Si la disputa entre médicos y enfermeros sobre el real decreto de Prescripción Enfermera hubiera dependido del lanzamiento de una moneda al aire, pudiera decirse que finalmente salió cruz para los segundos. La reacción del órgano supremo de la profesión enfermera, su Consejo General (CGE) ha montado en cólera al conocer el texto definitivo de dicho decreto, salido del último consejo ordinario de ministros de la presente legislatura, celebrado este viernes. La razón ha sido la divergencia entre el texto que fue llevado a la comisión de susbsecretarios e inscrito en su “índice negro”, trámite previo a la reunión de los responsables ministeriales, y la redacción final que hizo pública el propio ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros.

De esta forma, se confirma que el real decreto de “indicación, uso y autorización de dispensación de Medicamentos y Productos Sanitarios por parte de los enfermeros” será motivo de enfado para buena parte de los 270.000 enfermeros existentes en España. Por esta razón, tanto el presidente del CGE, Máximo González Jurado, como su secretario general, José Vicente González Cabanes, han firmado una circular en la que se anuncian toda clase de acciones profesionales, jurídicas, judiciales, políticas, electorales y mediáticas como protesta contra la nueva norma legal y para su derogación a la mayor brevedad posible, una vez sea publicada. González Jurado ya había avisado el pasado martes, 20 de octubre, al ministro Alonso y al secretario general de Sanidad, Rubén Moreno, que habría movilizaciones, si el decreto de prescripción enfermera no se aprobaba de forma definitiva. Por ello es fácilmente deducible, que al no haberse aprobado el texto íntegro que se pactó, las reacciones de los enfermeros empezarán este mismo lunes 26 de octubre. A ello ha replicado el Gobierno, que no se ha incumplido pacto alguno, ya que dicho decreto ha sido aprobado y será publicado en el BOE.

Fundamentalmente, el colectivo de la enfermería española rechaza el artículo 3 del Real Decreto de Indicación (antes Prescripción) Enfermera aprobado en Consejo de Ministros porque, según su máximo órgano de representación, traiciona a los pacientes y a los profesionales enfermeros, siendo una clara vulneración del Estado de Derecho, según su criterio. Una tesis suscrita al 100% por el sindicato mayoritario de la profesión, SATSE, ente que ha ayudado ya a diseñar las acciones de presión contra el Ejecutivo. Muchas de ellas serán probablemente enmarcables en lo que se ha venido a llamar huelga “competencial”, es decir, cesación por parte de los enfermeros de actos sanitarios que no hayan sido expresamente prescritos por los médicos.

Sea como fuere, y discurran como discurran las inminentes movilizaciones de los enfermeros, lo que parece doler en mayor medida a este colectivo profesional es la sensación de haber perdido el tiempo los últimos 6 años, momento en que se empezó a hablar de prescripción enfermera; además de todos los esfuerzos dedicados a ello. Así como que se haya dejado en papel mojado el acuerdo unánime del Consejo Interterritorial del SNS, el trabajo parlamentario y las aportaciones del Consejo de Estado. Una reacción en su conjunto muy distinta a la de los médicos, expresada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), que ha encontrado satisfactoria la redacción final del real decreto de "indicación" enfermera. Para la entidad que preside el doctor Juan José Rodríguez Sendín, con el texto definitivo quedan separados y claros los campos de actuación y competencias de médicos y enfermeros, especialmente en materia de medicamentos sujetos por ley a prescripción médica.

PIE DE FOTO:   Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de la Enfermería