Ayer lunes por la mañana Alfonso Alonso, ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, resumió en un desayuno con todos los agentes del sector Salud, las medidas adoptadas a lo largo de la presente legislatura, deteniéndose de forma especial en el etapa que le ha tocado vivir tras la dimisión de su antecesora en el cargo, Ana Mato.

Durante su parlamento ante los máximos representantes de Farmaindustria, Fenin, AESEG, CGCOF, OMC, sociedades científicas, patronales varias, sanidad privada, etc., Alonso hizo gala de su natural desenvolvimiento a la hora de repasar los temas más candentes de la Sanidad. El encuentro tuvo lugar en un hotel de Madrid, contando con el apoyo de Sanitas, Medtronic y Hospitales Nisa.

Alonso empezó su argumentación evocando el cambio de Gobierno experimentado en 2011, cuando el país estaba al borde de la intervención por parte de la Troika comunitaria. En ese momento, con un déficit público de 16.000 millones de euros, hubo que emprender una agenda reformista, sin duda muy onerosa para la ciudadanía. Sorteadas parcialmente esas dificultades iniciales, el ministro aseguró que no son menores los retos que deberá superar la Sanidad en el futuro. Citó por ejemplo, el envejecimiento de la población y la dificultad de embridar el gasto sanitario. Al tocar todos los temas, Alonso descartó introducir copagos al estilo de los recomendados por el FMI (asistenciales) o los hospitalarios, por haberse demostrado ineficaces. Celebró también Alonso el plan estratégico para el abordaje de la Hepatitis C, por haber abierto el acceso a los nuevos antivirales de acción directa contra el VHC a 52.000 pacientes, por un importe de 787 millones de euros. En ese terreno, manifestó el acierto de haber encontrado cauces para el entendimiento entre la Industria y la Administración, mediante acuerdos de riesgo compartido y techo de gasto. No concretó el ministro, sin embargo, si la vacuna contra la varicela estará pronto en las farmacias comunitarias, como ocurrirá con la del Meningococo B. En cualquiera de los casos, el político vasco entendió que no es razonable ver como los ciudadanos fletan autobuses para ir a comprar vacunas que consideran necesarias a Portugal o Andorra. Remarcó igualmente, que en vacunas, como en cualquier otro tratamiento, siempre se mostrará más partidario de la persuasión que de la imposición, no siendo razonable obligar a que nadie se vacune, salvo casos extremos bajo decisión judicial.

Finalmente, Alonso se mostró preocupado por el sino que pueda sufrir la Sanidad en los próximos tiempos ante la emergencia de determinadas fuerzas políticas. En su opinión, la Salud de los ciudadanos precisa de un proyecto a largo plazo, siendo deseable para ello alcanzar un pacto social de gran consenso. En cuanto a próxima foto de familia del Consejo Interterritorial del SNS, el ministro admitió que será muy distinta a la del último pleno celebrado. No obstante, insistió en que deberá asumir los mismos compromisos que se adopten, con objeto de salvaguardar la sostenibilidad del Sistema Sanitario. En cualquier caso pidió a todos ocupar el espacio del centro, por ser el único espacio político en el que se pueden lograr acuerdos mayoritarios.

PIE DE FOTO:   El ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso