Un equipo científico dirigido por Mansour Haeryfar ha descubierto que, durante las infecciones, las denominadas células T invariantes asociadas a la mucosa (MAIT) pueden generar una respuesta inflamatoria lo suficientemente potente como para dañar seriamente los órganos e incluso producir la muerte. Esta situación, conocida como síndrome de shock tóxico, es ...
Un equipo científico dirigido por Mansour Haeryfar ha descubierto que, durante las infecciones, las denominadas células T invariantes asociadas a la mucosa (MAIT) pueden generar una respuesta inflamatoria lo suficientemente potente como para dañar seriamente los órganos e incluso producir la muerte.
Esta situación, conocida como síndrome de shock tóxico, es originada por la presencia de superantígenos bacterianos, un tipo de toxina comúnmente hallada en estafilococos y estreptococos. Tanto en modelos animales como en células humanas los investigadores demostraron que las MAIT responden desmesuradamente a los superantígenos y que esta respuesta conduce a su agotamiento e incapacidad de participar en la defensa anti-microbiana. A su vez, esto puede aumentar la susceptibilidad a infecciones secundarias oportunistas.
En experimentos adicionales se observó que las MAIT son la fuente más importante de interferón-gamma, una citoquina que contribuye a la morbilidad asociada al shock tóxico. Haeryfar afirma que en este contexto las MAIT causan más perjuicio que beneficio.
Los hallazgos sugieren la necesidad de diseñar terapias dirigidas a tiempo a estas células, lo que evitaría tanto la inflamación incontrolada como la inmunosupresión subsiguiente.