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Utilizar cobre antimicrobiano en Cuidados Intensivos evita infecciones nosocomiales

El uso de superficies de cobre antimicrobiano en el entorno del paciente ingresado reduce hasta en un 58% las infecciones hospitalarias.

24/01/2017

Las propiedades bactericidas del cobre se conocen desde la Antigüedad, como describe el Papiro Smith, datado en el año 2.400 AC, y en el se explica cómo los egipcios usaban partículas de cobre para esterilizar las heridas. Ya en la actualidad, las barras de las camas hospitalarias, las sillas de ...

Las propiedades bactericidas del cobre se conocen desde la Antigüedad, como describe el Papiro Smith, datado en el año 2.400 AC, y en el se explica cómo los egipcios usaban partículas de cobre para esterilizar las heridas. Ya en la actualidad, las barras de las camas hospitalarias, las sillas de las visitas, los porta sueros, los ordenadores del personal sanitario, las mesas sobrecama y los botones de llamada son seis objetos de una habitación de cuidados intensivos que, por su cercanía al paciente y por su frecuencia de uso, pueden convertirse en focos de contagio a través de virus y bacterias. Por ello, el uso de superficies de cobre antimicrobiano en estos objetos es un buen aliado de las medidas profilácticas adecuadas, dada su eficacia demostrada para reducir hasta en un 58% las infecciones hospitalarias en las unidades de cuidados intensivos.

Según explicó recientemente el doctor Francisco Guillén, director del Servicio de Medicina Preventiva de la Clínica Universidad de Navarra, y secretario de la Sociedad Española de Medicina Preventiva Salud Publica e Higiene (SEMPSPH), el entorno del paciente es un reservorio para los microorganismos multirresistentes. Por ello, además del lavado de manos, es fundamental tomar medidas preventivas para impedir la supervivencia de estos microorganismos, como la utilización de cobre antimicrobiano, que puede reducir la transmisión de infecciones.

En España, ya son varios los centros hospitalarios que han incorporado objetos de cobre antimicrobiano a sus instalaciones, como el Hospital Vall DHebrón en Barcelona, en su unidad de fibrosis quística, la Clínica Universidad de Navarra, el Hospital de Ceuta y el Hospital La Salud del Grupo Vithas, en sus respectivas unidades de cuidados intensivos.

En cuanto al coste que suponen las infecciones hospitalarias, el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido dedica cada año más de 1.150 millones de euros a este fin. Este gasto corresponde al aumento de días de hospitalización que supone el contagio de una de estas enfermedades. El promedio de días de estancia en un hospital europeo es de 7,2 días, ascendiendo hasta 11,2 días si el paciente  ha adquirido una infección hospitalaria.

En este sentido, el York Health Economics Consortium (YEHC) de York (Reino Unido) realizó un estudio para conocer el impacto económico de una instalación de cobre antimicrobiano en una unidad de cuidados intensivos con 20 camas. El estudio concluyó que dicha instalación se amortiza en menos de dos meses por los beneficios que genera al reducir el contagio de enfermedades causadas por virus y bacterias.

La tasa de mortalidad por infecciones hospitalarias en España se estima que duplica a la que se registra anualmente por accidentes de tráfico. En otros países europeos, como el caso de Portugal, esta situación es aún más grave. En 2013 fallecieron 4.600 personas por infecciones hospitalarias en el país vecino, 7 veces más que en accidentes de tráfico. Mientras que entre 2010 y 2013 los accidentes de tráfico se redujeron en un 33%, los fallecimientos por infecciones contraídas en hospitales aumentaron un 50%.

A partir de 1983 se comenzaron a publicar estudios científicos sobre la eficacia bactericida de los objetos realizados a partir de cobre antimicrobiano. El último de ellos es el que ha llevado a cabo el Grinnell Regional Medical Center de Iowa (Estados Unidos) y que se ha publicado en el American Journal of Infection Control. El estudio concluye que el cobre antimicrobiano debería ser considerado como uno de los elementos fundamentales del control de las infecciones hospitalarias, junto con una correcta higiene y la limpieza de las habitaciones, tanto la diaria como la terminal. Es decir, la que se realiza cuando se queda vacía una habitación de hospital antes de que vuelva a ser ocupada por el paciente siguiente.

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