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Descifran las claves celulares y moleculares del cáncer biliar

Los antioxidantes y los inhibidores de la quinasa JNK detienen el proceso oncogénico en ratones.

30/06/2017

Investigadores del Centro de Investigación Oncológica Alemán y de la Universidad Técnica de Múnich han descubierto un mecanismo etiológico del cáncer de los conductos biliares (CCA) que difiere del que da lugar al carcinoma hepatocelular (HCC). Estos son los dos tipos de cáncer que pueden darse en el hígado, siendo ...

Investigadores del Centro de Investigación Oncológica Alemán y de la Universidad Técnica de Múnich han descubierto un mecanismo etiológico del cáncer de los conductos biliares (CCA) que difiere del que da lugar al carcinoma hepatocelular (HCC). Estos son los dos tipos de cáncer que pueden darse en el hígado, siendo el segundo el más común. A esta circunstancia se debe que exista poca información acerca de cómo se genera el CCA, del cual sólo se conocía que puede ser originado o bien por células de las vías biliares, o bien por células hepáticas desdiferenciadas.

En el actual estudio han sido detectadas cantidades particularmente elevadas de especies reactivas del oxígeno (ROS) en la proximidad directa de las células cancerosas, tanto en humanos como en ratones, lo que indica cambios inflamatorios en el tejido. A fin determinar si esta observación es común al HCC, los investigadores utilizaron ratones deficientes en mitocondrias en las células hepáticas, una modificación que conduce a niveles elevados de ROS y mimetiza un hígado seriamente dañado. A los 7 días del nacimiento estos ratones ya exhibían signos de displasia y células madre tumorales en el tejido.

Sin embargo, la observación clave fue la presencia de un elevado número de células de Kupffer, los macrófagos del hígado, productoras de TNF-alfa. En experimentos adicionales se demostró que esta citoquina activa la quinasa JNK, promoviendo con ello un crecimiento excesivo de las células de las vías biliares. La eliminación funcional del receptor del TNF-alfa previno el crecimiento incontrolado de estas células, redujo el daño hepático y prolongó la supervivencia de los animales. El mismo efecto fue conseguido en ratones con expresión normal de receptores del TNF-alfa alimentados con una dieta rica en antioxidantes o tratados con un inhibidor de JNK.

En un siguiente paso los científicos planean investigar si estas intervenciones son también útiles en el CCA ya establecido.

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