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Las urgencias hospitalarias suplen a la Atención Primaria como base de la asistencia sanitaria

Continúa generando inquietud la encuesta sobre la situación de los médicos de Atención Primaria, realizada por la Organización Médica Colegial (OMC), evidenciando el divorcio existente entre los escalones asistenciales y la pérdida manifiesta de calidad en la atención a los pacientes.

10/06/2016

Esta semana se ha conocido la encuesta sobre la situación del médico de Atención Primaria (AP) tras consultar a 4.500 profesionales. Como primera conclusión salta a la vista el exceso de consultas que padecen estos profesionales. Si la recomendación de la OMC es no superar las 30 consultas diarias, más ...

Esta semana se ha conocido la encuesta sobre la situación del médico de Atención Primaria (AP) tras consultar a 4.500 profesionales. Como primera conclusión salta a la vista el exceso de consultas que padecen estos profesionales. Si la recomendación de la OMC es no superar las 30 consultas diarias, más del 40% de los facultativos preguntados contestaron superar ese número con creces, llegando a las 50 consultas diarias en el 11% de los casos. Retratando una sobrecarga especialmente negativa en comunidades autónomas como Andalucía, Murcia o Castilla La Mancha. Razón por la que la Organización Médica Colegial solicita una dotación presupuestaria extraordinaria de 50 millones de euros que permita contratar 1.000 médicos más, con objeto de reforzar los centros de salud con más presión asistencial.

Diferentes expertos coincidieron este viernes, 10 de junio, al afirmar que este mal funcionamiento de la Primaria se debe a una mala planificación que se traduce en que en el 52% de las peticiones de cita exista una demora de un día, que a veces puede llegar a dos. Un problema derivado de repartir los médicos por criterio de población y no de demanda de actividad. Coincidiendo también un infradotación presupuestaria, ya que las CCAA donde hay más demoras o saturaciones de consultas es en aquellas con menos recursos dedicados a AP.

Uno de los expertos que se han pronunciado al respecto este viernes ha sido Antonio Burgueño, ex director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid. Desde una larga experiencia que empezó en 1965 como médico de un pueblo de la provincia de Toledo, a lo largo de 8 años en los que la atención era integral, incluyendo la asistencia a partos, Burgueño también pasó muchos años como especialista de Primaria y de Hospitalaria, hasta que le llegaron las responsabilidades políticas en Sanidad. Pero fue especialmente durante sus 6 años como director general de hospitales cuando observó la preponderancia de este nivel asistencial sobre la AP.

Según el experto, el modelo de AP es un sistema fallido que no acertó al imitar el modelo inglés, donde el General Practitioner (GP), o médico que trata procesos patológicos agudos y enfermedades crónicas, además de trabajar por la Prevención y la Educación Sanitaria de los pacientes, siendo la base real del sistema y salvaguardando una sanidad como la británica, bastante deteriorada. Un dato diferencial que también se explica porque estos médicos reciben unos salarios anuales de 100.000 euros como media. Por el contrario, estimó Burgueño, la AP en España es un porción desgajada de la Sanidad, que se planifica deficientemente desde arriba y sin atender a la demanda real de la población. Un modelo que arrancó en 1976 y luego fue establecido por el PSOE cuando empezó a gobernar en los años 1982 y 1984.

Décadas después, la AP no cumple las funciones para las que fue creada, siendo la expresión de que en España se paga por la sanidad de cada paciente y año 1.200 euros, frente a los 1.700 que se pagan en Reino Unido. De ahí que para Burgueño los españoles que están preocupados por la Sanidad, un 10% de la población española, lo están porque están ingresados o lo van a estar próximamente. En un país en el que las listas de espera intentan frenar dicha demanda, las urgencias sirven para diagnosticar con agilidad, ya que el cauce ordinario puede llevar a esperas de 2 meses para una ecografía ó 40 días para un TAC, de forma que una posible migraña pueda enmascarar, por ejemplo, un tumor cerebral.

Por todo ello, y aunque debería ser el médico de cabecera el que realiza la criba en la determinación de la gravedad de las enfermedades, esta función está siendo realizada por las urgencias en 87% de las situaciones, haciendo que un mal uso de los recursos pueda, sin embargo, salvar vidas. En palabras de Burgueño, los médicos de AP son limitados a ver pasar los pacientes, con los que no se comunican ni por teléfono ni por e-mail, limitándose a recetarles  sus tratamientos de continuidad y tratarles alguna posible co-infección, por ejemplo. Con esto, el veterano médico y político sanitario vino a rechazar que realmente se considere al médico de AP como el facultativo clave en el tratamiento de los pacientes crónicos, ya que estos están en poder de los especialistas, que son los que les prescriben sus medicaciones de uso hospitalario.

Otro problema que señaló Burgueño fue que en España existan 250.000 médicos cuando bastaría con 75.000. Dado que al Estado le interesa tener a una legión de residentes de Medicina matándose por trabajar y miserablemente pagados. Un sistema que forma excelentemente a nuestros especialistas a lo largo de 5 ó 6 años, pero preparándoles para el paro o la emigración en muchos casos.

PIE DE FOTO: Antonio Burgueño, ex director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid

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