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La falta de riqueza microbiana puede desarrollar enfermedades crónicas

El conjunto de bacterias que habitan en cada persona podría ayudar a definir grupos de riesgo poblacional y marcadores de pronóstico en cáncer.

06/07/2015

La investigación en microbioma humano abre un nuevo paradigma en la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas, junto con la falta de riqueza microbiana que puede suponer un factor de riesgo en el desarrollo de ciertas patologías, como la diabetes tipo 2, el cáncer y la obesidad, son algunos de ...

La investigación en microbioma humano abre un nuevo paradigma en la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas, junto con la falta de riqueza microbiana que puede suponer un factor de riesgo en el desarrollo de ciertas patologías, como la diabetes tipo 2, el cáncer y la obesidad, son algunos de los datos a tener en cuenta según los expertos reunidos en CosmoCaixa por B·Debate, Centro Internacional para el Debate Científico, una iniciativa de Biocat y la Obra Social “la Caixa”, con la colaboración de la Universidad de Vic – Universidad Central de Catalunya, Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). “Las personas con un microbioma más activo metabólicamente y con más riqueza genética están más sanas”, ha señalado Francisco Guarner, investigador del VHIR.

Tanto es así que, desde la segunda Guerra Mundial, las sociedades industrializadas han desarrollado una serie de problemas de salud que antes no eran tan habituales. Entre ellas destacan la diabetes tipo 2, la hipertensión, trastornos cardiovasculares, el autismo, la obesidad o el cáncer de colon, entre otros. Por otro lado, los expertos han señalado que la pérdida de diversidad del microbioma humano explicaría reacciones como la alergia o la celiaquía, que serían la respuesta de nuestro organismo a bacterias que recibimos del ambiente y que no son habituales en nuestro cuerpo. “La investigación en microbioma se encuentra en un momento fascinante”, ha declarado Núria Malats, responsable del grupo de Epidemiologia Genética y Molecular del CNIO. La experta en cáncer de páncreas cree que las bacterias también podrían ayudar a explicar ciertos mecanismos moleculares del cáncer y convertirse en clave para entender algunos casos de herencia familiar.

Asimismo, Malu Calle, directora del grupo de Bioinformática y Estadística Médica de la Universidad de Vic – Universidad Central de Catalunya, ha destacado que la investigación biomédica ha pasado de interesarse sólo en el ADN humano a poder analizar “el otro genoma” de los microorganismos que viven en nuestro cuerpo. Mientras, en el campo de las enfermedades infecciosas Bonaventura Clotet, director del Instituto del Sida IrsiCaixa, ha resaltado que la efectividad de la vacuna terapéutica contra el virus del VIH necesita “un buen microbioma para mejorar la respuesta inmunitaria del paciente”. El estudio del microbioma en las personas que participen en el ensayo clínico de la vacuna a partir de 2016 será fundamental para optimizar al máximo su eficacia. De hecho, la posibilidad de manipular y cambiar la composición de la microbiota asociada a enfermedades abre un nuevo paradigma para nuevos tratamientos no invasivos, como dietas específicas, el uso de prebióticos y probióticos, y trasplantes de microbioma. 

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