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El Gobierno español pretende regular el cigarrillo electrónico y equipararlo al tabaco

Según alertó la Organización Mundial de la Salud en 2008 estos cigarrillos no sirven para lo que los usa mucha gente: abandonar el hábito de fumar.

17/12/2013

El Gobierno está dispuesto a regular los cigarrillos electrónicos equiparándolos a la compra y consumo del tabaco, según se desprende de una respuesta parlamentaria dirigida a la diputada de CiU, Lourdes Ciuró. La diputada se interesaba por las medidas que tiene previsto emprender el Gobierno en cuanto a la compra ...

El Gobierno está dispuesto a regular los cigarrillos electrónicos equiparándolos a la compra y consumo del tabaco, según se desprende de una respuesta parlamentaria dirigida a la diputada de CiU, Lourdes Ciuró. La diputada se interesaba por las medidas que tiene previsto emprender el Gobierno en cuanto a la compra y consumo de cigarrillos electrónicos por parte de los menores, ya que actualmente no está regulado, por lo que los menores de 18 años pueden comprar este tipo de productos. El Ejecutivo reconoce que estos productos no cuentan con una regulación sanitaria específica y se les vienen aplicando distintas leyes en el ámbito de la Unión Europea, que no guardan relación con la regulación de productos del tabaco propiamente dicho. En este sentido, el Gobierno popular apoya lo adoptado por el Parlamento Europeo, el pasado 9 de octubre, de tal manera que los cigarrillos electrónicos deben regularse como productos de tabaco en la nueva directiva sobre esta materia. A su vez, reconoce que son productos considerados “problemáticos al no haber sido evaluados por las autoridades en ningún país”. Esto ha llevado al Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco a crear un grupo de trabajo para determinar los componentes añadidos a dichos productos y la composición de los humos.

Miembros de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) han advertido de que este tipo de cigarrillos contienen algunas sustancias idénticas a las que llevan los cigarrillos convencionales y pueden causar cambios en los pulmones a corto plazo muy parecidos a los que se producen al fumar tabaco normal. Actualmente, su situación legal en la Unión Europea es poco clara, ya que no es un producto de tabaco pero tampoco ha pasado los filtros de los productos farmacéuticos, a pesar de contener nicotina. En el caso de España existe un vacío legal que permite su compra en centros comerciales, en tiendas especializadas o a bordo de un avión de una compañía low cost. “No hay ningún tipo de normativa sobre su consumo en lugares públicos, es más, ni siquiera se prohíbe su venta a menores. En conclusión, esta falta de regulación permite estar comercializando productos que contienen nicotina sin autorización ni control previo”, señalan desde CiU.

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