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El primer Consenso Español sobre Riesgos y Detección de Hiperprolactinemia por antipsicóticos

La hiperprolactinemia puede provocar disfunción sexual en pacientes psiquiátricos tratados con algunos antipsicóticos.

06/04/2016

Entre el 30 y el 70% de los pacientes que toma tratamientos antipsicóticos durante un largo período de tiempo padece hiperprolactinemia, un trastorno que consiste en un aumento anormal de los niveles en sangre de prolactina (la hormona encargada de la producción de leche durante la lactancia). Cuando esto sucede, ...

Entre el 30 y el 70% de los pacientes que toma tratamientos antipsicóticos durante un largo período de tiempo padece hiperprolactinemia, un trastorno que consiste en un aumento anormal de los niveles en sangre de prolactina (la hormona encargada de la producción de leche durante la lactancia). Cuando esto sucede, los pacientes psiquiátricos, tanto hombres como mujeres, pueden padecer repercusiones clínicas importantes a corto y largo plazo, que abarcan desde problemas sexuales (disfunción eréctil, amenorrea, infertilidad…) hasta osteoporosis, problemas cardiovasculares, o incluso mayor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.  

Además, el 36% de los hombres y el 20% de las mujeres tienen riesgo de abandonar el tratamiento antipsicótico debido a disfunción sexual, una de las posibles consecuencias de padecer hiperprolactinemia, con lo que esta decisión podría conllevar para su salud mental.

Con el objetivo de conseguir un correcto manejo de este trastorno, expertos en Psiquiatría, Endocrinología, Medicina Interna, Reumatología y Oncología han presentado el primer Consenso Español sobre Riesgos y Detección de Hiperprolactinemia por antipsicóticos, un documento que describe por primera vez las recomendaciones clínicas para el abordaje de esta dolencia. El documento ha sido auspiciado por la Asociación Española de Sexualidad y Salud Mental (AESexSAME), con el patrocinio científico de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) y el apoyo de la alianza Otsuka-Lundbeck.

Como explica el Dr. Ángel Luis Montejo, profesor titular de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca y coordinador del consenso: “Hasta hace poco, una parte de los psiquiatras pensaba que la hiperprolactinemia no era importante, ya que consideraban que el único problema que causaba era la amenorrea, a la que tampoco se otorgaba demasiada importancia. Sin embargo, con el tiempo se han ido acumulando evidencias de que puede provocar también hipogonadismo, infertilidad, disfunciones sexuales, así como consecuencias a largo plazo, como el aumento del riesgo cardiovascular y de la osteoporosis”.

Y sin duda como confirma el Dr. Montejo: “El efecto de los niveles altos de prolactina hace que muchos pacientes interrumpan el tratamiento, especialmente los varones jóvenes en quienes la hiperprolactinemia provoca disfunción sexual”. El doctor considera que “a este síntoma se le ha prestado poquísima atención”, a pesar de que el 56% de los pacientes psicóticos considera importante su vida sexual.

Por ello, el consenso recomienda a los psiquiatras realizar una historia clínica del paciente que incluya siempre su vida sexual y satisfacción emocional. “No nos olvidemos en la práctica clínica de preguntar de manera activa sobre síntomas que puedan estar relacionados con la elevación de prolactina”, recuerda la Dra. Mª Teresa Mories, endocrinóloga del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Salamanca. “No debemos centrarnos solo en lo que los pacientes nos cuentan espontáneamente, sino preguntarles, por ejemplo, sobre su función sexual”.

Otra de las principales recomendaciones que recoge el consenso es que los psiquiatras comiencen a medir de manera rutinaria los niveles de prolactina en todos los pacientes que toman antipsicóticos, antes incluso del comienzo del tratamiento. En caso de que existan niveles de prolactina elevados (superiores a 50 ng/ml) o con repercusión clínica, el documento de consenso recomienda una intervención en el tratamiento personalizada para cada paciente, que puede consistir en una disminución de la dosis, cambio de la terapia, o adición de fármacos con demostrada capacidad para disminuir los niveles de esta hormona, como el aripiprazol, “que por sí mismo no produce hiperprolactinemia ni se asocia a disfunción sexual”, afirma el Dr. Montejo.

Por otro lado, los expertos recogen también la necesidad de informar a los pacientes acerca de los posibles síntomas a los que se pueden enfrentar, de forma que puedan identificarlos cuando se produzcan, advertir a su médico, y tomar junto con el profesional sanitario las medidas oportunas. El documento de consenso recomienda además considerar los factores de riesgo en los antecedentes personales y familiares del paciente. La hiperprolactinemia puede también provocar a largo plazo osteoporosis, debido a que determinados antipsicóticos pueden causar una disminución de los estrógenos en el organismo

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