos conseguir supervivencias superiores a cinco años, incluso con integración en el mundo laboral, en pacientes que en meses se morían y a los que sólo podíamos ofrecer cuidados paliativos. Y no sólo se logran años de vida, sino que se aporta vida y calidad a esos años", asegura el doctor Armañanzas.

La quimioterapia intraperitoneal se realiza bajo condiciones de seguridad para todo el personal que está presente en quirófano y siempre en base a una gestión de riesgos que controla el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales. El abdomen del paciente está cubierto en todo momento por un dispositivo de plástico que garantiza la estanqueidad de toda la superficie abdominal.