La innovación está ocurriendo en todos los sectores de nuestra sociedad, pero en formas diferentes y con distinta velocidad en cada sector. En Fujitsu World Tour 2016, dentro del Digital Enterprise Show, celebrado este miércoles en Madrid, se analizaron y vieron las distintas peculiaridades de la innovación con visionarios de diferentes sectores. Uno fue el de la medicina y la Salud. Kunio Suzuki, de Fujitsu, moderó la sesión.

German Seara, Knowledge Advisor de la Unidad de Innovación del Hospital Clínico San Carlos, hizo un planteamiento desde “la humildad de una unidad de innovación” y de cómo ésta intenta llevar a la práctica la digitalización. “Lo que hacemos es tratar de captar y ayudar a contestar preguntas no resueltas. Son preguntas que tendremos que resolver con datos. Tratamos que esas preguntas se dirijan al mismo conjunto de datos”, declaró. Las preguntas van de servicios que prestan en el hospital. Les preguntan sobre los resultados en Salud. “De resultados en Salud, es de lo que menos sabemos”, lamentó. Hay claves que permiten explicar esto. En España, hay más de medio millón de prestadores de servicios (entre médicos y enfermeros). Al final, cada uno de estos generadores de servicios es capaz de saber qué pasa en cada proceso, pero se desconoce lo que le pasa al paciente de forma global. “Los datos sanitarios están en la historia clínica. Muchos de las historias electrónicas lo que han hecho es copiar las que se hacían en papel”, criticó. “Tratamos de ver los determinantes sociales, que son datos heterogéneos. Muchos datos no estarán en la historia clínica sino en el móvil, y nos los llevarán los pacientes”, predijo.

Albert Barberá, director general de Biocat, se puso como objetivo dar una visión de la situación general, de las tendencias y de los retos a los que nos enfrentamos. Consideró que hay cuatro actores muy importantes: “La academia, como generadora de conocimiento; la empresa, como receptora en parte de esta tecnología o conocimiento que se genera desde el sistema público; los emprendedores, personas que muchas veces salen del mundo académico con ganas de transformar ese conocimiento en algo que dé valor, y los inversores. El papel de los inversores es muy importante y forman parte de este sistema”, aseveró.

A su juicio, las fronteras entre los sectores tradicionales cada vez son menos claras y la colaboración entre ellas son cada vez más necesarias. Una tendencia esencial es la colaboración entre todos los actores del sistema como palanca de cambio. “Todos tenemos que arriesgar. Si queremos aportar valor, que los sistemas de Salud sean sostenibles; es necesario un riesgo compartido”, aseguró. Para afrontar estos retos, “tiene que haber un esfuerzo por parte de las instituciones”. Una “segunda línea estratégica es la formación y el acompañamiento del emprendedor, para que sea capaz de crear valor”, según concluyó.

Alfonso Valencia, director de Structural Biology & Biocomputing Programme del Centro Nacional de Investigación Oncológica (CNIO), denunció que no tenemos sensores para medir qué nos está pasando a nosotros como individuos. “Tenemos muchos menos segmentos para seguir nuestro propio estado de salud que para seguir otras cosas. Esto es una paradoja. Esto está cambiando. Tenemos la primera generación de modelos primitivos que miden nuestra actividad física, lo que dormimos,… En un par de años, tendremos sensores que nos digan la composición de las bacterias en nuestro estómago y que nos digan qué nos va a sentar bien o mal. Ante esto, vemos una revolución en la forma de tomar datos y de generar datos. Queremos mirar la visión dinámica de nuestro genoma. Así, podríamos coger los tumores a tiempo”, reflexionó.

No es una tarea fácil, “porque hablamos de datos, de historias clínicas, que contienen una información muy valiosa pero muy compleja y sin estructurar. El reto es dar punta a esta información. La biología está evolucionando todavía. Esto es el objetivo de la medicina personalizada, de precisión. Se requiere computación de altas prestaciones”, destacó. Recordó que los pacientes cada vez quieren estar más informados de su enfermedad. “Es un panorama fascinante en el que vamos a tener acceso a una cantidad de datos que es inimaginable ahora mismo”, terminó.

Otro sector que se trató fue el del mundo de la ciencia de datos. Francisco Herrera, catedrático de la Universidad de Granada, acentuó que los datos son el centro de la sociedad y economía del conocimiento. “Cuando hablamos de la tecnología Big Data solemos referirnos a la calidad de los datos. Las decisiones de calidad deben estar basadas en datos de calidad. Es muy importante el procesar los datos y que éstos sean de calidad”, insistió. La inteligencia artificial forma parte del corazón de la investigación de datos. Fernando Martín, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y director de ERC Advanced Grant ECHEM, expuso que, en ciencia de datos y supercomputación en investigación básica, se utilizan estos recursos para hacer física y química en un superordenador.

Su laboratorio es básicamente un superordenador donde trabajan en escalas de nanómetros y de ato-segundos. “Hacemos investigaciones como la migración de carga en el aminoácido fenilalanina. Nosotros podemos estudiar estos procesos y, sabiendo donde está la carga en un momento dado, uno se puede plantear cosas como el comportamiento químico de las sustancias. Abre las puertas a modificar el comportamiento biológico de estas sustancias”, participó. Gracias a la supercomputación, se puede hacer ciencia básica que traslade los avances a la población en un tiempo más corto.