Atendiendo a las ya tradicionales quejas de la Organización Médica Colegial (OMC) sobre los bajos índices salariales de los médicos españoles, y siguiendo los trabajos del profesor José Jesús Martín Martín, profesor de la Universidad de Granada, acercarse a las retribuciones de los facultativos del Sistema Nacional de Salud (SNS) es constatar una situación de cierto menoscabo para los profesionales nacionales de la Medicina en comparación con sus colegas de los otros países de nuestro entorno. Efectivamente, existen variaciones importantes entre el nivel retributivo de los médicos del resto de Europa y el de los españoles, que suelen situarse en la banda baja. No obstante, en Europa dichas variaciones retributivas dependen en buena medida de la condición de asalariado o autónomo que tenga el médico. Como norma general puede decirse que estos últimos son los que disfrutan de rentas más elevadas. El ratio de los salarios de los médicos generales españoles sobre el salario medio de todos los trabajadores fue en 2011 de 2,0 frente al 2,1 de Francia; el 3,4 de Reino Unido; el 1,8 de Finlandia; y el 2,7 de Dinamarca, por ejemplo. Mientras que para los médicos especialistas el ratio en España fue del 2,3, igual al de Reino Unido, frente al 3,6 de Francia; y el 2,6 de Finlandia y Dinamarca, según datos de la OECD de 2013.

Como ha recordado el profesor Martín Martín en diversas ocasiones, la regulación de las profesiones sanitarias en España arrancó a mediados del siglo XIX, según el Reglamento para las Subdelegaciones de Sanidad Interior del Reino de 1848, en el que Medicina, Farmacia y Veterinaria entraban dentro de un mismo "saco" de la Sanidad. Hubo que esperar a 1942, y su Ley del Seguro Obligatorio de Enfermedad para conocer el carácter funcionarial del personal médico que, posteriormente se denominó estatutario. Finalmente, este tipo de personal quedó fijado en sus aspectos profesionales con el establecimiento de la Seguridad Social en los años 70 del pasado siglo XX.

Ya dentro del sistema autonómico, con las transferencias de la Sanidad transferidas desde el Insalud, el sistema retributivo de los Servicios Regionales de Salud del SNS ha alumbrado una estructura retributiva del personal estatutario y su jornada de trabajo notablemente compleja y heterogénea. Esta diversidad, dentro de una acusada complejidad, se debe a tres motivos fundamentales, uno intrínseco a las transacciones sanitarias, otro de naturaleza histórica e institucional y el tercero consecuencia del profundo impacto que la crisis económica ha tenido en el sector sanitario. El primero deriva de la complejidad de las organizaciones sanitarias y del proceso de decisión clínica caracterizado por la incertidumbre. El segundo descansa en el dilatado proceso histórico de transferencia de las competencias sanitarias a las CCAA, sujeto más a las contingencias políticas del momento que a un interés estratégico por desarrollar una arquitectura institucional que articule de forma estable el principio de autonomía con el de equidad territorial. El resultado es un sistema sanitario con insuficiente coordinación e integración que tiene uno de sus reflejos más nítidos en la heterogeneidad de las condiciones laborales y retributivas de sus profesionales.

Según el profesor Martín Martín, no ha habido una política de coordinación suficiente y efectiva a nivel de Estado en la armonización del Sistema Nacional de Salud. Así mismo, las retribuciones del SNS se han visto afectadas por la crisis económica iniciada en el año 2008, que impuso una estrategia agresiva de consolidación fiscal y austeridad en los servicios públicos sustanciada en varias medidas legislativas que han reducido las retribuciones de los empleados públicos del sistema sanitario, e introducido modificaciones significativas de sus condiciones de trabajo. Entre esas medidas sobresalió el Real Decreto Ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones. Viéndose también afectadas las retribuciones por el Real Decreto-ley 8/2010, que supuso una reducción de un 5% de la masa salarial de los empleados públicos, el Real Decreto-Ley 20/2012, que eliminó la paga extraordinaria de diciembre de 2012, y los Presupuestos Generales del Estado para el año 2012, que estableció con carácter general para los empleados públicos una jornada laboral mínima de 37,5 horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual, sin incremento retributivo alguno.

Finalmente, el catedrático de Granada cifró como ejemplo de retribución de un médico tipo 1 de hospital (interino eventual o sustituto), sin guardias y que está al principio de su trayectoria profesional, entre un mínimo de 31.532€ y un máximo de 49.793€, ofreciendo una diferencia de 18.261€ (57,91%) en función de la comunidad autónoma donde trabaje; y siendo la media para el conjunto de España de 41.663€. Si este medico tipo 1 hiciera guardias, su mínimo es 41.341€ y su máximo 66.611€, con una media nacional 55.355€. Por su parte, un medico tipo 4 de hospital (estatutario con plaza), sin guardias y que está al final de su trayectoria profesional, oscilaría entre un mínimo de 56.076€ y un máximo de 77.625€, con una diferencia de 21.549€ (38,43%), y siendo la media nacional de 61.173€. Con guardias, este veterano médico oscilaría entre 67.118€ y 89.577€, con una diferencia de 22.459 (33,46%), situándose la media de España en 74.891€.

PIE DE FOTO:   Médicos y personal sanitario del Hospital Universitario la Paz de Madrid durante un encuentro científico