Esta mañana, el presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Máximo González Jurado, se ha reunido con los medios de comunicación para repasar temas que su colectivo profesional considera imprescindible debatir en un contexto político tan ambiguo como el que atraviesa el país. Estos temas capitales son la capacidad directiva y gestora de los enfermeros; el diagnóstico enfermero, enunciado por las autoridades europeas; la prescripción enfermera, actualmente bloqueada judicialmente en España; y las necesarias medidas que se deben adoptar en España para garantizar la sostenibilidad del Sistema Sanitario.

En materia de gestión sanitaria, al frente de hospitales y centros de salud, el presidente del CGE estimó que se debe cambiar el modelo actual del profesional de la gestión, basado en el mero control y la disminución del gasto y el incremento de la productividad y la actividad asistencial; dentro de estructuras propicias a las luchas intestinas para determinar quien manda, en coexistencia con un pernicioso sistema de incentivos. Por ello, González Jurado valoró positivamente el proyecto de ley para la gestión de entidades sanitarias que está llevando a cabo la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Un texto actualmente en periodo de audiencia, en el que se pone el acento en un modelo integral de atención centrado en la excelencia y la transparencia para optimizar el tiempo disponible de los profesionales y la adecuación de recursos y costes; vigilando para evitar la frustración de los profesionales, reduciendo drásticamente los reingresos en los 15 días posteriores a las altas hospitalarias; incrementando la calidad percibida y favoreciendo la eficiencia, eficacia y efectividad en todo el circuito asistencial. En esa línea, el presidente de los enfermeros españoles alabó por un lado la orientación que está siguiendo la Comunidad de Madrid y, por otro, lamentó la forma en que se está desarrollando la gestión sanitaria en Castilla y León, por citar sólo un ejemplo de las CCAA estudiadas por el CGE. Así mismo, González Jurado encontró muy positivo que en Andalucía haya enfermeros que dirijan unidades de gestión clínica con toda normalidad y sin ningún tipo de cortapisa por su formación de base.

Del diagnóstico enfermero, el presidente del CGE dijo que es un postulado recogido en la Directiva Europea de Cualificaciones Profesionales 2013/55/UE, cuyo plazo de transposición expiró el pasado mes de enero. De haber adaptado esta norma al ordenamiento jurídico español, la polémica sobre la prescripción enfermera habría carecido de sentido, siendo innecesarios los subsecuentes recursos judiciales interpuestos ante el Tribunal Supremo por numerosas Comunidades Autónomas y otras instituciones. Procedimientos que han quedado en suspenso porque toda la causa sobre el Real Decreto 954/2015 que regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros ha pasado de forma conjunta al Tribunal Constitucional. Dado que este ente judicial no suele resolver hasta pasados varios años, González Jurado anunció que el CGE denunciará al Reino de España por no haber transpuesto la referida directiva comunitaria dentro de los plazos legales.

Sea como sea el devenir de los procesos judiciales abiertos y por abrir, el presidente de los enfermeros estimó que la ágria polémica sobre la prescripción-indicación enfermera quedará zanjada cuando se reconozca el derecho del personal enfermero a diagnosticar y prescribir, dentro de sus competencias, y sin invadir esferas propias de los médicos. En centenares de situaciones como el tratamiento del dolor, los cuidados de pacientes encamados, etc.

En cuanto a las medidas necesarias para salvaguardar la sanidad común, González Jurado estimó necesario fortalecer el sistema sanitario unitario y no como una suma de subsistemas sanitarios regionales; mediante el diseño de medidas coercitivas que obliguen, por ejemplo, a utilizar la misma central de compras de medicamentos, en la que el Estado negocia los precios generales y las CCAA compran aquello que necesitan. A eso añadió la necesidad de aplicar la ética y la humanización a todos los actos asistenciales. Una humanización que a veces falla, como en el caso del fallecimiento de su propio padre, hace apenas un mes, tras sufrir una neumonía nosocomial y no recibir diligentemente el acta hospitalaria que a sus 94 años posiblemente le habría alejado del foco infeccioso.

PIE DE FOTO:   Responsables del CGE: Pilar Fernández (vicepresidenta primera), Máximo González Jurado (presidente) y Florentino Pérez (vicepresidente segundo)